Capitulo 3

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-¿Una bruja? –dijo perplejo -¿Cómo sabes que era una bruja?

-Digamos que no está en mis genes la capacidad de volar.

-Bueno, viendo que ella no está contigo, supongo que se te ha escapado –siguió riéndose.

-La muy... ha desaparecido cuando me ha estrellado contra el árbol, al levantarme de nuevo ya no estaba. –dijo Dylan indignado.

-Bueno tranquilízate, le contaremos lo que ha pasado a Ryan y decidimos lo que hacemos –intentó tranquilizarlo.

-Sí, pero antes llévame a mi casa –Dylan empezó a frotarse la camisa –tengo que cambiarme, voy demasiado sucio.

Los dos se montaron en el coche y pusieron rumbo a la residencia Wells, donde vivía Dylan, era una casa gigantesca, una mansión construida en el siglo XIX muy bien conservada, con detalles de una arquitectura urbana, por dentro, la casa había sufrido diversas restauraciones y reformas, dejándola hoy en día con un interior moderno y acogedor, la casa constaba de cinco dormitorios con baño propio en la planta de arriba, dos aseos en la parte de abajo, una cocina con un concepto abierto que daba al comedor, un salón y un despacho, en el sótano se encontraba la bodega. En el exterior había dos patios, uno delantero con un pequeño jardín que llevaba a la entrada de la casa, y el trasero, donde se encontraba una zona de relajación con butacas y sofás, una piscina y una barbacoa.

Al llegar, Dylan se bajó del coche y se fue corriendo a su casa, Drake se quedo dentro del coche esperando a que se cambiara para poder ir de nuevo al tanatorio. Tres minutos después Dylan salió de su casa, esta vez salía con una camisa negra ajustada con detalles blancos en los bordes, un pantalón de pinza negro y unos zapatos marineros azul oscuro. Todo hecho un galán.

Drake arrancó el coche y se fueron directos al tanatorio. Al llegar aparcaron y entraron dentro. Allí buscaron a su amigo Ryan, pero antes de encontrarlo otra persona los encontró primero a ellos.

-¡Dylan Wells! –la Sra. Wells se acercaba rápidamente hacia los chicos, y su cara dulce y bondadosa había cambiado a una cara enfadada -¿Dónde te habías metido? Hola Drake –en ese momento le dedicó su mejor sonrisa a Drake.

-Hola Sra. Wells –le respondió un poco intimidado.

-Tranquilízate mamá – intentó calmarla –Drake me llamó y fui con él un rato.

-¡Como que un rato! ¡Llevo buscándote más de una hora! –al parecer el intento para tranquilizarla no dio resultado.

-Hace una hora Drake me llamó diciendo que venía para acá – intento excusarse –pero no sabía llegar con el coche así que fui a por él.

-¿Y como se ha enterado Drake que el Sr. Blake ha muerto? –preguntó intentando pillar a su hijo – Todavía no ha pasado el coche anunciándolo.

-Al ver que no estábamos en clase me mando un mensaje y le dije lo que había pasado.

-Te estaré vigilando, y como vea que te vuelves a escaquear...

-Tranquila mamá no me volveré a ir, te lo prometo –al terminar se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla.

Cuando la Sra. Wells se alejó lo chicos siguieron buscando a su amigo para contarle lo que había pasado, lo encontraron sentado en la misma silla donde se hallaba antes de que Dylan y Drake se fueran a la cabaña.

-Ya estamos aquí –dijo Dylan.

-Y bien...¿Qué habéis encontrado? –preguntó ansioso.

-En la casa nada –dijo Drake.

LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora