Leon, El Señor del Norte

Capitulo 1

La primavera era fresca, las personas se preparaban para el caluroso verano que se aproximaba, por lo que la cosecha, se vería abundante. Pero yo...

- Vamos a cambiarte ese pañal... Leon...

Aún soy un bebe de un año.

- Uff te has hecho, eres un niño descuidado

Esta situación humillante, era diaria así que mi dignidad se fue hace mucho. Y la que me ayudaba era mi madre Luce, la señora de la casa, o mejor dicho de la tierra. Aunque me enteré que ella es la segunda esposa de mi padre, la principal está viviendo en la capital del Reino Holfort. Su nombre era Zola, y es una noble de alto rango.

- ¡Bien! Te vez limpiecito, ahora vamos a ver el invernadero que tu madre ha trabajado

Mi madre era hija de unos de los lacayos de mi padre, y se enamoró de mi padre, o eso me contaba cuando dormía en su regazo. En fin, los Bartforts, somos una familia de nobles de clase baja, es decir nobles provincianos que están fuera de la capital donde la nobleza está centralizada, somos campesinos con título de nobles, y somos la burla de la aristocracia de la capital. Para Zola era lo de menos, ella era una condesa, y se casó con mi padre para ganar la tierra, y en su rostro cuando viene a visitarnos, se notaba la mirada de codicia que tenía.

- ¡Mira Leon! Tengo una zanahoria

Mi madre me mostraba en su mano una gran zanahoria, yo estaba en su espalda con una especie de mochila, pero podía mirar por sobre sus hombros. Sonreí al verla tan feliz por algo tan simple como cultivar, sin duda alguna, será una vida plena.

- ¿Luce?

Escuché la voz de mi padre llegar al invernadero. Entonces ambos miramos al alto y corpulento hombre con cabello negro y ojos negros.

- Ara, ¿has llegado, querido?

Pude notar en su mirada que no traía buenas noticias, que al parecer, mi madre también lo sentía, esta deja de hacer lo que hacía para irnos ambos con el, a la cocina de la casa.

- Luce, debo decirte algo... en su momento no pude debido a tu situación de salud...

- ¿Que es Balcus, que te tiene tan abrumado?

- En el día que nació Leon, Zola me dijo que si fuera varón, lo enviara al ejército como parte de la representación de la familia.

Mi madre, que estaba atenta, miraba atonita a mi padre, que dejo caer el canasto de zanahorias que habia cosechado.

- N..No... Eso....

- Lo siento Luce...

- No... No... ¡Leon no puede vivir de esa manera!

Ella estaba en shock y en pánico, notaba sus manos temblar. Mi padre se levanta para tranquilizarla.

- ¡Porque!¡Porque ella me arrebata todo lo que quiero!¡Mi Jenna ya no es la chica que ama a su madre!¡Y ahora Leon será enviado a un camino que no podrá volver!¡Porque!

Ella estaba llorando a mares, mi padre llama a una sirvienta para dejarme en mi cuna, notaba el llanto de mi madre cuando me retiraba. 

Estaba enfadado. Esa bruja, quiere enviarme a mi muerte, cuando tenga 16 años, que es la mayoría de edad en este mundo.

- Es hora de dormir, Leon-sama

La sirvienta era delicada pero notaba tristeza en sus ojos, entonces me dejó en mi cuna, para retirarse. Yo no lloraba, estaba frustrado, apretaba mi pequeña mano, ¿acaso dios me trae la desgracia nuevamente?. 

No, él me dijo que no tiene control sobre las almas atadas a este mundo, por lo que las acciones son propias de la persona. ¿Entonces que hago?¿Que puedo hacer para evitar eso?