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Mientras escuchaban Young Miko, aquella chica de cabello negro y corto, empezó a meterte la lengua tan dentro de ti como podía. Habían tenido una noche tan alocada, llena de pasión y caricias.
Al día siguiente, llegaste a casa tarde, la chica con la que habías pasado la noche, ya no estaba en su casa. Cuando entraste tu mamá pidió que la acompañaras a la cocina, viste a la morra y pensaste que las habían descubierto.
--- TN, ella es Elisa... ---, en la mesa estaba la novia de tu mamá y ¿¡su hija?!
Después de aquello, las dejaron para que se conocieran mejor. Elisa estaba tan pálida como tu, te acercaste a ella, aun oliendo su perfume tan cautivador de la noche anterior, no sabían que hacer, pero tenían un pensamiento en cabeza...
"Si no es de sangre... no es incesto."
Se fueron al cuarto con la excusa de que le enseñarías tu cuarto, y como si De Almeida tuviera prisa, te estrello contra la puerta cerrada. Sus besos hacían que se despintara el maquillaje improvisado para tapar aquellos besos rojos en tu cuello.
--- Sabes que si nos descubren seria una bomba? ---, preguntabas mientras Elisa se deshacia de tu ropa.
--- Crees que me importa? Solo quiero ver esas tetas en mi boca... ---, ya te traía unas ganas, en la manera en la que le importaba poco.
Lo hicieron por un rato, hasta que Elisa tuvo que irse.
