Capitulo 9

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Tras terminar la conversación con Samara, Dylan y Drake se reunieron con los Wells en la cripta. Al acabar el entierro, los chicos se fueron cada uno a sus casas.

Al llegar a casa, Dylan no le dijo nada a sus padres sobre lo de salir a media noche, al igual que Drake, se temía que la respuesta fuese un "no" indiscutible.

Al terminar de cenar Dylan se fue a su habitación a esperar que toda su familia se quedara durmiendo para poder salir.

A las once y media Dylan recibió un mensaje de Drake –Baja, ya he llegado -, sus padres todavía no se habían acostado, así que bajó con cuidado las escaleras y al mirar en el salón vio a sus padres durmiendo, provocándole un gran alivio al pensar que no lo iban a pillar. Cogió las llaves y con sigilo salió de la casa.

-Hola –dijo Dylan al montar en el coche.

-Hola.

-¿Estás seguro de esto? –Dylan quería ofrecerle el beneficio de la duda.

-Sí –Drake miró a Dylan fijamente y asintió.

-Pues vamos –Dylan tragó saliva a la vez que miraba al cielo por la luna del coche observando la gran esfera roja que se encontraba en lo alto del cielo -, casi es la hora.

El camino se les hizo relativamente corto. Aparcaron en el cementerio e intentaron seguir el camino que habían seguido tras el entierro del Sr. Blake, esta vez con un poco más de dificultad ya que la oscuridad impedía que avanzaran con rapidez, teniendo que recurrir a las linternas de los móviles.

Después de un buen rato caminando, Dylan y Drake llegaron al claro. En el centro se encontraba los megalitos, y entre ellos, una gran estrella pentagonal hecha con algún tipo de ceniza o algún polvo oscuro. Al lado de uno de los megalitos estaba Samara, esperando a que los chicos llegasen.

-Ya estamos aquí –Dylan se posicionó delante de Samara cruzando los brazos.

-Justo a tiempo, ya es casi media noche –Samara miró a la luna –poneros dentro de la estrella.

Los dos chicos se pusieron dentro de la estrella.

-¿Aquí? –preguntó Drake que se encontraba en una de las cinco puntas de la estrella.

-No –negó con la cabeza – tenéis que poneros en el centro y cogeros de las manos.

Los chicos tomaron la posición que les había dicho Samara, poniéndose uno enfrente del otro, y ella se puso delante de la estrella.

-Es la hora –dijo mirando al cielo -, vamos.

Dylan y Drake se miraron a los ojos, en sus miradas se apreciaba el miedo. Se cogieron de las manos y tomaron aire lentamente.

- Hac nocte sanguinem luna, ad mediam noctem, ínvoco vinos spiritus copiae mali posse vincere –la ceniza de la estrella se iluminó tomando un color amarillento, un fuerte viento empezó a soplar en el claro y los chicos empezaron a inquietarse - ingerentem ad corpora spiritus et det potentiam tuam.

El viento soplaba con más fuerza y la luz de la estrella brillaba con mas intensidad con forme Samara avanzaba con el hechizo.

- Hac nocte sanguinem luna, ad mediam noctem.... –Samara empezó a repetir el hechizo.

Dos columnas luminosas, una de color azul y la otra color tierra, cayeron del cielo impactando con los dos chicos. La columna azul cayó sobre Dylan y en sus ojos empezaron a brillar con un color del azul del mar. La marrón cayó sobre Drake haciendo que sus ojos brillaran con un color amarillo terroso.

-.... spiritus et det potentiam tuam –terminó de decir Samara.

De golpe todo cesó, el aire, el brillo de la estrella, las columnas de luz...

-Tu... tus ojos se han puesto azules –Drake no se podía creer lo que acaba de ver.

-Tus ojos se han puesto amarillos –Dylan estaba extrañado.

-¿Somos hombres lobo? –preguntó Drake.

-No –negó Dylan – los hombres lobo no tienen el brillo que tenias tu ni yo, pero... ¿Qué somos?

-Kitsunes.

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