Capítulo 14: Conflictos y Encuentros

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Caleb

Me encontraba en la sala, absorto en la lectura, cuando accidentalmente escuchó una conversación entre Hiram y nuestros padres. Hiram estaba pidiendo permiso para recoger a Zamira y llevarla a su concierto. Senti como se formaba un nudo en mi estómago; sabía que Hiram era consciente de mis sentimientos hacia Zamira, y aun así, había decidido invitarla.

Frustrado y confundido, me retire a mi habitación. Intente enfocarme en un libro, pero la imagen de Zamira y Hiram juntos me atormentaba. Finalmente, me quedó dormido, inquieto y preocupado.

El domingo, decidí a actuar, busque a Zamira en Facebook. Con un mucho nerviosismo y esperanza, le escribí un mensaje invitándola a comer helado después de la escuela el lunes. La respuesta afirmativa de Zamira me llenó de una mezcla de alegría y ansiedad.

Zamira

Era lunes por la mañana y, mientras me preparaba para la escuela, no podía dejar de pensar en la cita que tendría con Caleb. Al llegar, casi como si estuviera destinado, me encontré con él.

"Hola Zamira, ¿cómo estás después del concierto?" me preguntó Caleb, iluminando el pasillo con su sonrisa.

La pregunta me tomó por sorpresa. "Estuvo bien, gracias. Fue una experiencia interesante," le respondí, intentando mantener mi voz firme a pesar de la turbación que sentía por dentro.

"Me alegro de que lo hayas disfrutado. Oye, ¿sigue en pie lo de ir a comer helado luego de la escuela?" continuó, con un brillo de esperanza en sus ojos.

Al oír su propuesta, sentí como mi corazón se aceleraba. "Sí, claro que sí," le dije, devolviéndole la sonrisa, aunque mi mente estaba en otro lugar.

Mientras hablábamos, vi a Hiram a lo lejos. Nuestras miradas se cruzaron por un instante, y un torbellino de emociones me inundó. Era como si en ese breve encuentro visual, todas las dudas y sentimientos que había estado tratando de ignorar salieran a la superficie.

Caleb, dulce y atento como siempre, me acompañó a mi salón de clase. "Nos vemos más tarde en literatura e historia," dijo, despidiéndose con una sonrisa.

Asentí, pero mi mente estaba en otra parte. Caminando hacia mi clase, me pregunté a mí misma: "¿Qué estoy haciendo?" No podía sacar de mi cabeza a Hiram y su intensa mirada. "Caleb es tan dulce y amable, pero Hiram... él me hace sentir de una manera completamente diferente, algo que no puedo explicar ni entender completamente."

Avancé por el pasillo, sintiéndome dividida. Por un lado, estaba Caleb, con su bondad y su capacidad para hacerme sentir cómoda y valorada. Por otro lado, estaba Hiram, que con solo una mirada podía hacer que mi mundo se detuviera.

"¿Cómo puedo estar tan confundida?", me pregunté mientras entraba en mi salón. Mi corazón estaba en un constante vaivén entre estos dos hermanos, tan diferentes entre sí, pero ambos capaces de afectarme de maneras que nunca había experimentado.

A medida que avanzaba el día, mi mente seguía divagando entre Caleb y Hiram, entre el helado que tendría con Caleb esa tarde y los recuerdos del concierto con Hiram. Sabía que algo tenía que cambiar, que tenía que tomar una decisión, pero aún no estaba lista para hacerlo. Necesitaba más tiempo, más momentos, más respuestas a las preguntas que revoloteaban en mi mente.

El Dilema De Zamira HawthorneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora