♡ : CAPÍTULO XVII

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Jeongin gimió con tan solo el toque de la lengua de Hyunjin en su cuello, dejando besos húmedos por toda la zona sin vergüenza alguna; no supo hacer más que enredar sus dedos en el castaño cabello del mayor y presionarlo más contra su cuello, cerrando sus ojos para concentrarse mejor en el placer que poco a poco iba incrementando en su cuerpo. Lo besos subieron hasta su mentón, dejando suaves mordidas que lo hicieron jadear en desesperación por llegar más lejos.

Con sus manos temblorosas deslizó por los hombros del mayor su chaqueta, dejándolo en aquella camisa negra que seguía dentro de sus—ahora—apretados pantalones. Con desesperación empezó a desabrochar el cinturón en busca de quitar esa molesta prenda que no hacía nada más que obstaculizar lo que tanto deseaba ver. Hyunjin captó tal indirecta, pero no quería desnudarse aún, quería hacerlo a su manera.

Apartó las manos de Jeongin que ya habían alcanzado el botón de sus pantalones, lo miró antes de besarlo con fuerza, robándole suspiros de satisfacción en el acto. Metió su mano bajo la camisa de Jeongin, sobando su cintura con la yema de sus dedos con suma lentitud, sintiendo como éstos cosquilleaban con emoción al tocarlo.

Rompió el beso únicamente para quitarle la camisa y dejar su torso desnudo de una vez por todas; admiró cada detalle de su cuerpo como siempre hacía, amándolo totalmente, quedándose ido por unos segundos en su bonita piel mientras Jeongin se movía inquieto bajo él en busca de ser atendido.

—Hyunjin~ —llamó su atención nuevamente.

El castaño fijó de nuevo su mirada en los brillantes ojos de Jeongin, notándolo necesitado y desesperado. Sonrió ladino y tomó ambas muñecas con fuerza, poniéndolas sobre su cabeza para atacar su boca de manera salvaje. A Jeongin se le erizó la piel ante tal rudeza, mojando cada vez más su ropa interior debido a la excitación; intentó posicionarse sobre él, pero no se lo permitía, presionando más sus muñecas contra la cama. Jadeó con urgencia cuando Hyunjin rompió el beso y llevó sus labios a sus expuestos pezones, enviándole escalofríos por todo el cuerpo y llenándolo del placer suficiente para gemir en necesidad. A Hyunjin le encantaba escucharlo, siendo ese su incentivo para seguir en su trabajo, estimulando esa zona con su lengua sin pudor alguno. Otra vez, Jeongin intentó zafarse de la mano de Hyunjin, pero éste se seguía resistiendo a dejarlo tomar el control.

—Deja de intentarlo, Sung—lo miró con profundidad, su voz sonando más ronca de lo usual, causando que el peliazul guardara silencio de golpe por la sorpresa, sintiendo la excitación apoderarse de su cuerpo cada vez un poco más, avergonzándose de su poco control en esa situación.

Segundos después, Hyunjin soltó las muñecas de Jeongin, guiando ahora sus manos hacia su pantalón. Un escalofrío placentero recorrió el cuerpo de Jeongin al sentir el roce de los dedos ajenos en su entrepierna sobre el pantalón. El castaño bajó dicha prenda hasta dejar al descubierto su llamativas y seductoras piernas, escuchándolo jadear suavemente. Quitó por fin su propia camisa, dejando al descubierto su torso, siendo admirado en silencio por Jeongin que solo se limitaba a respirar con dificultad mientras mordía con ganas su labio inferior, y es que nunca iba a tener suficiente del cuerpo de Hwang Hyunjin, y solo la idea de que por fin tendría lo que estuvo esperando por tanto tiempo, lo hacía temblar.

—También el pantalón, Hyun—ordenó el menor, acercando sus manos hacia el botón de dicha prenda nuevamente, buscando la manera de participar y de liberar esa erección que tanto deseaba.

Hyunjin sonrió y obedeció, quitándose los pantalones para tirarlos a un lado de la cama, quedando ambos usando solo su ropa interior. Masajeó su entrepierna sobre el bóxer bajo la atenta mirada de Jeongin, excitándose solo con ser observado; volvió a besarlo momentos después, haciendo un camino de besos desde su boca hasta el abdomen, dejando pequeñas mordidas que volvían loco al peliazul que había empezado a balbucear palabras que no entendía. Llegó al elástico de su ropa interior, topándose con su miembro erecto, notando la humedad que había traspasado la tela.
A esas alturas, estaba ya muy nervioso, nunca había llegado tan lejos, nunca le había hecho un oral a Jeongin. Recordaba haber leído algo al respecto y no parecía ser tan difícil, así que solo debía seguir con su trabajo sin ponerle demasiada atención al hecho de que podría equivocarse, simplemente se iba a dejar guiar por el placer y los gemidos que no dejaban de calentarlo.

Forbidden ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora