CAPÍTULO 17

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MARATÓN 2/3

CLARA

Atravesamos junto con Alba las verjas del colegio hasta que llegamos a la calle.

- Oye, Alexia me ha escrito hace un rato para que la vaya a buscar al entreno ya que tiene el coche en el taller, ¿os apetece veniros? Estoy segura de que le hará mucha ilusión, y, además, algo me dice que es la única capaz de animaros un poquito a las dos- confiesa acariciando la mejilla de mi peque, que sigue en mis brazos un poco llorosa todavía.

La pobre debe llevar un susto tremendo, nunca ha experimentado nada violento en su vida, creo que nunca he llegado a darla un azote si quiera, siempre intento dialogar con ella, y hasta el momento me ha funcionado bastante bien, incluso cuando entró en los denominados terribles dos años. Desde que mi padre y mi ex me dieron aquella paliza el día que les conté que estaba embarazada, me juré a mi misma que nunca educaría a mi hija a base de golpes, y que trataría de impedir cualquier situación violenta en la que pudiera verse involucrada, pero yo no puedo controlar todo.

- Mi amor- digo llamando la atención de mi hija- ¿te apetece que vayamos a buscar a Alexia?

Ella asiente ligeramente y las tres nos ponemos rumbo a la ciudad deportiva, vamos en el coche de Alba, que por suerte tiene una sillita de viaje para Ada, ya que suele hacerle de niñera a sus primos pequeños.

Tardamos un poco en llegar dado que las carreteras a estas horas están colapsadas, bueno aquí en Barcelona casi a cualquier hora están así. Cuando Alba aparca el coche en la ciudad deportiva, todavía faltan unos veinte minutos para que Alexia termine su entrenamiento, así que ponemos un poco de música para intentar animar a Ada, pero no hay manera, sigue cabizbaja y prácticamente no ha emitido palabra alguna.

- Cuando mi hermana se entera de lo que ha pasado hoy la va a dar algo- confiesa como quien no quiere la cosa.

- ¿Qué crees que dirá? – pregunto con curiosidad.

- Pues, si te soy sincera, no lo sé. Lleva toda su vida haciendo frente a situaciones de mierda como las de hoy, tanto ella como todas las del equipo, incluso siendo jugadoras de primera división y jugando en el mejor club del mundo hay días en los que reciben comentarios machistas y misóginos de gente a la que le da rabia que sigan rompiendo barreras y sigan ganando todo lo que se proponen. Pero aún así siguen luchando para que las próximas generaciones, como Ada, no encuentren tantos problemas como encontraron ellas, pero parece que todavía no es suficiente, no es normal que niños de cinco años actúen como lo han hecho hoy los compañeros de tu hija.

- Nunca he sentido tanta impotencia como dentro del despacho de la directora- digo en confianza aún sabiendo que es su jefa- Tenías razón, lo primero que me dejó caer es que Ada se había buscado que sus compañeros la pegaran ese balonazo, ni unas miseras disculpas he recibido. Ha intentado convencerme de que el futbol no es para las niñas, pero al final he conseguido darle la vuelta a la conversación, aunque he tenido que amenazar con sacar a Ada del colegio.

- Te entiendo perfectamente, al colegio le hace falta un pequeño lavado de cara, no te lo voy a negar, pero espero que cuando el año que viene se jubile la directora las cosas cambien.

- ¿Te puedo preguntar algo?

- Lo que quieras- me contesta con total seguridad.

- ¿Cómo hace tu madre para afrontar estas situaciones? Porque como madre no he podido sentirme peor cuando me has contado lo que ha pasado, no sé explicarte bien cómo me he sentido, ha sido una mezcla de emociones muy rara, ira, miedo, angustia... No he podido protegerla, y sé que no siempre voy a poder estar ahí para hacerlo, pero...

UN DIA DE PARTITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora