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Uno...

— descuida, estaré bien, sabes que es patrullaje de rutina. — le dijo a su esposo, tratando de tranquilizarlo.

— no lo sé, tengo un mal presentimiento... sería mejor que alguien más lo hiciera.

— claro, y que me corran o me descuenten el día.

— no me refería a eso. — la sostuvo de su cintura y la acercó a él, sin pensarlo la besó dulcemente. — bien, yo aquí me quedaré con el bebé.

— te amo.

— y yo a ti. — salió de su casa.

Dos...

No mucho después, ya se encontraba en la comisaría, tenía que hablar con el sheriff. Ni cinco minutos pasaron cuando estaba devuelta en la patrulla y empezó a rondar por las calles de Atlanta.

Varias horas más tarde su turno terminó, por lo que ya estaba yendo camino a casa. Pero su esposo llamó.

— hola cariño, ya voy a la casa, ¿quieres que compre algo de cenar? — al otro lado de la línea se escuchaban los sollozos del hombre. — me estás asustando, ¿qué sucedió?

— estamos en el hospital, el bebé se accidentó.

— voy para allá. — respondió, encendió las sirenas y aceleró, pero... jamás esperó que no llegara a ver a su hijo.

Tres...

Un auto conducido por una persona en alto grado de ebriedad chocó con ella, haciendo que la patrulla se volcara y se incendiara, gracias a un desconocido que llamó al 911, los paramédicos no tardaron en llegar y salvar a ambos conductores.

Su esposo se encontraba en la sala de emergencias, y para su mala suerte, no tan sólo su hijo se había accidentado.

— ¿qué le pasó? — preguntó alterado.— es mi esposa, ¿qué pasó con ella?

— tuvo un accidente automovilístico, la llevaremos a cirugía, haremos lo mejor que podamos, la pediatra no tardará en llegar y en atender a su hijo. — le informó un doctor. — su esposa está en buenas manos. — sólo asintió y volvió a la cama donde estaba acostado su pequeño bebé de un año con su bracito roto.

Comenzó a sentirse culpable, creyendo que Angela estaba así por su culpa.

Cuatro...

Pasaron las horas, su pequeño ya había sido atendido y dado de alta, con un pequeño yeso en el brazo y sosteniendo con la mano una paleta, ahora sólo les quedaba esperar a que dieran noticias de ella.

El doctor salió y se acercó al Sr. Grimes, su expresión no transmitía nada bueno, pensando en lo peor.

— ¿cómo está Angie? ¿Está viva? — el médico asintió y el suspiró aliviado.

— Angela sufrió varias fracturas, de tibia, en el brazo derecho y en la cabeza, le hicimos una craneotomía y recolocación de huesos, también tuvieron que hacerle una cirugía cardiotorácica. — informó.

— ¿y estará bien?

— las primeras 72 horas son criticas, al operar su cerebro pude notar que hubo daño en el hipocampo, la corteza cerebral y la amígdala.

— ¿qué es eso?

— son las partes del cerebro que forman la memoria a largo plazo y regulan las emociones, especialmente el miedo y la ira.

— ¿quiere decir que Angela...?

— puede que al despertar no los reconozca, ni se acuerde de ustedes. No se sabe, pero será temporal, no hay gran daño, con el tiempo comenzará a recordar todo. — sólo asintió entendiendo.

AMYGDALA [Rick Grimes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora