Capitulo 11

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*** Dentro de la mente de Valentina ***

— ¿Cómo te miro? —pregunté en voz baja, casi sin aliento para hablar.

Sus ojos adquirieron una mezcla de intensidad y dulzura.

Me miró como si...

Como si...

—Como si fuera la única persona en el mundo...

Mi cuerpo reaccionó a eso mucho más que mi mente, que se había paralizado. Todo en mí se manifestó a esa verdad como si estuviera recibiendo descargas continuas de mil voltios. Mis músculos parecían auto masticarse y sentí un escalofrío que subía por mis piernas, congelando mis huesos y piel, hasta mi cuello, que estremecía todo mi cuerpo.

Juliana miró los vellos de mis brazos y mis manos apretadas en puños, que estaban sobre la mesa. Mi primer instinto fue retirar los brazos de la mesa, pero no me obedecieron. Estaba paralizada.

"Como si fuera la única persona en el mundo." Pensé, reproduciendo mentalmente lo que Juliana me acababa de decir.

Esa declaración me había sido arrojada como una caja de mil verdades.

"Cuando la miro, es la única persona en el mundo." Pensé, tratando de abrir la boca para decir algo diferente a lo que estaba pensando, pero no importaba lo que iba a decir, no salieron palabras.

Juliana me miró con atención, con los ojos enterrados en mí, probablemente buscando alguna respuesta que mi boca aún no pronunciaba y aunque no pude controlar toda mi desesperación, tampoco pude controlar mis ojos para quitarlos de los suyos, y así, quién sabe, poder pensar.

—Valentina... —dijo Juliana, en voz baja y antes de volver a hablar, apretó la mandíbula y su mirada curiosa se volvió profundamente seria. —No necesitas decir nada, tus ojos hablan más y mejor que tu boca. —dijo, sin apartar esos ojos devastadores de los míos.

No tenía salida. No había nada en mi cerebro donde pudiera encontrar justificaciones plausibles para evadir la percepción que Juliana tenía de mí.

Solo tenía la verdad y la verdad era que yo... Yo... Yo estaba... Yo...

Simplemente negué con la cabeza para estar de acuerdo con ella, sobre que no tenía que decir nada. Sacudió la cabeza conmigo y sonrió solo con los labios, entrecerrando los ojos ligeramente mientras sonreía.

Estuvimos en silencio que pareció una eternidad, pero fueron solo quince segundos, mirándonos y cuando mi cuerpo ya estaba teniendo dificultades para oxigenar mi cerebro, en respuesta a la mirada invasiva de Juliana, ella decidió hablar.

— ¿Qué harás esta noche, Valentina? —preguntó, naturalmente tomando su vaso de agua y tomando otro sorbo del contenido, como si no hubiera golpeado mis estructuras.

Descubriendo el amor. Adapt. Juliantina (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora