Aún era mediodía, y en la mesa de un restaurante, Tenko y Shigaraki comían. El peliceleste comía en silencio, algo incómodo y nervioso. Daba pequeños bocados a su comida, mientras que el hombre frente a él, parecía devorarlo.
—¿No tienes hambre, Tenko?
—N-no es eso... —Tenko miró a su lado, en el suelo había muchas bolsas de cosas que el hombre le había comprado esa mañana —es que... me has comprado muchas cosas...
El hombre sonrió.
—Claro, no puedo dejar que mi Tenko vaya por ahí con esas pintas, y seguro que con tu trabajo no ganas lo suficiente para tener cosas útiles en tu casa.
Tenko tragó saliva.
—Eso quiero decir... yo trabajo y gano mi dinero, no me gusta que me den tantas cosas, y que incluso me invites a comer siempre... yo también puedo pagar.
Shigaraki se quedó callado, se llevó un pedazo de carne a la boca y tras masticarlo bien y tragarlo, se limpió con la servilleta, miró a Tenko con sus ojos opacos.
—¿Quieres decir que desprecias todo lo que he hecho por ti?
—¡¡No... no es eso...!!
—Pues es lo que parece, yo te he comprado todas esas cosas, y te invito a comer porque me importas y quiero hacerlo.
—Y lo agradezco mucho, pero también me gustaría pagar alguna vez o comprarte algo a ti... —Tenko hablaba con calma, aunque se notaba algo de desesperación en su voz, en su interior sentía que estaba decepcionando a ese hombre.
—Primero me dejas tirado para ver a tus amigos, luego, esta mañana me hubieses dejado tirado otra vez por ese trabajo tuyo, y ahora desprecias todas las atenciones que te hago... no te creía así, Tenko, me decepcionas.
Un escalofrío cruzó por el cuerpo del peliceleste, se puso de pie, haciendo rechinar la silla y bordeó la mesa para ponerse al lado de Shigaraki, arrodillándose y agarrándole de la mano.
—Por favor... perdóname... no era mi intención... te prometo que no volveré a hacerlo...
De alguna forma, un sentimiento de dependencia nació dentro de Tenko, algo que desde pequeño había mantenido a raya. Estaba fuera de sí, por su cabeza la imagen de él solo y sin nadie, abandonado por todos se presentaba con viveza.
Shigaraki sonrió y apretó la mano con la que sujetaba Tenko la suya, y con la otra le acarició la cara, por donde unas finas lágrimas mojaban su rostro.
—Está bien, Tenko... sé que no lo has hecho queriendo... te perdono.
Tenko sonrió, agradecido. Sin Toya, ahora su único pilar, el cual mantenía ese sentimiento de dependencia estable era Harashi Shigaraki, este hombre que tantas cosas le ofrecía, siempre estaba ahí para él y Tenko lo despreciaba reprochándole esas atenciones.
—Lo siento... he sido un desagradecido... —decía mientras frotaba su cara en la mano del hombre.
—Tranquilo, solo siéntate, limpia esas lágrimas y comamos.
Tenko sonrió y volvió a su sitio, limpió sus lágrimas y se puso a comer con mas ganas que antes. Shigaraki tomó un sorbo de su copa de vino y miró a Tenko.
—Y bien, ¿Qué tal lo pasaste con tus amigos?
—¡¡¿QUÉ?!!
La exclamación de Keigo retumbó en los cristales del salón.
—Exactamente eso, ¿Qué te parece?
—Pe-pero, Toya... eso es imposible.... ¿Cómo quieres que te acompañe al festival a ver a tu hermano?... no puedo salir de aquí.
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Mi Protector (DabiHawks)
FanficSe ha producido un brutal asesinato en la ciudad, en uno de los callejones mas hostiles, y el único testigo es Keigo Takami, que por orden de la policía es trasladado a un edificio de apartamentos protegido. Toya Todoroki, un agente de policía relat...