- Así que... ¿Trish? - Rio levemente algo avergonzada al casi no recordar el nombre de la chica. - ¿Por qué viniste a Oregon? - Preguntó la castaña con curiosidad.

- Realmente nací en Oregon. - Respondió ella. - Pero viví en California un tiempo... esta vez iba a Lima por cuestiones de trabajo.

- ¿Por trabajo? - Se mostró sorprendida, no era secreto para nadie que con el shock realizado por el actual presidente, la situación económica, política y social del país no era la mejor para la mayoría de personas pero más se sorprendió porque estaba segura de que no se llevaban tanta diferencia de edad. - Creo que te confundiste de país. - Bromeó ganándose una risa por parte de la chica. - ¿Cuántos años tienes?

- Dieciséis. - Estaba en lo correcto, apenas unos meses de diferencia. - Papá tiene una... empresa, por decirlo así, y le salió una oportunidad de un proyecto en Lima pero con todo el papeleo y su trabajo en Oregon, no tenía tiempo de ir y pensó que sería una buena idea si yo iba en representación de él.

- Vaya... ¿Y qué crees que pase ahora con eso?

- Ah... es una buena pregunta, de hecho... la verdad no lo sé, quizás mande a mi madrastra o a algún empleado de confianza. - Intentó restarle importnacia para cambiar de tema. - Ustedes y sus amigos venían de paseo... ¿No es así?

- Exacto... bueno, veníamos sólo por unos días, no esperábamos quedarnos atrapados en los valles de Sierra Nevada para siempre. - Rio ligeramente Alina. - Queríamos tener unas vacaciones difertentes antes de graduarnos.

- Oh... ¿Es su último año?

- Lo era, sí...

- Pero aún lo es... el año aún no se ha acabado después de todo.

- Pero la comida sí y no hay rastros de más por lo pronto, con Ali y el resto no encontramos absolutamente nada en la expedición.

- ¿No comerán... carne?

- Lo intentamos. - Suspiró pesadamente lanzándose contra el asiento. - Fue difícil... fue tan díficil, Trish, en especial con el contexto que tenemos detrás nuestro.

- ¿El contexto? - Repitió confundida.

- Venimos de una preparatoria católica, por lo que hacer esto estaría mal visto por las autoridades del colegio.

- Lo imagino... de alguna manera, supongo pero... Loraine, tienen que sobrevivir, ¿Qué piensan hacer si no?

- Tiene razón. - Argumentó Alina. - Sí... pensarán mal de nosotros, quizás, pero es que si sobrevivimos después de esto, no esperemos tener una vida normal... creo que estaba más que claro.

- Pero es que esa era la idea... veníamos aquí sólo a pasar unas malditas vacaciones como para ahora tener que renunciar a todo.

- Y eso sólo si es que sobrevivimos, Lore... ya es hora de aceptarlo, Michelle lo aceptó, yo lo acepté, es hora de que tú lo aceptes también.

La pelinegra no dijo más y terminó retirándose hacia el interior del avión, ambas, más que nada la castaña se había quedado atónica, pero supo en ese momento que tenía que aceptar que Alina tenía razón... demonios, hasta Michelle, quien se había opuesto hasta el final, lo había aceptado tal y como decía ella... y se tragó toda clase de moralidad, de la poca que quedaba junto a aquellos trozos de carne y hielo.

No iba a poder contradecirla más, menos hacer las cosas a su antojo si quería seguir sobreviviendo, incluso si le costaba.

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Han sido apenas un par de días desde que los pleitos entre Sam y Parker habían cesado; a las buenas o quizás más que nada a las malas tuvieron que aceptar convivir en un mismo entorno.

HopelessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora