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Las luces de la casa fueron encendidas y rápidamente ocho patitas peluditas se acercaron para recibirlos, la pareja acarició los lomos de sus mascotas y se retiraron el calzado para suplantarlo por pantuflas. Dejaron sus pocas cosas en la mesita más cercana para después llenarse de besos y mimos como era de costumbre.

Taehyung se separó y comenzó a hacer una pequeña cena para ambos mientras su pareja se encargaba de sacar a sus mascotas para que hagan sus necesidades, cuando ya estuvo lista la comida la sirvió y lo puso en la mesa. A los pocos minutos el azabache entro y limpió las patas de sus mascotas, se sentó con su mayor y besó su mejilla con cariño.

Pasando aproximadamente media hora los platos ya estaban lavados, se dieron un baño, cada uno se hizo su skincare y se acostaron en la cama viendo cada uno sus respectivas tabletas; Jungkook miraba decorativos para la boda, mientras que Taehyung leía avance de libreto de la próxima serie en la que iba a participar. En algunas ocasiones el azabache le mostraba a su novio las deco que les gustaban y las guardaba en su tablero de pinterest emocionado.

— ¿Podemos poner una mesa de apuestas?

Kim le miró curioso, las ideas de su chico siempre eran extravagantes y muy buenas. ¿Y para que mentimos? Si Jungkook quería una mesa se apuestas o hacer su boda en la luna, él cumpliría... ¿Cómo? No le pregunten, pero él lo haría.

Por que Jungkook lo vale, vale cada maldito peso o won gastado y le importa poco gastar toda su fortuna con tal de ver a su chico feliz.

— ¿Para qué quieres la mesa de apuestas, amore?

— Podríamos apostar cuánto tiempo pasará para que tengamos nuestro primer hijo... —susurró nervioso, casi no hablaban de primogénitos y a pesar de saber que el mayor estaba de acuerdo con la idea de tenerlos -porque quería al menos cuatro-, no es como que hayan profundizado mucho en aquel aspecto.

Los ojos de Kim brillaron emocionados, definitivamente no podía esperar más para ver a su chico con una linda pancita.

— ¿Podemos empezar la apuesta? Yo pienso que antes de la boda, ya estarás llevando a una linda semillita aquí... —su mano tocó el vientre de Jungkook, quien con un sonrojo y una mirada atrevida dejó su tableta para acercarse más al cuerpo de su futuro esposo.

— Entonces deberiamos comenzar desde ahorita... No deberíamos perder mucho el tiempo, ¿Sabes?

— Estoy muy de acuerdo, futuro señor Kim.

Jeon rió y se acercó a besar los labios gruesos de su novio, el moreno dejó su aparato electrónico en la mesita de a lado y tomó la cadera contraria para subirlo a su regazo. El azbache empezó un vaivén encima del otro, soltó un jadeo al sentir el miembro semi duro de su hyung tratando de encajar en entre la abertura de sus nalgas, su camisa fue retirada mostrando sus pectorales y su abdomen marcado.

Kim también imitó su acción, dió una rápida checada al cuarto para saber que sus hijos perrunos no estaban dentro de la habitación y al estar seguro, se lanzó al cuello de Jungkook creando mordidas y chupetones que pronto bajaron a los pectorales del menor. El de tez clara gimió bajito al sentir sus tetitas ser mordidas con ímpetu, sus manos viajaron al cabello rubio de su chico buscando que se acerque más.

El pantalón y la ropa interior de Jeon fue retirado dejando su miembro erecto a la vista, Tae sonrió y bajo su mano al pene del otro para empezar a masturbarlo.

— ¡A-ah! Hyungie...

— Que bonito te ves amore, pero, te verías aún más montando mi polla. ¿No crees?

La mano de Kim aumentó la velocidad, Jungkook sintió una tensión en su vientre y cuando iba a anunciar su próxima corrida un par de notificaciones llegaron a las tabletas de cada uno.

Regresame a mi ex » TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora