Cuando Gwen cerró el portal detrás de ella, no sabía si sentirse feliz, emocionada, o como una completa estúpida. Cuando Miles la invito a balancearse acompañarlo en su patrulla diaria, esperaba atrapar criminales y tal vez algún supervillano menor, como ya había sido antes.
No esto.
Ve la bolsa marrón en su pecho. Fue una compra impulsiva. Fue una suerte que el dinero de su dimensión fuera tan parecido al dinero de la dimensión de Miles para que el cajero no sospechara. O tal vez solo estaba distraído de que Spider-Woman comprara un producto de su tienda como para prestarle atención a esos detalles.
-Esto es estúpido- se dice a si misma, pero abraza la bolsa de compra contra su pecho, casi demasiado protectora.
Fue una suerte que pudo ocultárselo a Miles, también tuvo que agradecer al cielo que, aunque él tenía mucha curiosidad por lo que compro, no la presiono, algo que aprecio mucho, ya que no creía haber podido encontrar una excusa si viera el contenido.
Pero estaba en su propia dimensión ahora, donde el sol ya había caído y justo en la hora donde su padre le daba permiso sin llamarlo. El que no estuviera quería decir que aun estaba dando clases.
Gracias a que el evento Canon solo afecta a los Capitanes de Policía, su padre no tuvo que desligarse totalmente de la policía, ahora trabajaba como entrenador en la academia de oficiales de New York. Por lo que había escuchado, era de los más estrictos pero eficientes.
Todavía sintiéndose un poco tonta, se sienta en el borde de su cama y finalmente abre la bolsa y saca lo que no quería que nadie viera.
El contenido era un peluche de Miles de tamaño medio.
Era temática de Spider-Man, obviamente; no estaba segura de como funcionaba, pero varias empresas vendían productos como juguetes o mascaras con su nombre y colores. Aunque debería considerarse ilegal vender productos de una persona que no ha firmado para eso, Spider-Man no puede cobrar cheques, ya que eso obligaría a revelar su identidad y sin duda sería lo peor.
Ella no tiene nada de eso en su universo. A los ojos del público, Spider-Woman sigue siendo una criminal. Aunque ahora la policía, bajo el mando de Yuri Watanabe, la mano derecha de su padre en su tiempo como Capitán, ya no la persigue, su fama no ha cambiado mucho a comparación de cuando se fue con Miguel y Jess aquella noche en el museo hace más de dos años.
La calidad del peluche no era tan buena: una cuerpo con extremidades esponjosas y una cabeza grande, era algo ridículo.
Pero también increíblemente lindo, casi tan lindo como él.
-¿Qué me pasa?- Gimió, dejándose caer a la cama y poniendo su brazo derecho sobre su frente y levanta la mano izquierda para seguir viendo el peluche de frente. -Soy una tonta- suspiro y rodo por la cama, acostándose de lado y abrazando al peluche.
Miles y ella habían estado trabajando para reconstruir su amistad. Después de meses de silencio, los secretos sobre el Canon y la situación de Miles con Spider-Man; necesitaban dar un paso atrás y tener la oportunidad de respirar, especialmente para Gwen, quien no solo estaba tratando de reconstruir su relación con su padre, sino que también estaba tratando de ponerse al día con todas las clases que había perdido mientras tanto. Teniendo en cuenta cómo terminaron las cosas en el cuartel general, estaba sinceramente agradecida de que Miles quisiera mantenerse en contacto después de ese fiasco.
Solo había un pequeño y diminutivo problema... la persona que le gustaba.
-¿Puedo llamarlo así en primer lugar?- Pensó con amargura mientras volvía a mirar el peluche que apretaba contra su pecho. El pequeño Spider-Man simplemente la miró; a diferencia del real, no había manera de tomar esa máscara y mirarle la cara. Si tuviera más habilidades artísticas, tal vez habría intentado encontrar una manera de ponerle una cara al peluche.
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Spider-Man: La Gran Cacería
ActionDos años después de vencer a La Mancha y evitar que su Padre muriera, Miles Morales, como el único Spider-Man de su dimensión, tiene que enfrentar a un nuevo enemigo que convertirá a New York en un lugar de cacería. Al mismo tiempo, lidia con la res...