Cake - SanSang 🍡

10

Yeosang terminó de ducharse rápidamente, luego de haber terminado sus obligaciones, y enviar la planificación de mañana por correo, se sintió más tranquilo, hizo una llamada al hospital para saber cómo estaba su hermano, recibiendo una respuesta afirmativa, que logró tranquilizarlo de inmediato.

Una vez más, le mintió a Mingi diciendo que saldría a casa de Hongjoong para no estar solo, a lo que el mayor correspondió dándole la razón.

Una vez finalizaron la llamada, sacó el regalo que San le obsequió de la bolsa, observando con cuidado cada pieza de ropa interior, ruborizado, se vistió con ella, estaba ansioso por ver su reacción, al menos el sentía que se veía bonito, los arneses delicados hacían ver su trasero más redondo y levantado, acomodó el chocker en su delicado cuello, que venía a modo accesorio del conjunto. no podía creer que la talla le haya quedado a la perfección ¿Cómo es que San recordaba tan bien el tamaño de su cuerpo? el juraba que Choi estaba algo borracho esa noche, pues había bebido un poco de vino...

Luego se vistió con ropa elegante pero holgada, acompañado de un abrigo para el frío, acomodó sus botas largas y salió de casa, encontrándose con el chofer de San, que fue enviado por el para mayor seguridad.

En el trayecto comenzó a analizar toda la situación, o más bien, a sobrepensarla, porque recordó que Mingi mencionó que Choi San, estaba casado.

¿Eso siquiera era cierto? el no vió ni un anillo en su dedo, eso no era verdad, sin embargo, si fuera el caso, cortaría todo lazo con el, porque Kang Yeosang no sería un rompehogares.

— Llegamos joven Kang— avisó el conductor, mirándole por el espejo retrovisor.

— Muchas gracias por traerme hasta acá, que tenga una linda noche— agradeció Yeosang, bajando del automóvil y asombrándose por la enorme mansión en que vivía Choi, era muy moderna, con jardines alrededor de toda la gran casa, fuentes en cada esquina y un sin fin de estatuas hermosas como a el le gustaban, además de los árboles inmensos que se mezclaban entre sí.

— Dios mio...— soltó, caminando lentamente por un pequeño camino lleno de faroles hermosos, en dirección a una pileta, podía perfectamente apreciar las estrellas, recordando la primera noche que estuvo con San, sonrió timidamente, mientras disfrutaba el sonido de la fuente en la que estaba sentado.

— ¿Te vas a quedar ahí toda la noche?— dijo la voz del rubio, haciéndolo sobresaltar, se levantó de inmediato, encontrándose con el atractivo hombre frente a el, vistiendo una camisa burdeo y unos pantalones blancos, además de las cadenas que le daban el toque de millonario, se veía increíblemente apuesto, seguro estaba mirándolo como un tonto.

— Yo...ah...tu jardín es muy bonito— soltó de repente por el nerviosismo.

— Ujum, yo mismo organicé la decoración cariño— sonrió orgulloso, acercándose hasta el joven para tomar sus frías manos y acariciarlo — La cena ya está servida, vamos adentro.

y juntos caminaron de la mano, sintiendo calidez entre sus dedos al contacto tan tierno, Yeosang sintió como el contrario acariciaba su dorso, con delicadeza. ingresaron a lo que parecía ser la entrada, con una decoración hermosa, todo era de color crema, sorprendiendo al joven ya que San siempre solía vestir de negro e incluso su oficina era de ese tono tan oscuro. luego caminaron hasta el gran comedor, que tenía el candelabro encendido, junto a un banquete excepcional, y una música de jazz de fondo, el lugar se sentía acogedor.

San abrió la silla para que Yeosang se sentara, y ambos tomaron asiento en la comodidad del hogar, mirándose de una forma indescifrable, Choi podría decir que estaba viviendo en un sueño otra vez, al tenerle ahí, acompañándole a cenar, luego de tanta soledad.