XVII.V

48 8 16
                                    

Los primeros días en que Tom estuvo internado me la pasé junto a él, incluso cuando no podía entrar a verlo, yo no estaba tranquilo si no estaba en el hospital. El hecho de no sentir su energía me ponía ansioso, lo peor era seguir en este estado de inutilidad donde únicamente podía estar ahí a la expectativa y que a cada cosa que lograba hacer le seguía un llanto repleto de tristeza y remordimiento. No servía para nada ahí, pero estando lejos todo se sentía peor.


Luego de una semana entera en el hospital, tuve que volver a clases. Los maestros me preguntaban por los avances de Tom y veía en sus caras la tristeza e incluso lastima cuando les decía que no había avance alguno o que había vuelto a terapia intensiva y que ni siquiera podíamos estar con él.


Cuando me preguntaban por mi hermano, mi estado de ánimo decaía más, incluso cuando pensaba que no era posible. Permanecía decaído, hablaba de él como si fuera alguien más porque de lo contrario no me era posible siquiera hilar más de dos frases sin querer romper en llanto. El descanso y las idas al baño eran los momentos en que llamaba a mamá para saber si había alguna novedad sobre Tom, momentos que también utilizaba para sacar las emociones que contenía durante las clases. Llanto, enojo, remordimiento, desolación y la más grande soledad que hasta ese instante me había invadido.


Natalie había estado bastante rara, no era la misma linda chica de siempre, ni siquiera cuando éramos solamente amigos permanecíamos tanto tiempo distanciados. Ella formaba parte del comité de graduación y se veía envuelta en juntas y todos los asuntos relacionados con el tema, incluso cuando nuestra generación no era la que estaba por graduarse. Los maestros daban permiso a los miembros de la sociedad de alumnos de recuperarse entregando las tareas y haciendo un trabajo para créditos extra.


La segunda semana no solo me encontraba distanciado de mi novia, sino de mis amigos.
De manera inconsciente estuve huyendo de ellos. Desde que me vieron besándome con Tom, opté por mantenerme lejos de ellos, al menos fuera de clase para evitar las preguntas.


La comida no sabía a nada, las horas corrían lento, pero los días se me escapaban sin control y sin respuestas concretas sobre lo que pasaba con mi hermano. Las noches eran el momento en que más resentía la soledad. Ocho horas eran demasiado; desde que Tom tuvo el accidente trataba de dormir lo menos posible, primero para enterarme si llegaba a haber alguna noticia sobre su salud y segundo porque siempre tenía el mismo sueño que la noche del accidente de Tom. Era uno muy extraño, como si viera una película, algo que no lograba descifrar. Tal vez fue lo que Tom sintió cuando se accidentó. ¿Era acaso lo que él estaba viendo mientras estaba en ese estado de inconsciencia?


Cuando soñaba me veía a mi mismo frente al auto de Gordon, yo estaba levitando y veía una luz que al parecer provenía de detrás mío, como si se tratase de un enorme reflector, dicha luz iluminaba el auto, en el interior estaba Tom, él me miraba directamente y yo lo veía a él. Podía sentir su enojo, pero sobre todo mucha tristeza y confusión. Creo que él se estaba sintiendo como yo lo hacía ahora. A medida que me acercaba al auto podía ver que los ojos de mi hermano se cerraban con pesadez. Sus manos todavía sostenían el volante pero sin fuerza, sus dedos apenas seguían agarrados pero el vehículo no perdía velocidad, de repente sentía que yo mismo me quedaba dormido y a la distancia un estruendo se escuchaba, olor a caucho quemado y ruidos de metal comprimiéndose llegaban a mis oídos, al abrir los ojos, me encontraba más arriba que antes, flotaba liviano y veía el carro de Gordon convertido en chatarra con Tom dentro de él. Al tratar de despertar, me elevaba por los cielos más rápido y despertaba agitado.


No me interesaba la escuela, sin embargo traté de mantener mis buenas notas porque sabía que si Tom se enteraba al despertar de que mi rendimiento había bajado, iba a estar sumamente decepcionado y eso era lo que menos quería. Necesitaba volver a tener su cariño, su amistad, su compañía, volver a ser su otra mitad y así ser nuevamente uno mismo, porque en ese preciso momento éramos dos mitades pretendiendo ser uno solo, algo que a ninguno de los dos nos funcionaba.


La espera era eterna, no solo sentía que perdía a mi hermano cada día, sino a mi amor.


Gustav me sugirió lo que hasta ese momento fue un escape a mi ensimismamiento y frustración. Su idea era hacerle cartas a Tom para contarle lo que sucediera cada día que él no estaba despierto. Era complicado porque mis días eran básicamente sufrir por mi hermano, lamentar mi propia existencia y llorar, ni siquiera comía porque la mayoría de alimentos me hacían vomitar, era lamentable, no podía contarle eso a mi gemelo, sentiría más pena por mí que lo que todos estaban sintiendo por él.


Un día Gus llegó a mi casa temprano, él iría conmigo al hospital y pasaría el día conmigo ahí. Cuando salí para irnos me dio una bolsa con materiales escolares como stickers, cintas decorativas, plumones, plumas de colores, etc., entre estos materiales se encontraba una libreta cocida con una pasta muy sencilla y el lomo era de color rojo.


-Tu mismo debes decorar la libreta, es por eso que se ve tan simple. Debes darle un toque especial, "el toque gemelo" que solo él pueda entender cuando despierte. -Gus me sonrió cuando terminó su explicación.


-Gracias Gus, voy a hacer las hojas de todos los días que han pasado ya y me pondré al corriente. -Me emocionaba documentar todo para mi hermano, sin embargo me asustaba no saber cuánto tiempo tendría que contarle por ese medio lo que pasaba.


-Mira, la libreta tiene muchas hojas, pero como sabemos que Tom va a estar bien ya pronto, tú debes seguir llenándola ahora con nuevos recuerdos a partir de su recuperación y hasta que la completen, bueno si es que Tom quiere ayudar. -Para variar mis ojos se cristalizaron, esta vez por el lindo gesto de mi amigo y por saber que él era la clase de persona que quería tener cerca durante toda mi vida. Gus me dio un breve abrazo y me hizo una seña con la cabeza indicando que era momento de irnos.

 Gus me dio un breve abrazo y me hizo una seña con la cabeza indicando que era momento de irnos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


ALLES WAS ICH BINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora