Camila Bennett

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Después de lo que pareció ser una eternidad, por fin estaba saliendo de esa prisión, ellos habían estado haciendo los tramites hace más de 1 año y después de una semana de enterarme que me querían adoptar, iba de la mano de Elena, mi madre adoptiva, caminábamos hacia el auto de James, ambos eran tan amables que me sentía muy feliz, estaba viviendo mi sueño de ser libre!

Pero hubo algo que llamó mi atención, levanté la mirada antes de entrar al auto y...
Mary estaba sonriéndo?
la monja que me torturó con gritos y castigos desde que tengo memoria me estaba sonriendo y esa sonrisa se veía sincera.

James: todo bien, Camila? -preguntó al ver que yo no me subía al auto-

Camila: Si... es... que es un poco... -no sabía como explicar lo que me pasaba-

Elena: Cariño, entendemos que sea un poco difícil dejar éste lugar para ti, por...

Camila: Qué?! difícil?! Nooo, si yo lo que he querido siempre es salir de aquí pronto! -me subí rápidamente al auto y me puse mi cinturón- nos vamos?

James y Elena se miraron y encogieron sus hombros, lo sé, han de pensar que estoy loca y tal vez si, un poquito...
pero es por que creo que el encierro a cualquiera volvería loco!

James: Estás lista, cariño? -me miró por el retrovisor-

Camila: si, mi capitán -puse mi mano en mi frente y el hizo lo mismo-

Elena: descansen soldados y vamonos! -oh! ya sabemos quien manda aquí-

***

Los meses pasaban y yo vivía un sueño, mis padres adoptivos eran las mejores personas del mundo, íbamos de paseo, leíamos libros, veíamos películas y lo mejor de todo era que cocinabamos juntos!

Iba a la secundaria, tenía muchos amigos, pues viviamos en un pueblo pequeño y casi  todos nos conocíamos, hacíamos fogatas, largas caminatas, mi vida era un hermoso sueño después de que salí del orfanato.

Lo que más me encantó de mi nueva vida fue cuando me preguntaron como me llamaba y dije: "Camila Bennett"
Ya no era sólo Camila, ahora tenía un apellido y eso era hermoso para mi.

Estaba agradecida con la vida por James y Elena.

Ahora estoy a punto de aprender a cambiar un neumático, James dice que debo aprender de todo para no esperar que me rescaten cuando algo me pase, y que yo pueda resolver mis propios inconvenientes, como por ejemplo: una llanta ponchada.

James: Camila, observa y aprende, luego sacaré las otras para que lo hagas sola. -me decía serio pero no dejaba de verme con ese brillo en los ojos-

Camila: si, pá! -James se quedó congelado al igual que yo- yo...

James me abrazó muy fuerte y yo le devolví el abrazo, hace más de 8 meses me adoptaron y me dijeron que les llamara como quisiera y siempre les he dicho "Elena y James" pero últimamente no dejo de decir: Má y Pá, refiriéndome a ellos con mis amigos o mis profesores.

James: me haces el hombre más feliz junto con tú madr.... lo siento! -se disculpó pensando que había ido muy lejos, pero no lo hizo-

Camila: junto con mi Má, lo sé -lo abracé como koala- se que somos las mujeres de tu vida! -bromee-

Mi padre rió y corrimos juntos hacia dentro de la casa, donde mi madre también se emocionó por lo que yo había dicho.

Elena: eres el regalo más hermoso que nos dio la vida, Camila!

Camila: Camila Bennett, aunque se demoré un poquito más! -reímos juntos por lo que había dicho-

Nos abrazamos ahí en media sala de estar, no podía pedirle más a la vida, lo tenía absolutamente todo.

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Un abrazo al alma para todes!
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