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MIÉRCOLES.

Las cosas en el instituto habían sido extrañas desde que aquel objeto fue encontrado a mitad de la escuela.

Habían más desapariciones de lo habitual, más muertes y más advertencias llegando a cada celular de cada integrante en la escuela, lo que significaba que el rumor estaba comenzando a filtrarse.

Había escuchado como varios canales televisivos habían sufrido de explosiones en sus estudios, incluso incendios y todos pensaban que eran por la falta de mantenimiento en los edificios los que habían producido tantas muertes, pero ella sabía que no se trataba de eso, no era un accidente.

La escuela era la única encargada de deshacerse de las personas que intentaban filtrar sus preciados secretos al público exterior, los únicos que serían capaces de exterminar a quien se atrevía a llevarlos a la luz.

Pero no veía a Jennie tan preocupada por ninguno de los acontecimientos, ella sabía más de lo que parecía pretender pero las reuniones de bandera blanca habían sido más brutales, más fuertes que cualquiera.

Había estado presente en cada una, como la propiedad de Jennie no podía excluirse de nada relacionado con su persona, nadie podía tener la dicha de verla sin su dueña en la escuela.

Ya que incluso el nombre de ella fue tatuado en su cuello y muñeca de forma permanente, sabiendo su no podría escapar de su pareja jamás.

Era tétrico, pero ser parte de los estudiantes fuera del consejo podía ser mucho peor que tenerla.

Pero ahora, Kim Soyaa se encontraba completamente sola el patio de la escuela, zona no tan habitada como las demás al ser más que todo utilizado para algunos entrenamientos y como área de descanso general.

Necesitaba aire después de haber visto lo de la noche anterior, como dos chicas habían sido torturadas hasta causar su muerte de maneras tan dolorosas por haber delatado el secreto, el pasillo cada vez llenándose con más rosas, asustando a los estudiantes cada vez más.

Debería estar acostumbrada a presenciarlo pero no era así, todavía costaba demasiado ver a tantas personas perder la vida.

Sus pulmones aspiraban el aire puro como si fuese droga, exhalandolo hasta no dejar rastros de impureza en su cuerpo de nuevo. Sintiéndose viva.

Estaba tan exhausta de todo lo que pasaba a su alrededor, de no poder comprender que era lo que sucedía.

Y al abrir sus ojos su cuerpo se paralizó, viendo a la distancia entre las sombras a una chica sentada sobre sus piernas, su cabello negro cayendo por su rostro con la mirada fija en ella como si fuese la cosa más interesante que hubiera visto en mucho tiempo.

Quiso retroceder hasta percatarse, entrecerrando sus ojos para ver bien a aquella figura que la veía al otro lado del estanque tan perdida.

—¿Lalisa? —Pregunto al aire con la esperanza de que pudiera escucharla, pero antes de que pudiera volver a llamarla ella se puso de pie.

Escucho el sonido de un arma ser cargada, volteo únicamente para ver a un hombre vestido de negro desde la ventana apuntando a ambas.

Sus piernas temblaron, y cuando escucho el sonido de la primera bala al rozar su oído comenzó a correr.

Tomo la mano de la pelinegra corriendo con todas sus fuerzas escuchando aquellos sonidos de disparos a la distancia, cada vez más cercano a ellas.

Se escondió junto a ella detrás de una pared con la respiración demasiado agitada, podía jurar qué se desmayaría en cualquier momento mientras que la ajena únicamente la miraba sin expresión alguna en su rostro.

Su mirada profunda recorriendo a Soyaa, hasta llegar a aquel nombre que se veía tan reluciente en su brazo, y aquella tira negra en su cuello.

—Propiedad. —Murmuró con suavidad, llamando la atención de Jisoo.

Ella volteo en dirección a la pelinegra con confusión, sin poder comprender que era lo que estaba diciendo.

—¿De que estas hablando? —Cuestiono sosteniendo su pecho.

—Propiedad. —Repitió esta vez lo suficientemente alto para que ella pudiera entenderla—. Tu eres propiedad de Jennie y de su clan.

No pudo contestar nada, porque aunque estuviera a punto de decirle que estaba completamente loca pudo escuchar sonidos de pasos acercándose a su dirección.

La mirada de aquel hombre se poso sobre ellas, Soyaa estaba preparada para comenzar a correr cuando apunto de nuevo su arma hacia ellas hasta que un solo disparo silencioso provocó qué todo alrededor de detuviera.

La sangre salpicó sobre su rostro y el hombre se quedó viéndola fijamente antes de caer al suelo, su cráneo perforado por una bala qué hizo que su cadáver cayera al suelo de inmediato.

La mirada felina detrás del hombre sosteniendo el arma con un rostro neutral, caminando encima del cuerpo sin vida sin cuidado alguno hasta llegar al frente de su novia.

—Te he dicho que no vayas sin mi a ninguna parte. —Habló finalmente algo molesta, su mirada de pronto cayendo encima de la chica de cabellos oscuros.

Todo quedo en silencio, una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro mientras a la distancia podía ver a Rose acercarse con un semblante divertido.

—Vamos JenJen, no fue tan malo, pudieron sobrevivir después de todo.

Las palabras de Chaeyoung para Soyaa no eran las más alentadoras, pero cuando la mirada de la rubia cayó sobre la pelinegra hizo un gesto con la cabeza y ambas se fueron del lugar sin decir una sola palabra más.

—¿Estas bien? —Pregunto se vuelta Jennie hacia su pareja, sosteniendo su mentón para así acariciar su mejilla.

Y ella simplemente asintió sin saber que decir, solo para después ser llevada por Jennie hacia su habitación.

love talk ✧ jensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora