[𝟮𝟬] So dumb but so pretty

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𝖠𝗏𝗋𝗂𝗅’𝗌 𝖯𝗈𝗏:

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Gustar de alguien es estúpido.

Todo el tiempo experimentas esa extraña sensación en tu estómago y siempre sucede cuando aquella persona está cerca de ti. La extraña necesidad de querer pasar todo el día a su lado, sonreír como estúpida con el simple hecho de que él exista. Perderte en sus malditos ojos; Merlín, sus ojos, sus malditos ojos tan hermosos.

Bien. Me gusta Harry James Potter.

¿Y qué?

Me fascina la forma en que habla, la manera en que en varias ocasiones se enreda con las palabras, que a veces no se le entiende con claridad y que por el contrario, cuando se molesta con algún comentario, saca sus mejores insultos para defender a sus amigos o a sí mismo. Lo acepto, eso me enloquece.

Adoro la forma en que suelta chistes tan estúpidos que por alguna razón me generan demasiada gracia.

Y Merlín, ¿ya dije algo sobre sus ojos? Son los más hermosos de todo el puto mundo.

Odio esto, odio tener sentimientos por un chico, pero por alguna extraña razón... se siente jodidamente bien.

Al día siguiente del baile, corrí hasta la habitación de Meissa para encontrarme con ella y con Lizzie; yo estaba aterrada por los sentimientos encontrados que estaba experimentando en ese momento. Les relaté todo, desde lo que había vivido con Harry aquella noche y mis sentimientos; ellas me restregaron en la cara que tenían razón sobre mi gusto por el azabache, pero aún así me ayudaron un poco a despejar mi mente.

Aunque, aún sigo asustada y algo ajena a todo esto. Me siento vulnerable y eso no me agrada en lo absoluto.

Mis pasos resuenan por los pasillos, estoy yendo hacia mi próxima clase, la cual comparto con... mhm, Gryffindor. Camino con rapidez hasta las mazmorras, dispuesta a llegar a tiempo a la clase de Pociones, Snape no me perdonaría llegar tarde. No estoy acompañada de nadie; Astoria, Pansy y los chicos se adelantaron cuando yo me encontraba junto con Meissa en nuestra anterior clase.

Corro por el pasillo y luego de algunos minutos, diviso la puerta del aula de clases. Suelto un suspiro de alivio y entro al lugar, encontrando a todos los estudiantes alrededor del salón; estoy más aliviada ahora que sé que Snape no ha llegado.

Camino hasta la mesa que comparto con Astoria y tomo asiento, dejando caer la mochila al suelo; recuesto la cabeza en la madera y espero pacientemente al profesor.

Toda mi tranquilidad se desvanece cuando siento la presencia de alguien más. Rápidamente, alzo mi vista y entrecierro los ojos en dirección de la persona, para ser más específica, a Ron Weasley.

—¿Qué hay?— le digo junto con un movimiento de cabeza.

—¿Cómo se contesta a un: “qué hay”?— me pregunta con confusión. Hago una mueca, llena de extrañeza y lo miro raro. —Es que siempre me saludas con esas palabras y nunca sé qué contestar.— dice ante mi mirada y gesto.

—“¿Bien, y tú qué tal?”— respondo su pregunta con simpleza. —No es tan difícil, Ronald.

—Cierto.— asiente. —De ahora en adelante te saludaré de esa forma, no me importa si tú utilizas otro saludo.— me señala con el índice.

—De acuerdo.— ruedo los ojos.

—Oye.— dice, llamando mi atención de manera inmediata. —¿Qué dulces le gustan a Meissa?— me pregunta, curioso.

Sleekit─Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora