*** Dentro de la mente de Valentina. ***
Ya no sentía mi mano. Toda la semana había pasado todo mi tiempo libre haciendo réplicas del dibujo que Juliana me había ordenado hacer, por si quería seguir en su clase.
El martes, apenas llegué de la clase del profesor Guerra, había hecho el trabajo que él nos había encomendado y después de dos horas trabajando en el resumen crítico de un artículo sobre el trabajo de Piet Mondrian, comencé a hacer el primer dibujo de un centenar.
Era casi la una de la madrugada cuando terminé el primer dibujo. Al principio, pensé que mis trazos saldrían muy claros, como los del dibujo que me había entregado, pero el resultado final fue horrible. Ni siquiera se acercaba al dibujo original, aunque debería reconocer que había hecho un buen trabajo de alguna manera, no era, ni mucho, un trabajo excepcional como el que tenía a mano y algo dentro de mí me decía que si no le entregaba dibujos perfectos a la profesora Valdés, sería penalizada por eso de alguna manera. En ese momento, ya no sabía qué esperar de ella, pero era predecible que las cosas buenas nunca serían.
El sábado de esa misma semana, treinta y ocho dibujos después, con la mano derecha ardiendo de dolor en los músculos de la muñeca, con una bolsa de hielo colocada casi constantemente en mi mano y una ligera desesperación al pensar que definitivamente no lo lograría. No podría terminar los cien dibujos para la clase del martes, me encontraba inclinada en mi escritorio, dentro del dormitorio, con la mano envuelta en un paño frío, con lágrimas en los ojos, pensando en renunciar a la vida, acompañada de Jessica quien desde el martes había decidido que se quedaría despierta conmigo para no dejarme sola y que en ese momento estaba acostada en su cama resolviendo los cincuenta ejercicios de matemáticas que el profesor Solomon nos había dado para entregar el lunes.
—Deberías ir y quejarte al coordinador, Valentina. Sé que no quieres, pero sigo pensando que ayudaría en algo. —dijo Jessica, por milésima vez.
Levanté la cabeza y la miré.
—En serio Valentina, voy contigo. Y si quieres, podemos llamar a Jacqueline, estoy segura de que ella también te apoyará. —dijo ella, quitándose las gafas de la cara y poniéndolas sobre la cama.
—No, Jessica. —respondí, sin molestarme en volver a explicar el motivo.
Ya habíamos tenido esa conversación más de diez veces. No me quejaría de la profesora Valdés con el coordinador. Incluso podría resolver el problema de los cien dibujos y despedirme de eso, pero siento que eso solo empeoraría las cosas con ella y seguro me perseguiría más en clase. Además del hecho de que, en el fondo, no pensaba que él realmente ayudaría en nada, porque ella era profesora y tenía total autonomía para evaluar a los estudiantes como quisiera durante las clases. Quizás había un poco de orgullo de mi parte por no querer fallar... Quizás.
—Está bien, está bien, pero al menos date un respiro, no has dejado de dibujar desde el martes. Apenas has dormido. —argumentó Jessica, tratando de convencerme, nuevamente de que dejara de dibujar como una loca.
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Descubriendo el amor. Adapt. Juliantina (Terminada)
RomanceJuliana anhelaba vivir el amor más grande de todos los tiempos. Valentina deseaba ser el amor más grande de todos los tiempos de alguien. *** Esto es una adaptación todos los derechos reservados para su autora original ****