Manuel.
Érase una vez un caballero, valiente y audaz que vivió en un castillo lleno de demonios y ángeles. Ese castillo se construyó con la finalidad de estabilizar los reinos del bien y mal, cuya lucha los hace más fuertes y débiles. Aquel castillo era custodiado por un caballero de armadura, cabalgando un animal de tres cabezas, en huesos y con la habilidad de incendiar todo objeto que toque.
Un día, el caballero se percató que llegaría el momento, el preciso segundo de escoger un bando, de decidir el destino del mundo y el universo entero. ¿Quién se quedaría con la única raza humana inteligente la cual, con su precioso planeta logrará progresar y armonizar las batallas libradas hace siglos?
Entonces... toma su espada de platino, se baja de su caballo, corre a la habitación, resguardándose la piedra filosofal, agarra la llama de la alquimia y se retira con mucho apuro. Se fue a un valle muerto y solitario, su estancia dura un par de meses, sobrevive alimentándose de las almas moribundas e inocentes y al cabo de unos años un hombre de apellido alemán se le acerca con el gran perfil indagado por el caballero al darse cuenta de que su lecho de muerte está muy cerca. Le comparte los más oscuros secretos de las civilizaciones antiguas y un tesoro inconmensurable. El poder no es comparado ni con la piedra filosofal o la dichosa alquimia que tanto el ser humano ha adorado, buscado y atribuido mitos y leyendas esparcidas a través del globo.
Pero se lo dio a las manos equivocadas y por esto ha desencadenado un desorden universal catastrófico, cuya duda en el paraíso y el infierno fue una tormenta eléctrica, llena de estragos y desafortunadamente muertes, destrozos y un sinfín de conglomeraciones sociales, políticas, económicas, ambientales, filosóficas y humanas. El reloj del fin se adelantó diez minutos y la oscuridad en la atmosfera de la Tierra fue llevándose todo lo bueno y brillante a su paso.
Ese hombre era Federico II...
"Muchachos, debemos sacar a Celia, esta muy grave la cosa y puede sufrir el aplastamiento previsto" Fernando intenta jalarla de las piernas sin conseguir respuesta de vida por parte de nuestra amiga.
Nos acercamos a los pies de la chica y con nuestra fuerza tratamos de que su cuerpo saliese del angosto pasadizo. Las rocas y el polvo se iban desplomando, la voz y la respiración no responden al continúo llamado. No hay opción, toca dejarla y escapar o de lo contrario las puntiagudas rocas del techo caerán encima de nosotros, matándonos de inmediato y acabando con el esmero de rescatarla a toda costa.
"No podemos, esas rocas nos van a caer encima, debemos escapar" grita Cristal observando el peligro avecinado.
Algunos sollozan por la pronta muerte de Celia, no obstante, Marta se mantiene firme, abre la puerta y todo se ve cómo habíamos entrado. No hay indicios de ningún temblor o suceso tectónico que afectase al entorno de libros y estanterías antiguas, algo andaba muy mal.
"Esto es imposible. ¿Cómo puede ser que no tiemble afuera?" pregunta la supervisora.
"¡ALTO AHÍ! Somos la Policía Local. Manos arriba" un oficial de policía con sus dos compañeros nos apuntan con un arma y una linterna.
"Pero ¿Qué? ¿Qué es esto?" Marta levanta los brazos y acto seguido los servidores públicos avanzan cuando ya casi todos los del grupo hemos salido de la cueva.
"Esto es una orden de arresto por robo y saqueo de propiedad privada" uno de sus colegas sale con las esposas y de a uno nos van reteniendo, sin más cuestionamientos o dudas.
Pero detrás de los tres... Estaba el director con una mirada fulminante, desafiante y muy fija en nuestras expresiones de confusión. El carácter de los oficiales al arrestarnos bruscamente nos conduciría a la puerta de la biblioteca donde estudiantes con un... ¿UNIFORME DISTINTO? Nos esperan de brazos cruzados y en fila a fin de dar paso a los culpables de algo cuya acusación o advertencia no fue aclarada.
Espera, esto no es la escuela. O bueno, no en la que estamos. Es difícil de explicar, es como otro tiempo, otras condiciones, otras instalaciones, otras caras muy parecidas a las de Camila, Josué, Esteban, Ramón y entre otros profesores vistos en los pasillos y el patio. Nos ven con cara de ira, de asombro, de tristeza, de desesperación, de horror y de desconcertado.
"¿Chicos? Esto no es la escuela, esto es...".
"No me lo digas porque voy a vomitar" responde Cristal alucinada de apreciar el colegio.
"Esto es grave, muy grave. ¡Nos transportamos en el tiempo!" Marta se asusta y da una bocanada de aire.
Y si, Cristal se vomita encima de Ezequiel. Él, furioso y repugnado, cierra los ojos y le suplica a Dios no cometer el mismo acto de su amiga. Susana y Harry son golpeados por las monjas de la institución con una correa de cuero con las puntas de metal oxidado. En consecuencia, causa un dolor insoportable, al punto que sollozaron y se abrazaron en señal del sufrimiento.
"Tranquilos, saldremos de esta" aviso al resto.
Todos se quedan callados y una figura femenina se aproxima a nuestra posición, viéndonos fijamente sin despegar los ojos marrones de mí.
"¿Elisa?".
"Bienvenidos al Colegio San Judas, mis pequeños y dulces invitados" nos cubren después con unas mantas y nos sujetan del cuello con sogas de hasta cinco centímetros de anchura "Ahora vamos a divertirnos mucho..." su risa macabra se escucha por los espacios más recónditos de la escuela, avisando que la venida del demonio ya está a la puerta de la casa...
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Colegio San Judas
ParanormalUna novela basada en series, películas y creppypastas de terror y misterio, concibiendo a las maldiciones como un protagonista a los múltiples sucesos y personas yendo a una escuela antes reconocida por sus logros. En eso entran actuar un grupo de...