Caleb Howard no era más que un pobre estúpido con suerte que lamentablemente formó parte de mi pasado.

Llevábamos una relación de poco más de un año y a ojos de todos los que la veían desde afuera, estable, pero sólo yo sabía acerca del infierno en el que ardía.

Y de pronto, fue en aquella fiesta de Halloween meses atrás que todo cambió bruscamente.

Brianne fue la primera que me rescató esa noche.

- No entiendo... ¿Es que no me amas? - Pregunté intentando retener las lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento.

- No es eso, Lily...

- ¿Entonces qué es? - Pregunté con la voz casi desgarrada. - Dímelo, Caleb... sólo dime la verdad. No sientes nada por mí... ¿Cierto?

Suspiró pesadamente antes de poder continuar, y es que incluso sin afirmarlo, ambos ya sabíamos la respuesta. - No eres tú... es mi culpa, Lily... lo siento.

- ¡Howard! - Llegaba Mike en su búsqueda con un vaso de alcohol en la mano, quizás sin notar lo que interrumpía, Caleb volteó para mirarlo cuando éste le hizo una seña para que fuera con él.

- Creo que debería irme... en verdad lo siento, Lily. - Fue lo último que lo escuché decir esa noche antes de salir de la habitación para posteriormente bajar las escaleras.

Por mi parte me quedé allí inmóvil y es que ni siquiera sabía cómo reaccionar, si yo estaba dispuesta a pelear por nuestra relación... ¿Por qué él no lo estaría?

Y mentiría si dijera que no noté algunas red flags con anterioridad... la verdad es que las ignoraba porque con él creía que el amor era rojo... y realmente no era así.

- ¿Lily? ¿Qué haces aquí? - Preguntó la madre de una de mis compañeras al notarme dentro de la habitación de invitados... ni siquiera podía concentrar mi atención en ella... todo se sentía nulo a mi alrededor y las voces se iban desvaneciendo cada vez más. - Lily. - Seguía escuchando mi nombre pero aún no podía responder.

- Lily... me dijeron que estabas arriba. - Escuché de pronto otra voz, esta vez familiar, a lo lejos en el pasillo del segundo piso de la casa pero que poco a poco iba acercándose más. - ¿Qué... - Su pregunta se vio estancada cuando abrió la puerta y me encontró parada en el medio de la habitación, pálida, sin decir ni una sola palabra y con las lágrimas inundando mi rostro. Miró a la mujer asegurándole que se encargaría de la situación y que podía dejarnos a solas, la mayor solo le brindó una sonrisa antes de asentir y ella copió el gesto, mismo que se borró en cuestión de segundos cuando se comenzó a acercar a mí a paso apresurado. - ¿Qué diablos, Lily? ¿Estás bien? - Finalmente me envolvió en un abrazo al cual sólo pude corresponder segundos después porque era de lo poco que había para hacer en esos momentos. - ¿Lily? Lily, háblame... di algo, ¿Qué pasó? - Preguntaba Brianne en su desesperación por saber qué me estaba ocurriendo, mas yo no podía responderle en mi desesperación de tener varias cosas en mente pero que de mi boca no salieran palabras.

- Terminamos. - Fue lo único que pude decir antes de que el llanto no me permitiera continuar e incluso cayera sobre mis rodillas sobre la madera del suelo, Brianne se arrodilló con cuidado cuando notó que mi llanto solo iba intensificándose.

- Sí... oí de parte de Soph hace unos minutos pero no sé... creí que estaba ebria o algo así, no sabía que hablaba en serio hasta que lo escuché del mismo Caleb mientras hablaba con Mike abajo... ¿Qué pasó exactamente?

- Ni siquiera yo lo sé, Brianne. - Intenté apartarme para secarme las lágrimas recibiendo algo de ayuda de su parte. - Es... de la nada me dijo que quería hablar conmigo y que viniéramos acá... luego me dijo que quería terminar; ya no siente lo mismo por mí... no quiso decirlo pero lo dio a entender a la perfección... y quedó ahí, justo llegó Mike y no sé, se fue con él.

HopelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora