AMYGDALA [Rick Grimes]

3

Anocheció, cenamos en el campamento, alrededor de la fogata.

— ¿en serio eres hermana de Shane? — me preguntó Andrea y asentí. — ¿cómo has podido soportarlo toda tu vida? — todos carcajearon, incluyendo mi hermano.

— ni yo sé... es difícil. — respondí.

— Shane nunca había hablado de ti. — mencionó Carl.

— supongo que fue por el coma... — todos me miraron desconcertados. — al parecer tuve un accidente hace casi 10 años que me dejó en coma, apenas desperté hace un mes o un poco más, desperté con amnesia. 

— despertaste casi igual que mi papá. — miré a Rick. — le dispararon y cayó en coma.

— Rick y tú son milagros. — comentó Lori.

— eso parece... me alegro que lo seamos, ustedes lo recuperaron y mi hermano me recuperó. — me abrazó y besó mi sien, Lori sonrió, estando de acuerdo a lo que dije.

— y ojalá recuperes tu memoria. — me deseó Dale.

— ojalá que sí, quiero saber qué tanto me perdí. — mi hermano, Rick y Lori se miraron. Aquí hay algo raro. — y también necesito que Shane me actualice.

[...]

Nos fuimos a dormir, Shane se veía algo frustrado.

— ¿estás bien? — asintió, bostezó y colocó su gorra sobre su cara. — no pareces estar bien.

— pero lo estoy, no te preocupes. — me acosté y me recargué en su pecho, usándolo de almohada. — ¿sabes? Tengo otra almohada, estás pesadita como para que me uses de almohada. — lo golpeé en el torso y ambos reímos. — te extrañaba, Angelita.

— yo igual, hermano, aunque no sé si haya sido bueno despertar.

— ¿por qué lo dices?

— no estoy preparada para este mundo.

— nadie lo está.

— no, pero al menos tú sabes cómo disparar, cómo defenderte... me perdí demasiadas cosas.

— lo sé, pero... esas cosas ya no importan, en cuanto a la defensa personal y a saber disparar, no dudo que aún lo recuerdes, desde que iniciaste la academia tenías una excelente puntería... tal vez no has tenido la oportunidad para ver si aún la tienes, igual con la defensa.

— tal vez inconscientemente.

— ajá. — bostezó. — pero descuida, si necesitas de nuevo practicar, te puedo enseñar, les ando enseñando a varios a usar armas.

— claro. — me pasó una almohada y me reacomodé, quedando a su lado. — descansa, Shane.

— igualmente, enana. — cerré los ojos y traté de conciliar el sueño.

[...]

A la mañana salí, no había nadie.

— ¿Angela? — era Carl.

— ¿dónde están todos?

— en la casa, están haciendo una votación.

— ¿de qué?

— si matan o no a Randall, es un rehén que papá, Glenn y Hershel trajeron anteayer. — sólo asentí.

— ¿y por qué tu no estás allá?

— no me dejaron, Shane dijo que seguías aquí, así que me dejaron encargado. — sonreí.

— okay... — sonrió, ¿por qué su sonrisa se me hace conocida? — ¿y qué haces?