Esa fue la primera noche que soñó con Samara. Dylan se encontraba en un lugar frio, oscuro y húmedo, en el exterior se oía el crujir de ramas azotadas por el viento y su incesante rugido envolvía el lugar donde él se encontraba, seguramente en un sótano o en una nave abandonada, no se podía apreciar bien el lugar debido a la falta de luz. Empezó a oír una voz femenina que lo llamaba <<Dylan, Dylan>>, al darse la vuelta vio una luz, una luz blanca brillante de donde parecía proceder la voz. Dylan echó a correr hacia donde estaba la luz, cuanto más se acercaba la voz lo llamaba mas fuerte <<¡Dylan!¡Dylan!>> , al llegar el destello lo cegó haciendo que cerrara lo ojos para poder recuperarse de la ceguera. Al abrirlos se hallaba en una salón, las paredes eran blancas, los techos altos con detalles antiguos, los muebles que decoraban la sala eran tradicionales y las sillones y sofás tapizados con terciopelo, Dylan ya había estado antes en esa casa, era la residencia de los Griffin, al mirar al suelo se quedo paralizado, horrorizado, el señor Alfred Griffin, o mejor dicho, el cuerpo sin vida del Sr. Griffin se encontraba tirado en el suelo, encima de una gran alfombra manchada de sangre, tenia cortes por todas las partes del cuerpo, parecían provocados por garras de hombres lobo pero... que Dylan supiese no conocía a ninguno con el tamaño suficiente para hacer esos tipos de cortes, tenían tres o cuatro centímetros de grosor y eran bastantes profundos. Dylan se arrodilló al lado del cadáver, intentando salvarlo, sin obtener resultados, pero algo le llamo la atención, al acercarse vio que los cortes que tenía en el estomago no eran de garras sino de colmillos, ¿pero que ser tiene una boca que atraviesa a un hombre de derecha a izquierda? En ese momento Samara apareció junto a él, pero estaba distinta, sus ojos brillaban como si fueran dos perlas blancas.
-Solo el elegido puede acabar con esto –la voz de Samara estaba cambiada, sonaba más grave de lo que había sonado anteriormente en el bosque.
-¿Qué ha pasado aquí? –su voz sonaba quebrada, Dylan no entendía lo sucedido y eso lo asustaba todavía más.
-Solo tú puedes detener esto –decía mientras se alejaba.
-No, espera, que significa eso.
Dylan se despertó en la cama sobresaltado, estaba sudando, tenía la respiración entrecortada y el corazón golpeaba su pecho bruscamente. Le costó varios segundos entender que todo había sido un sueño, una pesadilla, nada más, solo eso, todos estaban a salvo, pero algo en ese sueño lo había inquietado y lo había hecho dudar ¿Y si Samara tuviese razón?
A la mañana siguiente Dylan se encontraba cansado, no había dormido bien en toda la noche, se había pasado dándole vueltas a ese extraño sueño, intentando darle sentido, alguna pista que le dijera porque lo había soñado, pero no encontró nada.
Ryan había quedado con Drake y Dylan esa misma mañana. Dejando fuera los sentimientos, Ryan era una persona muy tozuda e insistente, si se proponía algo lo conseguía, costase lo que costase, y no iba a ser diferente el tema de la muerte de su abuelo.
Esa mañana habían quedado en la cabaña del Sr. Blake. Aparte de que Ryan quería intimidad para hablar con sus amigos y llegar a una conclusión, quería ver con sus propios ojos la cabaña y ver a lo que se referían Drake y Dylan cuando habían dicho que no habían encontrado absolutamente nada.
Después de que Drake recogiera a Dylan pusieron rumbo a la cabaña. Aunque las cosas ya no parecían estar tensas, en el camino de ida se intercambiaron pocas palabras, y es que ninguno de los dos quería sacar el tema de lo ocurrido tras el entierro.
Cuando llegaron, el coche de Ryan estaba aparcado en la puerta de la cabaña, al parecer había llegado antes para revisar la casa por su cuenta.
-¿Ryan? – lo llamó Dylan mientras entraban por la puerta.
-Estoy arriba, subid –se oyó la voz de Ryan en la parte alta de la cabaña.
-¿Has encontrado algo? – preguntó Drake cuando se posiciono al lado suyo tras haber subido las escaleras.
-Si- afirmó mientras se levantaba del suelo.
-¡¿Si?! –dijeron los dos asombrados.
-Si –volvió a asentir.
-¿Qué has encontrado? –preguntaron al unisonó.
-Un pestazo a lejía que lo podía oler desde el coche –dijo mofándose de ellos.
-Joder Ryan, no tiene gracia –le reprochó Dylan –pensábamos que habías descubierto algo.
-Y he descubierto algo de verdad –dijo poniéndose serio.
Los dos chicos se le quedaron mirando fijamente.
-El olor de lejía me dio una pista. –hizo una pausa –La lejía se usa como desinfectante para limpiar, así que deduje que el lugar de la casa que mas oliera seria donde mi abuelo murió. Y en efecto, así fue. Empecé a buscar pistas por toda su habitación, –abrió los brazos señalando la habitación donde se encontraban –y entre las rendijas del viejo suelo de madera encontré esto –de su bolsillo sacó una pequeña bolsa transparente con un bastoncillo manchado de sangre.
-¿Eso es sangre? –preguntó perplejo Drake.
-Sí –asintió – además perteneciente a alguien de mi familia, por lo que me lleva a pensar que es de mi abuelo.
-¿Cómo sabes que es de tu familia? –preguntó Drake asombrado.
-Nunca subestimes el olfato de un lobo –dijo con aires de superioridad.
-Ryan –Ryan miró a Dylan –tenemos que contarte algo que paso ayer, después del entierro.
Los chicos se bajaron al salón, allí, sentados, Dylan y Drake empezaron a contarle lo sucedido después de que él se fuera: la persecución por el bosque, la llegada al claro, el hechizo que les echó la bruja, la profecía...
-¿Cómo que un octavo fundador? –Ryan estaba confuso.
-No sabemos a lo que se refería – aclaro Drake.
-Pero eso no es todo, –Dylan hizo una pausa llamando la atención de sus amigos –esta noche he soñado que mataban al Sr. Griffin, -volvió a hacer una pausa – tenía el cuerpo lleno de grandes arañazos y en el estomago una gran marca de un mordisco que le atravesaba de derecha a izquierda. Luego apareció Samara y me dijo que solo yo podía detener esto.
Los dos chicos se quedaron estupefactos ante lo que les acababa de contar Dylan.
-Seguramente no sea nada –acachó la cabeza –pero es que fue tan real.
-Decís que esa chica, Samara, es una bruja ¿no? –Ryan se levantó del sofá – ¿y si ella hizo que soñaras eso?
-Puede ser –dijo indeciso Dylan, al parecer ya no sabía en qué creer.
-¿Pero y si Samara tenía razón? –salto Drake.
-Solo hay una manera de saberlo –Ryan miró a los dos chicos – vamos a echarle una visita a nuestro amigo Benjamin.
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Luna
WerewolfLas siete familias mas importantes de Luna se ven amenazadas por algo a lo que no están acostumbrados a luchar. Ellos ocupan el tercer de cuatro eslabones en la clasificación licantrópica ¿pero que pasaría si se enfrentaran al ser que ocupa el cuart...