Pestañeó un par de veces aturdido antes que la luz del día que se inmiscuía a través de las cortinas le indicara una cosa: había amanecido.
Trató de estirar sus brazos y músculos pero un peso mayor lo cubría en toda su espalda, un peso que le recordó lo que había sucedido la noche anterior y cómo había trasgredido gran parte de los valores que se le inculcaron en casa. Pero... se había sentido malditamente bien explotar en no uno sino 3 orgasmos deliciosos que lo noquearon al punto de dormir. Ni siquiera recordaba haber sido arropado y por el aroma que desprendía su cabello podía deducir que incluso lo había bañado.
Descendió la mirada a su estómago, allí descansaba perezosamente el brazo de Jeong y sí, se sentía protegido con el gesto. Rodó sobre su estómago y se volteó hacia atrás para ver como su profesor dormía profundamente, incluso en un gesto simple lucía como el hombre más hermoso que jamás había pisado la tierra.
¿Por qué se había fijado en él? ¿Por qué sabía que sí le gustaban las chicas, pero ningún hombre le llamaba su atención? ¿Era probable que solo una persona de su mismo género podría gustarle? De ser así, Nathan Jeong tenía un poder de atracción inmenso como para voltear a un chico católico.
Estiró brevemente su mano y tocó su labio superior, era un poco más pronunciado que el inferior, suave, cálido, parecía hecho de gomita de melocotón. Se fijó en otros detalles como la forma de su nariz, sus pómulos, la forma de sus ojos ¿También era coreano?
De pronto el hombre comenzó a estirarse con pereza sobre las sábanas, sus grandes brazos alzó en el aire y emitió un sonido lo suficientemente masculino antes de abrir los ojos y quedarse viéndolo. Nathan tenía ojos rasgados, grandes pero con pequeñas bolsas bajo que lo hacían parecer perezoso.
- ¿Buen... día?- se tentó a decirlo, mas, de pronto su profesor abrió los ojos tanto como pudo y se sentó de golpe contra el respaldo de la cama- ¿Señor Jeong sucede algo?
- Yo dormí de verdad- lo dijo respirando agitado.
- ¿Y eso le genera algún conflicto? ¿Se puede dormir de mentira?- abrazó una almohada con el ceño fruncido.
- ¡Los demonios nunca dormimos!
Se hizo un silencio extraño, un silencio que se extendió hasta que Yunho salió del aturdimiento y comprendió las palabras que habían salido de su boca.
- Pues por como actuó anoche cualquiera diría que es uno- murmuró con las mejillas sonrojadas.
Por suerte el chico había creído que solo eran palabras al viento en estado somnoliento, mientras que para Jongho podía significar nada, para Yunho el hecho que de verdad se había quedado dormido generaba una inquietud enorme.
"Debe tener una explicación" pensó tratando de volver a la normalidad sus ciclos respiratorios.
Peinó su cabello hacia atrás y miró una vez más al humano, estaba a su lado aunque boca abajo abrazando una almohada, su cabello estaba despeinado, sus ojos color aceituna lo miraban como un cachorrito, su espalda desnuda se marcaba con elegancia hasta que la infame sábana cubría su trasero perfecto.
Y era suyo, sí, suyo porque ayer lo había aceptado como tal, le pertenecía aunque fuese un capricho bobo. Jongho no podía ser de nadie más.
Acercó una mano a su espalda y la repasó por toda la piel escuchándolo suspirar, se derretía ante su contacto y eso no hacía más que provocar hambre por él.
Se acercó tan rápido como pudo, volteó a Jongho dejándolo boca arriba, sostuvo sus piernas y las abrió tanto como pudo observando con apetito su pene erecto. Ahora pensaba los beneficios del cuerpo humano masculino con la erección matutina.
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La Obsesión del Demonio [2ho] Adaptación
FanfictionAdaptación 𓍯 "¿Puede un demonio íncubo caer por un simple hombre?" Todos los créditos de esta historia son para @Trinidad Victoria