Capitulo 24

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(Narra Carlos)

Era tarde por la noche y yo no podía conciliar el sueño. Alexa estaba en mis brazos al parecer ella ya estaba dormida. Me moví un poco y deshice el abrazo en el que estábamos.

Salí de la habitación y caminé hacia la cubierta, necesitaba respirar un poco. La verdad es que quería pensar un poco, tal vez cantar un rato.

Estaba caminando un poco distraído cuando noté que alguien hablaba, era extraño pues ya eran las tres de la madrugada. Reconocí inmediatamente la vos de la chica. Dejé de caminar y me puse a escuchar lo que estaban hablando.

- Noté cómo me miraste -dijo ella.

- Pensé que después de tantos guiños no reaccionarías -dijo el chico.

- Lo siento pero no podía decirte que sí en el instante. ¿Qué tal si me descubrían?

- Nos descubrirían a ambos -dijo él.

- Pero ahora sé que no lo harán -dijo ella.

- ¿Aún estás dispuesta a eso? -preguntó el chico.

- No lo sé... ¿tú lo estás? -Preguntó ella

- Esto le dolerá a ella cuando se entere.

- ¿A ti no te importará cuanto le dolerá a él? -preguntó él confundido.

- En realidad no. Lo he lastimado tantas veces que creo que ahora no le duele demasiado.

- Pues espero que sea cierto lo que dices- Se escuchó algo como si fuera un beso y luego se cerró la puerta de alguna habitación.

¿Qué demonios estaba haciendo Halston con Jack? Esto era demasiado para mí, tal vez yo estaba confundiendo las voces o algo. Jack parecía estar muy enamorado de ______. ¡No, esto es solo mi imaginación!

Seguí caminando hacia el elevador y luego de llegar a la cubierta me senté allí unos minutos y comencé a cantar Where even angels fear to tread - Bryan Adams. La verdad esta canción me recordaba mucho a Alexa, no entiendo cómo es que ella se fijó en mí.

*Flashback*

Recuerdo la primera vez que la vi en un Starbucks, ella se estaba peleando con el cajero porque no tenían feria de su billete.

- ¡Cómo es que no tiene feria de este billete, se supone que es una tienda con bastantes clientes!

- Sí, pero nadie nos trae un billete de semejante cantidad -dijo el chico apenado. - No tengo cambio -dijo ella revisando su bolso

- ¿Tengo que dejar mi café? -dijo desesperada.

- Sí no encuentra con qué pagarlo, sí -dijo el chico.

- ¡Rayos! -dijo ella molesta. Dejó el café en el mostrador y caminó hacia la puerta. Le pedí al chico lo que quería y vi el de ella allí, la verdad me dio un poco de pena que se desperdiciara.

- ¿Podrías cobrarme este también? -dije tomando el de la chica.

- ¿Seguro? -dijo el tipo.

- Sí, por favor -pedí.

Me dio mi cambio y salí para ver si la chica aún andaba cerca. Al frente del establecimiento había un parque y ella estaba sentada, con sus manos abrazando sus rodillas. Tenía la cabeza gacha y parecía sollozar. Saqué una pluma de mi mochila y escribí en la servilleta del café.

"No derrames lágrimas por algo que no vale realmente la pena. Las damas como tú no deberían dejar correr esa sal por sus mejillas. Reducen la belleza y dulcifican el corazón de chicos como yo. Espero que estés bien, si quieres ver al chico que escribió esto, gira tu cabeza a la derecha (:"

Messages (James Maslow) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora