- Zoro.. ¿Por qué me haces esto?
- Por qué te quiero, Nami.
Los Piratas de Sombrero de Paja, algunas veces referidos como Banda de Sombrero de Paja, son los principales protagonistas de la serie manga One Piece, escrita y dibujada por Eiichirō Oda...
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El peso de sus palabras se posaba sobre los hombros de Nami, como una losa que amenazaba con aplastarla. ¿Cómo podía ser que alguien a quien amaba tanto la viera de esa manera? La confusión y el dolor se entrelazaban en su corazón, formando un nudo que parecía imposible de desatar.
Con manos temblorosas, Nami se aferraba a la esperanza de que tal vez Zoro no había querido decir lo que dijo. Pero en lo más profundo de su ser, sabía que las palabras de Zoro revelaban una verdad incómoda que había estado ignorando durante demasiado tiempo.
El sonido de pasos pesados resonó en el pasillo, anunciando la llegada de Zoro. El corazón de Nami latía con fuerza en su pecho mientras se preparaba para enfrentar la tormenta que se avecinaba. Sabía que no podía seguir ignorando la toxicidad que envenenaba su relación, pero enfrentarla era una tarea monumental que la llenaba de temor. La puerta se abrió con un chirrido, revelando la figura de Zoro en la penumbra del pasillo. Su mirada, normalmente fría y distante, ahora estaba cargada de una extraña intensidad que enviaba escalofríos por la espalda de Nami. La habitación parecía más pequeña mientras él entraba, llevando consigo la atmósfera tensa como una tormenta inminente.
Zoro la miró con indiferencia, como si lo ocurrido anteriormente no tuviera importancia. Nami, sin embargo, no podía ignorar el nudo en su garganta ni el vacío en su pecho. Respiró hondo, decidida a abordar el tema que había sido ignorado durante demasiado tiempo.
— Zoro — , comenzó, su voz temblando ligeramente, —necesitamos hablar sobre lo que dijiste. —
Él la observó con sus ojos entrecerrados, una sonrisa irónica asomándose en su rostro. — ¿Por qué te tomas todo tan en serio? Eres increíblemente infantil, Nami. —
Las palabras cortaron el aire como cuchillas afiladas. Nami sintió una punzada en el pecho, pero se obligó a mantener la compostura. —No puedo seguir ignorando esto, Zoro. No sé por qué me tratas así, pero no puedo permitir que continúe. —
Zoro soltó una risa burlona. — Siempre dramatizando todo, ¿no? No entiendo por qué te molesta tanto. ¿Acaso no puedes ser menos sensible? —
La confrontación estaba en pleno apogeo, y Nami luchaba por mantenerse firme. A medida que la conversación avanzaba, la verdad dolorosa de su relación comenzaba a revelarse, desgarrando capas de negación y exponiendo la toxicidad que había estado presente desde hace tiempo.
Las palabras de Zoro resonaron en la habitación, cargadas de desprecio y desdén. Nami, sin embargo, se negó a dejar que su determinación vacilara. Respiró profundamente, buscando la fuerza para enfrentar la realidad que se revelaba ante ella.
— Zoro, esto no puede seguir así. No puedo aceptar que me trates de esta manera. — dijo Nami, su voz más firme a medida que se armaba de valor.
Zoro dio un paso hacia adelante, su expresión desafiante. — Si no puedes aceptarlo, entonces tal vez deberías replantearte por qué estás aquí. Tal vez no estés hecha para este mundo.. —
