Había una vez un pequeño bandido que no poseía un nombre por el cual ser llamado, un niño crecido en las calles que se dedicaba a robar relojes y billeteras para sobrevivir, un niño que creció en el frío y la humedad de los suburbios del barrio asiático de Valería, un niño que dormía en las calles, esas que eran su único hogar.
Hijo de una prostituta con un mercader de paso, era lo que se asumía, Hunter era un alma en pena, un alma sin nada que ofrecer, un alma empobrecida que jamás había recibido nada de nadie, al menos no algo que fuera más allá de la vida dada por su madre. Hunter no tenía nada, ni siquiera un nombre, hasta que lo conoció a él.
El destino es cosa de azar, y los azares conforman el destino. Y aquel niño sin nombre tenía doce años el invierno que conoció a Henrry Kang, aquel que sería su hermano, su familia y el hombre de ideas cargadas de cambio y resurrección que salvaría su vida cambiándola para siempre.
Bandido, eso era y se enorgullecía de ello, es lo que da crecer en las calles, con las sobras de los ricachones como único alimento y el arte de robar como sustento, una vida indigna que era lo único que conocía hasta que se topó aquella tarde del invierno más frío de su vida con el señor Kang y su hijo menor, Henrry Kang.
Quizá haberle robado el carísimo reloj a su padre no había sido la forma perfecta de conocerse, pero ese primer encuentro en el que Henrry se percató del hurto y lo persiguió por un callejón fue el primero de muchos que los llevarían a ambos a enlistarse juntos en el ejército años después con la esperanza de hacer un cambio en el sistema que, como a tantos niños que no tuvieron la suerte de nacer en cuna de oro, lo pisoteó dejándolo en lo más bajo, hacer el bien y significativos cambios en un sistema parásito que no representa a la clase trabajadora, sino a los ricachones se convirtió en el objetivo de su vida, y todo fue gracias a Kang.
Muchas veces se había preguntado qué sería de él si nunca hubiera conocido a su hermano, pero lo cierto era que, él no era, siquiera capaz de imaginarlo. Si Henrry nunca lo hubiera perseguido por ese callejón, si nunca lo hubiera salvado de aquellos bandidos que eran muchísimo más escoria de la que un joven Hunter había conocido en las calles, los mismos que quisieron venderlo a nombre de su madre a cambio de unos duros para sus nuevos vestidos y un plato de comida para su marido de una noche. Henrry lo sacó del infierno en el que vivía, gracias a él se convirtió en un hombre y dejó de ser escoria de la sociedad, Henrry le dio un hermano, una familia, esa que de la mano de su propia madre él jamás tuvo.
El niño fantasma era su nombre en aquellas frías calles que jamás serían amables con un niño como él. Pero el niño fantasma ahora poseía un nombre por el cual ser llamado, y todo fue gracias a él.
Pero ahora que ya no estaba, ahora que su muerte había sido declarada él se preguntaba qué seguía. Que haría? Que sucedería con Kian? Mientras la enfermera limpiaba y cocía su herida, sus pensamientos, todos volaban alrededor del hermoso rubio que seguía inconsciente a una camilla de distancia.
Sus lágrimas bañaban su rostro descendiendo de sus ojos como si fuese un reflejo automático de su cuerpo y Hunter jamás creyó que llorar fuera algo tan sencillo cuando ni siquiera intentándolo él lograba detener sus lágrimas.
__Duele mucho?_ la voz suave de la enfermera que lo atendía lo obligó a salir de sus pensamientos__ Intento ser suave. Me disculpo si lo he lastimado_ la chica rodea su cuerpo robusto sentado sobre la camilla hasta encontrarse frente a él, sus ojos mieles escaneando el rostro serio y consternado.
__Está bien_ niega en una expresión estoica secando la humedad salada de su rostro__No duele_ y realmente no mintió porque el dolor que en su pecho residía iba mucho más allá de lo físico, porque su cuerpo no dolía tanto como el corazón en su pecho ante la pérdida de su única familia.
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Broken Heart Syndrome/Omegaverse/
RomanceSíndrome del corazón roto Nacer como un omega nunca sería fácil. En medio de agresivas protestas y en el inicio de la guerra civil nació Kian Spencer, un precioso bebé producto del romance secreto que un importante mercader de la zona de Valería man...