—Buenos días, soy el Doctor Smith, soy el encargado del caso de su esposo...— le dijo a Ellie.
—Exesposo...— corrigió ella entristecida, acercándose por fin un poco a la cama del paciente, dando aquel paso al frente que era tan difícil. Con cautela tomó la mano de David, esforzándose mucho para contener sus lágrimas, y es que a pesar de no estar juntos desde hace algún tiempo, ella lo adoraba como se ama a una persona que te hizo feliz.
Una que a pesar de que el destino no eligió para pasar toda su vida contigo, durante aquel tiempo en el que te acompañó, te lo dio todo.
—Entiendo. Ahora... hablemos del Oficial Tennant.— habló el médico.
Michael escuchaba atentamente desde atrás con los brazos cruzados, le costaba enormemente ver a su mejor amigo así, y trataba de no hacerlo, mirar al suelo o las paredes, pero sus ojos lo buscaban.
Retiraba la mirada intentando no verlo, le generaba demasiada angustia y desanimo el verlo en ese estado. El ataque había sido producto de ira, y era evidente, sus ojos experimentados se lo decían. Por lo mismo, no logró acercarse más.
Y es que a pesar de haber llevado cientos de casos, muchas veces devastadores, en los que por consecuencia del trabajo tuvo que ver heridos, fallecidos, asesinatos y más, esta vez, por segunda vez en su vida; era alguien quien le importaba mucho quién estaba recostado en esa camilla. Después de perder a su esposa e hija, la situación estaba torturando su rincón de los recuerdos.
—El oficial sufrió un trauma significativo. Recibió un impacto contundente en la espalda, resultando en pérdida de conocimiento. Además, los golpes en las costillas han provocado fracturas y contusiones que requieren intervención quirúrgica para estabilizar y corregir las lesiones.—
—Pero... ¿Estará bien? ¿Verdad?— Preguntó Michael intentando sonar firme.
Tenía miedo, y mucho en realidad, porque David no se movía ni parecía estar respirando, le aterraba, simplemente estaba postrado en esa camilla, sin existir ningún tipo de indicador de vida en él, además del estresante monitor cardiaco.
Sus ojos cerrados, los cables por todos lados y el pitido intermitente le estaba generando mucha ansiedad y estresándolo de sobre manera.
—En este momento, él se encuentra en estado crítico, será necesario mantenerlo en cuidados intensivos para una vigilancia constante. Hemos decidido inducirlo en un coma médicamente controlado si es que no mejora dentro de los siguientes días, inducirlo ayudaría a que su cerebro se recupere y reducir la presión intracraneal. Esta medida también facilitaría la administración de tratamientos necesarios. Sin embargo, debemos estar preparados para posibles complicaciones.—
Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, esa brisa peculiar que pone los pelos de punta y amenazaba con llenarle de miedo cada espacio de su mente, se llevó las manos a la cabeza forzando su cabello hacia atrás.
La situación era una verdadera pesadilla.
Sentía ganas de resolverlo todo, de hacerlo todo él.
Hacía tan solo unas horas habían estado juntos en la fiesta, cantando en el karaoke canciones de las que no se sabían las letras, y es que al estar ebrio uno se inventa las letras o simplemente; se divierte.
Cuando una persona la está pasando bien y con buena compañía, nada importa en realidad, y ese era el caso de ellos dos.
Recordaba verlo sonreír cuando a Michael se le había ocurrido llevarlo al centro del salón para intentar bailar cuando nadie más estaba bailando en el lugar, y fue en ese instante en el que notó que el detective, aún tan alto e imponente, se había puesto nervioso.
Y ahora volvía a la realidad, en la que David estaba ahí recostado.
Y no era para nada agradable.
Cuando salieron de la habitación, Ellie y Michael se abrazaron fuertemente. Ella comenzó a llorar entre sus brazos, él sabía que debía mantenerse fuerte sin importar cuando le estuviera doliendo todo.
Sentía que su corazón se quebraba, pero que se mantenían todos y cada uno de los pedazos rotos en su lugar, y eso significaba que cualquier viento que apareciera acompañado de una fuerza mínima podría ocasionar un derrumbe, desequilibrando todos los pedazos y regándolos por todas partes.
Lo intentaba ocultar, no sabía en donde buscar para lograr encontrar la fuerza necesaria para investigarlo todo, la ira que sentía de saber que alguien había lastimado a su mejor amigo competía contra el dolor de verlo en esa situación tan crítica.
—Voy a encontrar al que hizo esto, Ellie.— le dijo en el abrazo, lleno de ira y determinación.
Ella se separó ligeramente para mirarlo a los ojos e intentar sonreírle en agradecimiento.
Minutos después, Michael ya estaba en su auto camino a la oficina, aun con el rostro firme mirando al frente con seriedad, muy concentrado en el camino. Sus lágrimas se negaban a caer, las aguantaba firmemente y las secaba una a una antes de que lograran siquiera escaparse.
Un hombre fuerte que no se iba a quebrar a pesar de que el dolor estaba gritando en su interior, simplemente seguía con la mirada fija, no se entendía a sí mismo, ¿Cómo podía ponerse tan frágil si nunca se había quebrado de esa forma antes al trabajar?
Las lágrimas regresaban una a una para atormentarlo y pedirle permiso de sentirse mal. Lo necesitaba, muy en el fondo. Era su mejor amigo, después de todo, y afligirse estaba completamente permitido; pero él no iba a dejarlas caer.
—¿Quién? ¿Quién pudo ser capaz de hacerte esto, David? ¿Quién? ¡Maldita sea!—
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Culpable | Ineffable Husbands CANCELADA
RomanceMichael despierta luego de una fiesta de trabajo, enterándose de que algo grave le pasó a su mejor amigo David. ¿Quién es el culpable? CANCELADA