AETERNUM

9.

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Omnisciente 

No es fácil. 

No es fácil hacer que tu corazón no sienta lo que la naturaleza llama, sobre todo, cuando la razón por la que este se desboca la tienes todos los días cerca.  

A veces simplemente quieres dejar de sentir algo, incluso llega a ser molesto el revolotear de emociones que tu estomago siente, mucho más cuando ni tú lo identificas. 

Había pasado una semana desde el día de aquel enfrentamiento entre Kiri y Fitaw, a la segunda chica se le fue prohibido volver a poner un pie en los entrenamientos bajo estrictas ordenes de los líderes de Awa'tlu, incluso, hablaron con los padres de Kiri, para que los cuatro fueran en busca de los padres de Fitaw y advertirles que su hija tenía que estar bajo cuidado debido a sus actitudes recientes para con Kiri, considerando que no fuera igual de agresiva con los demás. 

Ao'nung en esa última semana, había estado completamente ocupado, las cazas con su padre no terminaban debido a la temporada donde se acercaba el frío, sobre todo, los deberes de nuevos mauris en construcción, su padre les había dado el aviso a los demás de que ahora en adelante, no solo lo buscaran a él, sino, a su hijo también, así que él joven escuchaba las palabras "Joven Ao'nung" "Joven heredero" "nos podría decir" "que podemos hacer" "nos podría ayudar" más de lo que toleraba durante los últimos días. 

Por eso mismo, también estaba en busca de su hermana, con quien normalmente se desahogaba, en esa misma semana, no había podido ver a Kiri, ¿era algo que le molestaba? por supuesto, si no, quien se suponía que la cortejaría y llevaría su plan a cabo al mismo tiempo, no había podido si quiera hablar con ella desde el último almuerzo donde la chica la paso sonrojada todo el tiempo y rehacía a lo que él le decía, estaba consciente de que el que Kiri le creyera, sería más difícil de lo que pensaba, eso era algo que lo molestaba mucho más.

Quien demonios se creía para poner en duda lo que él decía, a su parecer, Kiri era una chica berrinchuda, enojona, demasiado seria y solitaria, además de terca y testaruda, poco tolerante y sobre todo, opuesta a él, él decía arriba ella abajo, era, frustrante, pero, de una manera que al igual, se le hacía como un reto a Ao'nung. 

Los festejos del heredero Metkayina comenzarían en dos días, era como viernes para la tierra y las fiestas comenzarían el lunes, Tsireya, quien se encargaba de organizar a detalle las cosas de todo, se encontraba en la orilla, supervisando como los aldeanos, decoraban cada antorcha y lazo de la orilla, pues, ahí sería donde llegarían los invitados

Lo malo de la situación, era que la chica estaba de malas, demasiado, a decir verdad, pues, había mandado a su hermano a investigar más a fondo sobre qué era lo que a Kiri le gustaba y en toda la semana, aquel joven de molote no se había dignado a proporcionarle la información, era como si se le hubiera olvidado, que frustrante era tener que estar acarreando gente como lo era su hermano, lo amaba, con todo su corazón, era su alma gemela, pero, a veces quería golpearlo y tirarle uno de su blancos dientes o jalarlo de esos rizos más cerrados que los de ella. 

Ao'nung: Holaaaa - Sintió unos brazos en su cintura los cuales la alzaron de inmediato del suelo y le dieron vueltas en el aire, pero, eso no quito los surcos en su frente de un enojo voraz - Oye, que tienes. - Pregunto al bajarla frente a él. 

Tsireya: Todo, eso pasa, tengo todo, te dije que me dijeras que era lo que le gustaba a Kiri y veme, tengo toda una semana de festejos que preparar, quisiera planear la de Kiri, pero a un cabeza de Akula descerebrado se le olvido, o más bien no me ayudo como siempre, no te vuelvo a pedir nada, nunca en mi vida te lo juro, eres una cara de ilu, me sorprende que no se te pierda la cabeza. - La chica comenzó a soltar insultos que ciertamente se le hacían adorables a su hermano, sobre todo porque, veía que todo era resultado de su gran estrés, pero, comenzó a ser preocupante cuando la chica comenzó a quedarse sin aire.