- Zoro.. ¿Por qué me haces esto?
- Por qué te quiero, Nami.
Los Piratas de Sombrero de Paja, algunas veces referidos como Banda de Sombrero de Paja, son los principales protagonistas de la serie manga One Piece, escrita y dibujada por Eiichirō Oda...
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En un día tranquilo y normal, Nami disfrutaba de la vista del mar desde la cubierta del Thousand Sunny, perdida en sus pensamientos. La tripulación estaba ocupada cada uno con sus propias actividades. De repente, Zoro se acercó a ella, rodeando su cintura con un abrazo y dejando suaves besos en su cuello.
Nami, aunque inicialmente sorprendida, se resistió suavemente. — Zoro, no ahora. — murmuró, tratando de mantener su distancia. Sin embargo, Zoro persistía, intensificando la presión con cada beso. La brisa marina testigo del conflicto silencioso entre el deseo y la reticencia.
Mientras Zoro continuaba sus gestos, Nami trató de resistirse, su voz apenas un susurro. — Zoro, por favor, no aquí, no ahora... —
Sin embargo, Zoro ignoró sus súplicas y, en un momento de descuido, soltó una risa burlona. — Siempre tan difícil, Nami. ¿No te cansas de arruinar todo con tus caprichos? —
Las palabras de Zoro, cargadas de desdén, resonaron en el aire tranquilo. La tripulación, al percatarse de la situación, se volvió testigo silencioso de la humillación pública. Los ojos de Nami reflejaban una mezcla de sorpresa y dolor, mientras se veía obligada a soportar las palabras hirientes frente a sus compañeros.
La brisa marina, que antes era suave y serena, ahora parecía llevar consigo una atmósfera cargada de tensiones y emociones intensas. La escena dejaba a la tripulación en un estado de incomodidad, enfrentándose a la realidad cruda de las relaciones entre Nami y Zoro.
Nami se sintió abrumada por la humillación y las palabras de Zoro, sintió que las lágrimas llenaban sus ojos. Sin decir una palabra, escapó corriendo, dejando atrás a la tripulación atónita.
La sonrisa satisfecha de Zoro permaneció en su rostro mientras se alejaba sin mostrar remordimiento. La tripulación estaba impactada por la inesperada situación, quedando en un silencio incómodo.
Robin, siempre observadora, fue la primera en reaccionar. Con delicadeza, se levantó y fue tras Nami. La encontró en un lugar tranquilo, lejos de las miradas curiosas, y la abrazó en silencio, ofreciéndole consuelo en un momento de vulnerabilidad.
— Calma, puedes contar conmigo siempre. — Robin abrazo a Nami y Nami correspondió aquel abrazo mientras rompía en llanto en el hombro de Robin correspondiendo a aquel cálido abrazo de su mejor amiga.
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