La invitación real

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Love—Lana del rey.












Reino de Maravilla

(Capital)

Maravilla estrella





En el sombrío invierno de 1880, las calles del reino. Maravilla se vieron invadidas por una enfermedad implacable: La tuberculosis. Esta cruel plaga se cernió sobre la población, arrebatando vidas y dejando tras de sí luto y desolación. Entre las afectadas, se encontraba la pequeña familia de Park Jimin, quienes, a pesar de luchar contra la enfermedad con valentía, no pudieron escapar de su letal abrazo.

Los padres de Jimin, figuras amadas y fuente de inspiración, sucumbieron a la tuberculosis, dejando huérfano a su hijo a la temprana edad de cinco años. La casa que alguna vez resonó con risas y versos ahora estaba envuelta en un silencio desgarrador. La comunidad entera se vio afectada, con familias enteras desgarradas por la pérdida, y el reino se sumió en un periodo oscuro marcado por el duelo y la fragilidad de la vida.

Para el pequeño poeta, la pérdida de sus padres dejó una marca indeleble en su alma sensible. Fueron las memorias de su hogar, impregnadas de amor y creatividad, las que lo sostuvieron mientras enfrentaba la realidad despiadada de la epidemia. La tragedia de aquellos días oscuros dejó cicatrices en el corazón del niño, y sus versos, a partir de entonces, llevaban consigo el peso de la pérdida y la nostalgia.

Tras la ausencia de sus padres. La abuela de nombre Min ji, una mujer sabia y con un corazón compasivo, asumió la responsabilidad de criar al pequeño huérfano. A pesar de las sombras de la epidemia que aún se cernían sobre el reino, ella se propuso proporcionarle amor y estabilidad al joven. Lo llevó a vivir al palacio, donde ella misma trabajaba como educadora para la familia real.

A si que una mañana del día 25 de enero de 1880. El joven Jimin, llegó al imponente palacio para vivir con su abuela.
La magnificencia del lugar contrastaba con la sencillez de su vida pasada.

—Mi pequeño y dulce Jimin desearía que aquella tristeza que gobierna tu corazón fuera enviada al mío para que dejaras de sufrir.

Min Ji consolaba a su pequeño nieto como cada día desde que llegó al palacio, por la perdida de sus padres Jimin no había noche en la que sus párpados no soltaran una tormenta implacable por el recuerdo de lo que alguna vez tuvo. Y es que por más consuelo que se le fuera brindado su pecho no encontraba el alivio para aminorar ese dolor incesante.

Su abuela conflictuada por no tener logro para brindarle calma lo envolvió entre sus brazos y con sus manos tersas y suaves dio caricias en el cabello castaño para posterior sus labios entonar una melodía.

AMARTE EN SILENCIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora