(🍸) ━━ O8 : last chance

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El sonido de las pieles chocando con cada embestida estaba volviendo loca a la pelinegra que se apoyaba sobre ambas rodillas y manos en la cama mientras se inclinaba hacia adelante para darle un mejor acceso a su acompañante

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El sonido de las pieles chocando con cada embestida estaba volviendo loca a la pelinegra que se apoyaba sobre ambas rodillas y manos en la cama mientras se inclinaba hacia adelante para darle un mejor acceso a su acompañante. El hombre seguía un ritmo tortuosamente lento, pero cada que llegaba al fondo tocaba ese punto dulce que hacía estremecer a Heena hasta los huesos, las manos masculinas aferradas a las caderas pequeñas de la menor apretaban con fuerza y ella sonrió sabiendo que eso dejaría una buena marca morada por unos días.

—Mierda, sí. Continúa así —Gimoteó Heena con la mitad del rostro hundido en las almohadas blancas que claramente no eran de su habitación.

—¿Así cómo señorita Hwang? —Gruñó Christopher a su oído mientras su mano derecha abandonaba su cadera para deslizarse hasta su pequeño botón de nervios donde no dudó en comenzar a ejercer caricias con una que otra presión. Heena gimió agudo cuando la oleada de placer comenzó a arremolinarse en ella. Sus caderas se agitaron involuntariamente debajo de él y el mayor la obligó con la mano que aún mantenía sobre su cadera a quedarse quieta. —¿Eso te gusta? ¿Tenerme solo para ti? —Gruñó tirando del cuerpo esbelto para apegarlo a él y prácticamente sentarla sobre su regazo aún con su polla dentro de su mojado y apretado coño.

Ella asintió eufórica intentando no deshacerse sobre su regazo como resultado de la gruesa polla llegando aún más profundo dentro de ella —si es que eso era posible—.

—Bien, entonces tendrás que aguantar hasta el final —Con Heena aún en su regazo, Christopher aumentó la velocidad de sus embestidas mientras el ritmo de su mano sobre su clítoris también aceleraba.

—Mierda, Chris… es mucho, joder —Gimió Heena retorciéndose de placer con las manos aferradas a los mismos brazos que la tenían aprisionada contra el ejercitado abdomen de su profesor.

—¿Quieres correrte, pequeña? ¿Quieres que te haga llegar con mi polla? —Gruñó Chris conciente de como las paredes vaginales de Heena apretaban su falo. Heena asintió nuevamente desesperada. —Dimelo con palabras.

—Q-quiero correrme, ugh —Chilló con la voz entre cortada por cada embestida.

—¿Dónde están tus modales, Heena?

La pelinegra tragó duro antes de abrir la boca nuevamente.

—Por favor Chris, déjame correrme.

El australiano sonrió satisfecho y dejó una serie de besos por todo el hombro desnudo de la menor antes de chupar con fuerza en la piel detrás de su oreja.

—Correte princesa, disfruta de esto antes de que regreses a la realidad.

—¿Q-qué?

Y con esas últimas palabras el subidón que acompañaba a Heena a su orgasmo fue remplazado por un sentimiento de vacío y seguidamente una luz cegadora que le hizo doler la cabeza cuando se levantó de golpe. Estaba soñando, había tenido otro sueño erótico con su profesor de inglés y nuevamente se había levantado en la mejor parte.

♡゙ : 𝐆𝐎𝐋𝐃 𝐀𝐍𝐃 𝐒𝐈𝐋𝐕𝐄𝐑, bc [+18]  𓈒 🖋️ ¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora