Capitulo 57 "Jueves te odio"

324 28 1
                                    

(Narra ___)
Cuando desperté sentí que mis muslos dolían mucho, ni siquiera me podía parar bien. Me puse los jeans más flojos que encontré, una playera negra y peiné mi cabello en una coleta, no me maquillé.

Salí de la habitación y encontré en la salita a Helena y a Kendall viendo algo en la televisión.

- Buenos días -saludó mi hermana.
- Hola -dije y abrí el pequeño refrigerador, saqué la leche y bebí del envase. Luego me serví otro poco en un vaso.
- ¿Dónde has estado estos días? -preguntó.
- Por allí -dije buscando algo de galletas o cereal en la cocina. Mi estómago rogaba una manzana o un pan.
- ¿Dónde es por allí? -preguntó Kendall- Estamos preocupados por ti. Tienes idea lo difícil que es cubrirte el paso con tu papá, se me están agotando las excusas -dijo apenado.
- No necesito que me cubras -dije un poco molesta.
- ¿Qué te está pasando? -Preguntó mi hermana- James no deja de preguntar por ti. Todos estamos preocupados por ti.
- ¡Estoy bien! -dije comiendo una galleta.
- Creo... que vuelvo después - dijo Kendall, o sea que Helena hablaría conmigo. Salió y cerró la puerta tras de sí.
- Dime la verdad -dijo molesta.
- No puedo decírtelo -dije con los ojos cristalinos.
- ¿Por qué no? -dijo molesta.
- ¡Porque no! -dije tratando de calmarme.
- ¿Estás engañando a James? -preguntó de golpe. Eso me sorprendió tanto que tosí.
- ¡Por supuesto que no! -Le grité- Amo a James, más de lo que te imaginas, haría cualquier cosa, créeme Helena, cualquier cosa por protegerlo.
- ¿Entonces, por qué no lo miras ni a la cara?, ¿por qué actúas tan extraño con todos nosotros?
- Porque... no merezco su cariño -se me salió decirle. Cerré la boca de golpe, sabía que después de decir eso vendrían más preguntas.
- ¿Por qué lo dices? -preguntó preocupada.
- Porque de verdad no lo merezco, él ha sido muy bueno conmigo. Me quiere y me respeta. Yo no... soy tan santa y tan buena como a él le gustaría.
- ¿De qué estás hablando? -preguntó confundida y desesperada.
- No lo entenderías -dije comiendo más.
- ¿Hace cuánto que no tocabas la comida? -preguntó.
- Como tres, cuatro días -le dije.
- Estás pálida y flaca, tus labios están blancos y tienes ojeras -dijo- ¿te estás metiendo algo?
- ¡Helena deja de hacer conclusiones, tú solo estás fantaseando! -Pedí furiosa- Nunca me he metido nada, no he bebido, no engaño a James y tampoco soy anoréxica si es lo que piensas.
- ¿Qué tienes entonces? -preguntó molesta.
- Nada -susurré. Ella se sentó en el sillón molesta y yo terminé mi vaso de leche y me salí del camarote.

Después de debatirme un rato con mi misma, decidí ir a visitar a James. Toqué un par de veces y luego de dentro salió Kendall.
- ¿Puedo entrar? -pregunté, él se hizo a un lado.

Entré a la habitación y James estaba viendo una película, estaba recostado, cuando entré me dio una mirada fugaz y luego vio hacia la pantalla de nuevo, como si no hubiera visto nada. Me recargué en el marco de la puerta y mordí mis labios.
- ¿Cómo sigues? -pregunté. Él tragó saliva y sin mirarme contestó.
- Mejor.
- Que bien -dije mirando su cuarto. Él no decía nada solo seguía mirando su película, me recordó a Jack cuando me quedaría con él.
- ¿Dónde has estado? -preguntó. ¿Qué le respondería ahora?
- Resolviendo algunos asuntos -dije saliéndome por la tangente.
- ¿Qué tipo de asuntos? -preguntó.
- Unos importantes de los cuales no puedes saber -dije sin encontrar una excusa lo suficientemente buena para decirle.
- "no puedo saber" -repitió- ¿por qué no? -insistió.
- Porque... no sería bueno que lo supieras.
- ¿Me estás engañando con alguien? -preguntó.
- ¿Qué? -dije sorprendida.
- Te vi con Jack en el bar el otro día -su mirada me penetraba duro en el corazón, jamás había observado esa decepción por mí.
- No te engaño con nadie y menos con él -la verdad no sabía si lo que hacía Jack conmigo fungía como un engaño. Pero me sentía una basura como si realmente lo engañara.
- ¿Entonces por qué te ocultas de mí? No dejas que me acerque a ti, tampoco dejas que te toque y a penas y me miras a los ojos, _______, ¿qué tienes? -se sentó en la cama y yo estaba como pegada al marco de la puerta.
- Nada -desvié la mirada.
- No tengo mucho tiempo conociéndote, pero tengo noches y días junto a ti, sé cuándo mientes. Ahora dime la verdad.
- Es que no puedo decírtelo -dije con un nudo en la garganta.
- ¿Por qué? -dijo más desesperado.
- No... no puedo -repetí.
- ¿No confías en mí? Que... -él también luchaba por contener su enojo.
- James... no quiero que te molestes y perdón si te he lastimado, de verdad que no es mi intención.
- ¿Entonces por qué lo haces? -Dijo con ojos cristalinos- ¿Por qué me lastimas?
- No es mi intención hacerlo... lo que más quiero es protegerte -le dije.
- No haces un buen trabajo -dijo limpiándose una desgraciada lágrima que paseaba por su mejilla.

Messages (James Maslow) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora