𝐇𝐢𝐭𝐬 𝐃𝐢𝐟𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭 | 𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬 [ᵉⁿᵒˡᵃ ʰᵒˡᵐᵉˢ]

𝓲. welcome home

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chapter 1

❝ Welcome Home ❞

Lidia apresuró ligeramente el paso al escuchar el chirrido de los railes del tren que provenía de Londres. Cruzó la entrada justo cuando este soltaba un silbido por la corneta, indicando que había llegado a su destino; Benthall Hall.

Lidia sonrió satisfecha al llegar a tiempo para recibir a los hermanos Holmes, peinando ligeramente su cabello mientras caminaba con cierto nerviosismo por la plataforma. Había perdido la cuenta de los años, desde la ultima vez que los había visto, cuando ambos se fueron de casa para asistir a la universidad de Londres. Ambos hermanos habían estado presentes en la mayor parte de la adolescencia de Lidia, por lo que cuando se marcharon dejaron un profundo vacío, y cierta soledad. Aunque Mycroft no era el que carcomía sus pensamientos durante las noches, sino el detective castaño de rizos bien marcados al que llamaban Sherlock Holmes.

Ambos habían sido demasiado cercanos durante la infancia y juventud, pasando largas horas del día leyendo libros, jugando en el exterior o simplemente charlando sobre su día. Habían formado un gran lazo amistoso a lo largo de los años, un fuerte vinculo que no podía romperse con nada, hasta que Sherlock se marchó y no volvió.

A pesar de que no tuvieran contacto desde que ambos eran unos jovenes en pubertad, Lidia siempre fue fiel y leal a los casos del joven Holmes. Todas las mañanas buscaba en el periódico por las notas que publicaban sobre él, casi siempre en primera plana, y se deleitaba con las pistas y señales que él seguía para resolver los casos. Lo admiraba, por poder estudiar lo que le apasionaba y muchas cosas más, sin ser juzgado por la sociedad.

Lidia esperó pacientemente a que ambos se acercaran a ella, repasando rápidamente lo cambiados que estaban conforme se acercaban. Ella sonrió con amabilidad esperándolos, pero frunció el entrecejo y se giró sobre sus talones cuando ambos hermanos pasaron por sus lados sin llegar a reconocerla.

Se aclaró la garganta antes de hablar.

—¿Caballeros? —Los llamó enderezando su postura inconscientemente, y pasando sus dedos por su cabello rizado.