*** Dentro de la mente de Valentina ***
"¿Qué está pasando con mi cuerpo?" Pensé cuando noté que mis músculos se contraían en respuesta a la mirada invasiva de Juliana.
—Arruinaste mi sofrosina. —maldita sea. Su voz era baja y débil.
Entonces, el mundo se quedó en silencio.
Su mano tocó mi cara e instantáneamente mis sentidos se desviaron hacia el resto del mundo, solo funcionaban para ella. Mis ojos solo veían a Juliana, mi olor solo distinguía su olor, mi toque solo sentía su toque.
"Necesito controlarme. No puedo ser lesbiana. Esto está mal. No puedo ser...", pensé. "No importa, su mano es tan...tan..."
Sus dedos tocaron mi cara con tanta suavidad que en cualquier otra situación, si alguien más me tocaba así, apenas podía sentirlo. Sin embargo, el toque de Juliana, aunque era suave, me estaba haciendo temblar.
Sus ojos no se apartaban de los míos y por mucho que mi deseo de apartar la mirada fuera grande, aún mayor era mi deseo de mirar eternamente su rostro, sus rasgos profundos y suaves... sus labios...
— ¿Por qué estás temblando? —preguntó, quitando su mano de mi rostro y yo miré hacia abajo inmediatamente, cediendo a la timidez.
—No lo sé... —confesé, oyendo que mi propia voz salía demasiado débil y me maldecía por ello. — ¿A qué te refieres con que altera tu sofro...? —hice una mueca tratando de pronunciar la palabra que había dicho.
—Sofrosina. —ella me ayudó.
—Eso, sofrosina. —repetí, tratando de memorizar la pronunciación de eso.
Juliana siguió mirándome de la misma manera que me miró la primera vez que hablamos, en los pasillos de los salones del HGSD. Parecía querer tragarme, parecía querer partirme por la mitad y sumergirse en mí. Y seguí sintiendo estrellas chocando y explotando en mi pecho cada vez que ella me miraba.
Juliana soltó algo parecido a un suspiro y con una mirada de perplejidad, como si discutiera consigo misma, sin dejar de mirarme, respondió.
—Quise decir, literalmente, que estás destruyendo mi paz mental. —dijo en un tono suave. —Tengo preguntas sobre ti y no puedo responderlas. Necesito las respuestas y solo tú puedes darme esas respuestas.
"¡Mierda!" Exclamé mentalmente. "¿Cómo voy a darle respuestas que ni yo misma he podido responderme?"
Era evidente que yo era plenamente consciente de que le debía respuestas a mi profesora, después de todo, la había besado y luego después salí corriendo y prácticamente desaparecí cinco segundos después. Sabía que le debía respuestas, pero no tenía ninguna respuesta.
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Descubriendo el amor. Adapt. Juliantina (Terminada)
RomanceJuliana anhelaba vivir el amor más grande de todos los tiempos. Valentina deseaba ser el amor más grande de todos los tiempos de alguien. *** Esto es una adaptación todos los derechos reservados para su autora original ****