034. timos

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CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO«TIMOS»

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CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO
«TIMOS»

La historia del vuelo de Fred y George hacia la libertad resonó por los pasillos de Hogwarts durante los días siguientes, convirtiéndose en una leyenda estudiantil

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La historia del vuelo de Fred y George hacia la libertad resonó por los pasillos de Hogwarts durante los días siguientes, convirtiéndose en una leyenda estudiantil. Era común escuchar susurros entre los alumnos, reflejando un sentir generalizado:

«Te juro que hay días en que agarraría mi escoba y me iría volando de este lugar.»

«Otra clase como esa y podría terminar haciendo lo mismo que los Weasley.»

Sinceramente, con Umbridge como directora, la idea de emular la audacia de los gemelos Weasley rondaba la mente de muchos estudiantes. Sin embargo, pocos se atreverían a llevarlo a cabo. Por el momento, la resignación era la única opción para soportar el resto del ciclo escolar.

Madelyn salió de su habitación y bajó a la sala común, esperando encontrar a su novio. Lo encontró, efectivamente, pero no solo. Draco y Theodore estaban sentados en el sillón, inmersos en una conversación animada y risueña. Bueno, era Theodore quien reía abiertamente, mientras Draco lo miraba con los brazos cruzados y una ceja enarcada.

—¿Por qué esa cara de vinagre, huroncito? —preguntó Madelyn, lanzándose despreocupadamente en un sillón individual y apoyando las piernas sobre el reposabrazos.

—Resulta que encontré a Draco besándose con Astoria en los baños de prefectos. —reveló Theodore, esforzándose por contener una nueva carcajada.

—Vaya, eso sí que no lo sabía, huroncito. —comentó Madelyn, arqueando las cejas con diversión.

—¡Cállate, Nott! —replicó Draco, mirando rápidamente a su alrededor para asegurarse de que nadie más los había escuchado—. Y deja de llamarme hurón, solo el recuerdo me da náuseas.

—¿Por qué? Si te veías tan tierno. —sonrió Madelyn, disfrutando de su incomodidad.

—Eso no es cierto. —murmuró Draco, frunciendo el ceño.

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