02.

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LUNES.

Su mano recorría por la madera del pasillo hasta llegar a esa oficina qué llevaba años sin tener que visitar.

Era exactamente como lo recordaba, todas esas memorias seguían intactas en su cabeza al igual que continuaban grabadas en el roble.

La puerta deslumbra a la distancia, al acercarse no puede escuchar ruido alguno desde el otro lado. Ella no se molesta en tocar y simplemente empujó la puerta, el frío aire acondicionado chocando contra su piel expuesta por el uniforme.

Cierra sus ojos, el olor profundo del perfume varonil inunda sus fozas nasales, la embriagan de repente.

Al elevar su mirada pudo verlo, su figura atractiva casi perfecta, tan provocativo con esa camiseta de vestir y sus pantalones de vestir, ese reloj rolex reluciente en su muñeca, su cabello desordenado y sus profundos ojos que solamente la están mirando a ella.

Kim Jackson, una hermosa sonrisa apareció en el rostro del hombre.

—No te veía desde hacía mucho tiempo. —Dijo él dejando caer su cuerpo en la silla giratoria de cuero.

Su mirada felina sobre ella, esos hermosos dientes que le recordaban tanto al rostro que justo ahora la hacia sentir culpable por estar con él justo ahora. Palmea con suavidad su escritorio, mirándola.

—Pensé que te gustaba, sabes, como en los viejos tiempos. —La sonrisa sinica de aquel hombre era evidente.

Pero ella no pudo detenerse, las yemas de sus dedos tocando la fina madera qué de nuevo traía tantos recuerdos.

Se dejó guiar hasta estar frente a él, tomando impulso para sentarse sobre el escritorio observándolo sin decir ni siquiera una palabra, la mano de Jackson a punto de tocar su piel cuando ella se tenso.

—No me toques. —Dijo con crudeza en un momento de lucidez—. Ya no soy la misma de antes.

Sus ojos se oscurecen por sus palabras, él se pone de pie sosteniendo su cintura con firmeza, sus ojos hacen contacto y su mano presiona su cuello.

—¿Para que me querías aquí en un primer lugar? —Preguntó, una de sus manos sosteniendo con fuerza el brazo de él con miedo a que en cualquier momento apretara y cortara su respiración de una vez por todas.

Y tal como lo temía, él lo hizo, sus uñas acrílicas negras enterrandose en los brazos del hombre mientras este la ahorcaba, sus ojos oscuros mientras ella luchaba debajo de él una vez más.

Intentaba empujando usando sus piernas pero estaba acorralada, sus pulmones pidiendo a gritos un pequeño bocado de aire sabía que ella necesitaba con urgencia.

Pensó que finalmente haría lo que intento años atrás, que finalmente disfrutaría de ver sus ojos apagándose pero cuando estos mismos se cristalizaron fue que la soltaron de repente.

Ella comenzó a respirar desesperada, con su mano en su pecho al toser.

—Puedo llamarte cuando quiera y para lo que quiera. —Habló con seriedad y ira en su tono de voz—. No eres nada como para hablarme de esa manera.

Él se alejo con esa misma oscuridad en sus ojos, perdido en sus propuso pensamientos mientras ella solo Intentaba como podía recuperar el aire en sus pulmones.

—Quiero que me digas sobre lo que respecta mi hija. —Con una voz más neutral y tranquila, hablo seriamente.

—Ese ya no es mi trabajo. —Dijo como pudo, su respiración acelerada al hablar—. Hice un pacto con Jennie, no lo romperé.

—Eres tan tierna creyendo que tienes otra alternativa. —Sus risas podían escucharse hacer eco por todo el cuarto, con aquel descaro reflejado.

Ella sabía que a pesar de que los años pasarán los recuerdos no podrían ser tan fáciles de borrar, que su pasado seguía intacto aunque no pudiera verlo.

Pero, ¿Cómo podías traicionar a la persona que te sacó de aquello en un primer lugar? aquella que te dio su confianza, él podía ver en sus ojos reflejados aquella lealtad y respeto que sentía por Jennie, y sabía que no era algo que le agradaba demasiado.

—No lo haré. —Decreto con firmeza, sonriendo aquella marca arder en su espalda, aquella que le decía que su decisión era la correcta.

El semblante de él decayó, en su rostro reflejando la molestia mientras Intentaba acercarse, sin ser lo suficientemente rápido para atrapar a la pelinegra en el intento.

El sonido de los pasos apresurados resonando por todo el pasillo mientras era perseguida, su cabello volando detrás de ella por la velocidad de sus pasos, buscando donde huir.

Una ventana abierta fue lo único que pudo ver después de tanta oscuridad, al asomarse pudo ver a las personas correr a la distancia en el patio a los alrededores, pero se quedaba sin tiempo para poder actuar.

Cuando lo vio doblar la esquina supo que no podía correr más tiempo a menos que quisiera ser atrapada, su mirada profunda observo a Jackson por cortos segundos antes de subir al marco de madera y saltar.

Su cuerpo comenzaba a descender con rapidez todo el trayecto debido a la altura, deteniendo la respiración para contener el impacto qué se aproximaba en solo segundos.

Al asomarse por la ventana no pudo ver nada abajo, sus manos volviéndose puños a sus costados mientras maldecía y golpeaba el marco, apresurandose a volver a la oficina antes de ser visto.

El silencio reina por los alrededores, solo escuchandose el sonido de las aves cantar y los estudiantes hablando a la distancia durante su entrenamiento de protocolo.

Sus ojos se abrieron tomando un gran bocado de aire, la ropa adheriendose a su cuerpo y su cabello cayendo por los costados de su rostro, empapada.

Saliendo del estanque de la escuela sin siquiera temblar por el cambio de temperatura, únicamente alzando su vista hacia la ventana comprobando que ya nadie estaba ahí.

Un jadeo se escapo de sus labios, al bajar la vista observando una navaja incrustada a su costado.

Mordiendo su labio deslizó el objeto metálico hasta dejarlo fuera de su piel, rasgando la manga de su suéter para hacer presión en la herida mientras llegaba con los demás miembros del consejo para pedir ayuda.

Miró a sus alrededores caminando con dificultad, sabiendo que quizás debería cuidarse la espalda.

love talk ✧ jensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora