Mi Protector (DabiHawks)

CAPÍTULO 14 - ALL FOR ONE

Ya era por la tarde y tras pasar la mañana limpiando, Toya y Keigo se volvieron a sentar en el salón, ambos agotados.

—¿Y haces esto todos los días? ¿no te cansas? —preguntó EL pelirrojo.

—Si... me gusta limpiar...

Toya no dijo nada, solo asintió, para luego mirar su teléfono.

—Que envidia, a mí no me dejan tener teléfono ni acceder a internet.

—Es por tu seguridad, no sabemos si pueden rastrear tu señal y encontrarte.

—Lo sé... pero aun así...

Toya revisó sus mensajes, Toga y Jin estaban cada uno a lo suyo y Tenko le mandó un mensaje esta mañana que esa noche no podría salir, pues tenía planes. Toya se extrañó de que su amigo tuviese tantos planes últimamente, pero no le prestó mucha atención.

—Si quieres irte, puedes... no tienes que quedarte por mi... —le dijo Keigo al ver que el pelirrojo no apartaba la vista del teléfono.

—No, no, tengo ganas de quedarme aquí —dijo y luego pensó que el lunes ya no lo volvería a ver... y ese pensamiento le entristeció de alguna forma, por lo que alzó la cabeza y se levantó.

—Voy un momento a fuera a hacer una llamada, ahora vuelvo.

—Vale.

Toya sonrió y salió del apartamento al pasillo del edificio, buscó en su agenda y llamó a su padre.

—Dime —la voz fuerte de Enji lo invadió su oído.

—Papá, ¿puedo pedirte algo?

—Claro.

—Quiero anular mi renuncia a vigilar a Keigo.

Tras un silencio en la línea, la voz de Enji volvió a surgir.

—A ver si te aclaras... ¿ahora quieres hacerlo?

—Si... lo he pensado mejor y este trabajo es perfecto para mi —dijo el pelirrojo con la imagen de Keigo sonriendo y dormido contra su pecho.

Oyó con claridad un suspiro de su padre.

—Está bien, pero ya no hay vuelta atrás, te quedarás allí hasta que finalice el caso, ¿entendido?

—Si, señor...

—Muy bien, y bueno, ¿Qué tal estás?

Toya se relajó un poco, sintiéndose mas animado, viendo que ahora podría pasar mas tiempo con Keigo.

—Estoy bien... oye... —Toya miró a la puerta del apartamento de Keigo para ver si notaba algo —¿tu sabías de los ataques de pánico de Keigo?

—SI, cuando se le hizo el análisis, él nos contó que desde que pasó eso no podía dormir bien.

—¿Y por qué no hacéis algo para ayudarlo?

—Le propusimos visitar a un psicólogo, pero lo rechazó.

Eso tomó a Toya de sorpresa.

—¿Seguro?

—Claro, intentamos convencerlo, pero no quiso, tampoco podemos obligar a alguien en sus plenas facultades de hacer algo que no quiere. Aunque también es verdad que estuvo especialmente agitado durante toda la visita del médico.

—Entiendo, pero...

Toya pudo oír interferencias y como el sonido a través del teléfono se cortaba, para rápidamente oír la voz de su hermano.