Amapolas secas || OT 2023 Polvorones

Prólogo: Gala 8. El inicio del fin

POV: Paul
Desde que era pequeño me he sentido insignificante. Ordinario. Insulso.
Yo, que siempre he sido alegre. Yo, que siempre he encontrado en el arte un comfort, aquel que no encontraba en la gente.

Y es que no caigo bien (en general). Y no entiendo muy bien por qué, porque a mí la gente me cae muy bien.

En la gala 5 no me puso nadie en la pizarra para salvarme, y no me sorprendió. Sentí la misma tristeza de siempre, la de ser el segundón, el chico que nunca deja huella. Y creía que si volvía a salir, seguiría sin que ningún compañero me votara.

Es la gala 8 y Lucas ha dicho mi nombre. Unos segundos después, Naiara lo ha dicho también. Es la gala 8 y estoy temblando, porque por primera vez he sido elegido.

Pero no soy feliz con ello. Sorprendentemente mi mayor sueño, el ser apreciado, queda eclipsado por otra razón. A él no le ha votado nadie.

POV: Álvaro
Estar aquí, esperando a ser salvado, me parece injusto. Quiero huir del escenario,  dejar de escuchar a la muchedumbre, a mis compañeros, a cualquiera. Esperar a que digan mi nombre y no el de mi mejor amiga o el de mi mejor amigo, es cruel y despiadado.

Entonces, escucho el nombre de Paul. Le miro y sonrío. Escucho el de Bea; Estoy igual de contento. Mis compañeros hablan, y ninguno pronuncia mi nombre. Apenas me importa, aunque odio admitir que en mi pecho algo se rompe.

Al acabar, observo a mi rival esta semana. No descifro su expresión. ¿Nos irá mejor odiándonos que queriéndonos?

ACADEMIA MADRUGADA
POV: Paul
Es tarde pero soy incapaz de dormir. Ha sido un día sin fin. Cris se ha ido, y noto un sabor amargo en mi boca al recordar la despedida en la posgala y como perdemos una persona más en nuestra mesa.

He querido hablar con Lucas y Naiara antes de dormir, para agradecerles los votos que poco sirven, y nos hemos fundido en un abrazo.

—Son mi refugio— ha dicho Lucas.

Ese momento me ha hecho recordar, que aunque me sienta horrible por hoy, soy querido. Hay gente en esta casa que piensa en mí. Me quieren como yo los quiero.

Después de un rato en la sala del piano, esperando a que cierta persona entrara y fundirme en otro abrazo, he desistido y me he sentido tonto por esperar que él viniera en mi búsqueda, cuando es él quien necesita a alguien ahí.

¿Le he fallado?  ¿Podría haber hecho algo más está semana para que estuviera más cómodo? ¿Debería ir a verlo?

POV: Álvaro

Puede que me siente un poco triste. Pero jamás lo admitiré. Me he ido a ensayar la canción que haré la próxima gala. Quería ir a ver a Paul, como hice después de la gala 5, y estar los dos solos al piano, pero he visto que estaba rodeado de muchos, y no quería ser el que sobraba del grupo.

Además, ahora somos rivales, ¿verdad?

Pienso en las noches la semana pasada.  No sé si es normal sentir nostalgia de lo ocurrido ayer. De observarle sonreír. De darle de la mano. De poder hacer cosas y fingir que no estoy desesperado por hacerlas. Echo de menos eso.

Ahora nos une una eliminación. No podré estar con él hasta la final. Aunque al menos podré votar para que gane. Puede que estar con él, por última vez, resulte más doloroso que no estar.

Total me voy a ir, y todos aquí estarán mejor sin mí.

MADRUGADA SIN CÁMARAS

POV: Paul

Estoy yendo a beber agua. Tal vez son las 3 o las 4 de la mañana. No hace frío, y aún así tengo todo el cuerpo sudado. No sé qué me pasa, pero estoy más nervioso que ayer que debía dormir para la gala.

Mientras relleno el vaso, escucho un ruido y me asusto (tal vez sea el fantasma del que todo el mundo habla) pero me tranquilizo al ver salir una figura conocida de un chico.

— ¿No puedes dormir? — me pregunta el sevillano.

En la penumbra no distingo bien sus facciones, pero extrañamente noto su mirada anclarse en mí y siento que mi corazón se detiene.

— Qué va, estoy rayado por cosas.

Escucho su suspiro y noto como se acerca a mi lado.

— No hemos hablado mucho antes.

Giro para encontrármelo de cara y me resisto a morderme el labio de arrepentimiento.

—Lo siento, debería haberme acercado a hablarte.

Se hace el silencio y no me atrevo a romperlo de nuevo. Noto de nuevo su mirada, pero al contrario que antes, esta vez se posa en mí con desgana y cansancio.

—No pasa nada, tal vez lo mejor para los dos es esto. — dice con dureza después de una pausa eterna.

Busco la ironía en la frase, la broma en la que siempre se mueve, e incluso espero a que se ría, pero tampoco ocurre.

Quiero gritar y apenas me sale la voz.

— Si es lo que quieres.— susurro.

No sé si me ha escuchado, y poco importa, porque se da la vuelta y dice algo como "descansa" o "buenas noches". No le entiendo, como tampoco entiendo como ahora, mi corazón se desgarra.