XI

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Tal como lo imaginé al regresar a clases nuestros compañeros nos preguntaban por el viaje a Berlín, por las compras y regalos que nos hicieron, además de preguntar en persona si los regalos que nos dieron en la fiesta nos habían agradado. Bill se sentía totalmente fascinado, siempre ha amado la atención. Yo me sentía bien, agradecido con lo que recibí y con las experiencias que vivimos.

A decir verdad, mi mamá se molestó porque volvimos a alcoholizarnos, Gordon trató de convencerla de que eran las secuelas de la fiesta pero debido a que no era la primera vez que nos veía ebrios, ella sabía bien que habíamos seguido y decidió castigarnos, pero siendo honestos eso no fue impedimento para absolutamente nada, puesto que ella y Gordon la pasaban trabajando prácticamente todo el día, incluso los fines de semana, así que eso no hizo ninguna diferencia en nuestro comportamiento. Para comprobar que no nos íbamos a ningún sitio nos llamaba después de la escuela, eso solo duró unos dos días, ya conocía su táctica, pero no quería meterme en más problemas después del estado tan deplorable en el que Gordon me encontró y del cual trató de salvarme.

El viernes siguiente a nuestro cumpleaños Andreas me dijo que quería verme en el descanso para pedirme un favor, mencionó que necesitaba que fuera solo. Como mi amigo siempre estaba para nosotros, aún cuando Bill ya no era tan cercano a él, yo siempre intentaba hacer lo mismo por él, así que aproveche que Bill se reunió con Natalie en el descanso para escaparme con Andy que me vería cerca el gimnasio.

-¡Andreas! -Giró hacia mí y se veía nervioso. -¿Qué pasa? ¿Todo bien? -Me preocupaba un poco verlo así.

-Tom, sí, todo bien. Sucede que el día de la fiesta no tuve la oportunidad de darte un regalo y...

-Amigo, no necesitas darme nada. Lo sabes. -Lo interrumpí, pero lo que dije fue sincero.

-Gracias, pero pienso que hay cosas que están destinadas a pertenecer a alguien y cuando es así y está en mis posibilidades me siento bien obsequiando eso a la persona que crea que debe tener el objeto... -Lo notaba algo extraño, tímido, no sé bien de qué otra forma podía describirlo. -Sabes que soy algo raro amigo, pero bueno, toma. -Me dio un reproductor mp3 en su caja solo con un moño de regalo rojo. Era lo más novedoso que podías tener y también de lo más costoso en ese momento.

-Andy, ¿de verdad? es que, no tenías que hacerlo. -No sabía qué más decirle, en verdad Andreas es la clase de amigo que da todo sin esperar nada a cambio. -¿Cómo puedo agradecerte?

-Disfrutándolo. -Esbozó una sonrisa enorme, dejando atrás al Andy nervioso de unos minutos atrás. -Sé que tu hobby es la música y puede serte útil para almacenar canciones que te gusten, algunas que quieras aprender a tocar, también puedes almacenar tus propias composiciones o incluso sonido y video sobre los temas que tengas que estudiar. Busqué el más adecuado para ti. -Dijo todo con mucho entusiasmo, yo de verdad no sabía qué hacer de lo feliz que me sentía.

-Es que Andy, de verdad no sé qué decir además de gracias, en serio es demasiado. No tenías que gastar tanto dinero, déjame agradecerte de alguna manera, si quieres te hago la tarea, no sé, algo. -Entonces vino a mi mente algo que en ese momento me pareció lógico y lo besé. Andy me correspondió pero solo presionando sus labios con los míos y retrocedió.

-De verdad te gustó el regalo Tom, pero no necesitaba que me beses por ello. Tú sabes que hemos hecho muchas otras cosas sin necesidad de obtener algo a cambio. - Dijo entre risitas. -¡Ya! relájate y acepta que es solo un regalo.

-OK, es que no sé qué hice para merecer un amigo como tú. Gracias Andy. -Ahora me sentía apenado por querer pagarle con algo físico pero el reaccionó bien así que no habría problema.

-Hay algo más que quisiera darte, pero no es para ti, es para Bill. -Lo que dijo me descolocó un poco. -Toma... -Me dio una cajita pequeña, por experiencia podía asegurar que era alguna clase de joya. -Espero que lo acepte, tardé un tiempo en poder conseguirlo. Me gustaría volver a tener su amistad como antes. Lo echo mucho de menos. -Esa era la razón del nerviosismo.

ALLES WAS ICH BINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora