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Young Saeng no tuvo más remedio que quedarse en el hospital o marcharse.

La mejor opción era irse, para llevarle ropa a su madre y algunos libros. Pero algo, se atravesó.

Se escuchaban los llantos de un niño pequeño, pero alrededor había una gran mamada de gente. A un lado, habían muchos carteles enormes.

Hablaban sobre el dueño del hospital, que también era médico cirujano. Kim Hyun Joong, el prestigiado médico que salva un montón de vidas en cualquier segundo.

—Se convirtió en médico... —susurró Saeng.

Regresó al escándalo que estaba sucediendo.

Logró pasar entre toda la gente, de nuevo era el niño de hace un momento. Se acercó a él y lo cargó entre sus brazos.

—¿Qué sucede pequeño? —le preguntó.

El menor señaló uno de los carteles que estaba en el suelo. Seguramente se cayó o lo tiró por error y se asustó.

—No llores, ¿Si?. Dime quienes son tus padres —susurró Saeng.

No recibió respuesta. El menor lo miraba con un tierno puchero.

—¿Dónde están tus padres?

Siguió sin obtener una respuesta.

—¡¿Que está pasando?! —preguntó una voz masculina.

Saeng le sonrió al pequeño y le obsequio un llavero de felpa.

—Toma —le entregó en sus manos el llavero —no llores más. Te lo regalo. Cuida mucho a este pollito, ¿De acuerdo?

El menor sonrió y asintió, tomando fuertemente el llavero. La voz masculina que se había escuchado hace un momento se acercaba más.

—¡Baek Kyung!, De nuevo causando problemas —dijo Hyun Joong —Te dije que debes estar quieto.

Si, era de nuevo Hyun Joong. Quién se acercó a Saeng y le quitó al menor delicadamente.

—Lo siento —hizo una reverencia —mi hijo siempre está causando problemas.

«¿Su hijo?» pensó, seguramente estaba casado.

Mientras Hyun se llevaba al menor, se iba lamentando por fingir que no recordaba a Saeng. De todos modos, no estaba seguro si era él.

—¿Qué estabas haciendo? —preguntó Hyun —debes estar quieto, no puedes molestar a la gente, ¿Bien?

El menor asintió mientras abrazaba el llavero de felpa.

—¿De dónde sacaste eso?. Espero que no lo hayas tomado sin permiso de nadie.

Parecía estar loco hablando solo, pero su hijo no decía ni una sola palabra. Desde aquella accidente, donde perdió a su madre, el menor no dice ni hace un solo ruido más que llorar.

Hyun ya había intentado con el psicólogo, pero nada funcionaba.

—¿Polito? —preguntó el menor, mirando el llavero. La primer palabra luego de mucho tiempo.

Hyun se detuvo asombrado.

—H-hijo.... ¿Q-qué dijiste?

—¿Polito? —volvió a decir.

Los ojos de Hyun Joong querían empaparse de lágrimas. Su hijo, volvía a hablar.

—¿Cómo me llamo? —le preguntó —dime como me llamo, hijo.

El menor lo miró, pero no dijo nada. Sin embargo, Hyun estaba feliz, abrazó fuerte a su hijo y lo llevó con los empleados que se encargaban de cuidarlo.




*****


Hyun, tomaría el ascensor para bajar. Al abrir, vió a Young Saeng dentro.

¿Era mejor ignorarlo, o preguntarle si era su pequeño Saeng?

Ambos se quedaron callados por un pequeño lapso.

—O-oye... No quiero sonar como un loco. Te pareces mucho a alguien que conocí —comentó Hyun.

Saeng se quedó quieto.

—Ah, ¿Si?

—Si. ¿E-eres t-tú?, ¿Saengie?

—No —mintió firmemente —No conozco a nadie con ese nombre.

—¡Basta!, Eres tú, si eres —acorraló a Saeng en una esquina del ascensor y olió su cuello —Si, hueles a él. No finjas mas, te encontré Young Saeng. Cumplí mi promesa, estoy aquí.

—¡Oiga!, ¿Q-qué le s-suc-cede? —preguntó nervioso —Usted es casado. No haga eso, ya le dije que no conozco a nadie con ese nombre.

—Lo estaba. Lo único que me queda es mi hijo —respondió.

—Por favor, no sea así. No le haga esto a su mujer.

—¡Young Saeng!, Basta. Hace tiempo regresé a buscarte, pero no te encontré. Tuve que casarme por mi padre, si te hubiese encontrado.... No me hubieran obligado, porque entonces estaríamos juntos, ¿Dónde estabas?, ¿Sabes cuánto te extrañé?

Estaba atrapado. Saeng se quedó inmóvil, acorralado por Hyun Joong.

El ascensor se había abierto.

Hyun Joong no dejó de acorralarlo, pero volteó a mirar al individuo que los estaba viendo en la entrada.

Era su hijo, su pequeño Baek Kyung. Quién sonrió y se acercó al botón del ascensor y lo presionó fuerte hasta cerrar de nuevo el elevador.

Aún estando cerrado y subiendo, el menor no dejaba de presionar el botón. Después se cansó y se sentó en el suelo.

No paraba de oler el llavero de felpa que le había dado Saeng, mucho menos dejaba de abrazarlo con delicadeza.

—P-papá —musitó.





❄️❤️❄️❤️

Perdón por actualizar hasta hora, tuve un problema y mis capítulos escritos se fueron al carajo. Entonces volví a reescribir todo.🥺

Nos vemos en el siguiente capítulo!❄️💚

𝙈𝙔 𝙎𝙉𝙊𝙒 𝙋𝙍𝙄𝙉𝘾𝙀 - 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙎𝘼𝙀𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora