Capítulo uno

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Capítulo uno:

Sumergida en la penumbra de la biblioteca universitaria, rodeada de estantes repletos de libros que contenían el conocimiento del mundo, me encontraba en mi propio universo de ecuaciones y teorías. A mi alrededor, el silencio concentrado se veía interrumpido solo por el suave tintineo de mi teléfono. Lo saqué de mi mochila con curiosidad, apartando la atención de las ecuaciones por un momento.

En la pantalla, el nombre de Raven parpadeaba, y mis cejas se fruncieron ligeramente. La curiosidad se mezcló con una sonrisa cuando oí el mensaje de mi compañera de piso.

— ¿Qué haces, científica del saber eterno? —decía el mensaje de Raven, seguido por una serie de emojis animados que intentaban emular la explosión de una ecuación.

Sonreí ante la ocurrencia de mi amiga, pero mis pensamientos volvieron rápidamente a la tarea en curso. El teléfono regresó a la mochila, y me sumergí de nuevo en mis estudios, dejando que las palabras y teorías fluyeran en mi mente como un río constante.

El suave zumbido del teléfono continuó, y esta vez fue la melodía de una llamada. Con cautela, saqué el teléfono de mi mochila y vi el nombre de Raven iluminándose en la pantalla.

— ¿Cómo va, cerebrito del cosmos? —saludó Raven con su tono característico.

— No mucho, solo lidiando con las maravillas de la física cuántica —respondí en un susurro, tratando de no llamar demasiado la atención en el silencioso santuario del conocimiento.

— Oh, solo el universo en tus manos, ya sabes —bromeó Raven, y pude imaginarme su sonrisa al otro lado de la línea. — Pero en serio, ¿cómo te sientes con el gran examen que se avecina?

La pregunta reverberó en mi mente, recordándome la abrumadora importancia que le confería a este examen debido a mi naturaleza perfeccionista. Más que una simple prueba, era la llave que abriría la puerta a oportunidades inexploradas y desafíos más allá del aula. En mi mundo, cada ecuación resuelta y teorema comprendido representaban no solo logros personales, sino también pasos hacia adelante en mi trayectoria científica. Este examen era una encrucijada crucial, donde las mejores notas no solo simbolizarían mi dedicación y comprensión, sino que también podrían desbloquear puertas hacia grupos de estudio científicos de élite y proyectos innovadores.

Suspiré antes de responder.

— Intensa. Pero creo que estoy lista. Estoy en la biblioteca ahora mismo, revisando mis apuntes una vez más.

Raven emitió un sonido de simpatía. — Te entiendo, compañera. Pero no te olvides de tomar un respiro de vez en cuando.

La llamada continuó con una mezcla de bromas y palabras de aliento. Raven compartió algunas anécdotas divertidas de la noche anterior, y yo respondí con risas contenidas para no perturbar el silencio de la biblioteca. Hablamos sobre el próximo examen, y Raven insistió en que necesitaba un descanso, sugiriendo incluso que podríamos organizar algo después de la temida prueba.

— No te olvides, Lexa, la vida universitaria no solo se trata de estudiar. También necesitas relajarte de vez en cuando —aconsejó con su característico tono juguetón.

Mis labios se curvaron en una sonrisa. La conexión con Raven, aunque breve, era un respiro bienvenido en medio de mi inmersión en los libros. Sin embargo, llegó el momento en que tuve que colgar para volver a centrarme en las páginas impresas y las fórmulas que esperaban pacientemente mi atención.

La realidad académica, aunque abrumadora, era un camino que había elegido con determinación.

***

El aire fresco de la noche acariciaba mi rostro mientras caminaba de regreso a la residencia universitaria después de dejar la biblioteca. Decidí pasar por el local de siempre para comprar algo de comer; la rutina nocturna de un estudiante a punto de enfrentar exámenes.

Entre Dimensiones [CLEXA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora