El comienzo

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En los confines del cielo, donde las estrellas son testigos silenciosos, se gesta una épica batalla entre seres celestiales. Algunos abogan fervientemente por la preservación de los humanos, considerándolos dignos de redención y amor. Mientras tanto, otros, imbuidos por la furia divina, claman por la destrucción de la humanidad, señalando sus pecados y aberraciones como razón suficiente para un juicio final. En el epicentro de esta contienda cósmica, un ser celestial renegado desciende a la Tierra, guiado por una visión ambivalente. Los destinos de los humanos penden de un hilo, mientras la batalla entre el perdón y la condena se despliega en cada rincón del universo.

En su descenso a la Tierra, el ser celestial renegado, conocido como Auriel, contempla los paisajes humanos con ojos llenos de compasión y melancolía. Observa los actos de bondad y crueldad que tejieron la compleja red de la humanidad. En su corazón divino, la lucha entre la comprensión y la indignación crece.

Mientras tanto, los seguidores de la preservación celestial y los partidarios de la condena chocan en tormentosas confrontaciones estelares. La bóveda celeste resuena con truenos cósmicos, reflejo de la discordia divina que se manifiesta en cada destello de luz. Auriel, debatiéndose entre su deber celestial y su simpatía por los humanos, busca la verdad que equilibre la balanza cósmica. En su búsqueda, encuentra a seres humanos que desafían las expectativas, demostrando la capacidad de redención y amor en medio de la oscuridad.

La decisión de Auriel se forjará en el crisol de estas experiencias terrenales, mientras la batalla celestial alcanza su clímax. El destino de la humanidad pende en el filo de la espada divina, mientras las estrellas siguen siendo testigos silenciosos de la epopeya cósmica que se despliega en los confines del cielo. A medida que Auriel avanza por los rincones terrestres, descubre antiguas profecías enterradas en el tejido del tiempo. Estas predicciones oscuras sugieren un giro inminente en la balanza, donde el destino de la humanidad podría deslizarse hacia la condena irrevocable.

Las noches se vuelven más tensas, con sombras acechando en cada esquina y susurros de entidades celestiales en la brisa. Auriel, envuelto en la dualidad de su propósito, se ve acosado por visiones premonitorias que pintan un cuadro ominoso para el futuro de la Tierra. Los seguidores de la destrucción, al percibir la incertidumbre en el corazón de Auriel, intensifican sus esfuerzos para inclinar la balanza hacia la condena. Mientras tanto, aquellos que abogan por la redención buscan desesperadamente demostrar la capacidad de la humanidad para cambiar, resistiendo a las fuerzas que claman por su aniquilación.

En este torbellino cósmico, Auriel se enfrenta a decisiones cruciales que podrían sellar el destino de la humanidad. La línea entre la esperanza y la desesperación se desdibuja, y la oscura profecía amenaza con desatar un cataclismo celestial que alteraría el curso del universo para siempre. En su búsqueda desesperada de respuestas, Auriel tropieza con una antigua profecía oculta, revelando un ser superior, un ente cósmico malévolo que manipula las mentes celestiales para sembrar la destrucción en la humanidad. La profecía detalla el sutil lavado de cerebro que nubla los juicios divinos y alimenta la furia contra los humanos.

Con el corazón lleno de determinación, Auriel se enfrenta a la angustiante realidad: para desafiar a esta entidad superior, debe sacrificar parte de su divinidad y fusionarse con la humanidad. La elección se vuelve más urgente mientras las fuerzas celestiales, en su manipulación mental, intensifican su enfoque en la condena de la humanidad.

La batalla cósmica alcanza su punto álgido cuando Auriel, con un peso en el alma, se sumerge en la experiencia humana. Siente la fragilidad de la vida y la fuerza de la voluntad humana. La profecía le revela rituales antiguos y lugares sagrados donde puede canalizar un poder inigualable, pero cada paso hacia su meta implica una pérdida gradual de su esencia divina.

En medio de la confusión celestial y la amenaza inminente, Auriel se convierte en el último bastión de esperanza para los humanos. Su lucha interna se refleja en el cielo, donde tormentas cósmicas anuncian la inminente confrontación entre la redención y la destrucción. El destino de la humanidad, ahora más que nunca, depende de la decisión que Auriel está dispuesto a tomar, incluso si eso significa renunciar a su propia divinidad.

Mientras tanto en la feroz batalla celeste, Matiel lidera la desgarradora resistencia, con su número disminuyendo rápidamente frente a las abrumadoras fuerzas enemigas. Con valentía, enfrenta la adversidad, defendiendo la causa de la humanidad con una tenacidad asombrosa. Sin embargo, el destino implacable se cierne sobre él.

Consciente de la necesidad de dar a Auriel el tiempo necesario para descubrir la solución ante la entidad cósmica maligna, Matiel toma una decisión desgarradora. En un acto de sacrificio supremo, decide autodestruirse, desatando una explosión divina que crea un escudo impenetrable. Este escudo actúa como una barrera temporal, otorgando a Auriel la valiosa oportunidad de obtener el poder necesario para enfrentar al dios maligno. La radiante luz de la autodestrucción de Matiel ilumina el campo de batalla celestial, creando un respiro momentáneo para los celestiales que apoyan la causa de la humanidad. La guerra alcanza una pausa transitoria mientras los enemigos quedan desconcertados por la inesperada táctica de Matiel.

En su sacrificio, Matiel confía en que su hermano Auriel encontrará la clave para la victoria y protegerá a los humanos de la amenaza cósmica. La batalla persiste, ahora con un matiz de esperanza alimentado por el sacrificio heroico de Matiel, mientras el tiempo se convierte en el recurso más preciado en la lucha por la supervivencia de la humanidad. Con el peso del sacrificio de Matiel sobre sus hombros, Auriel contempla la devastación y la pérdida con ojos llenos de tristeza. Sus pensamientos se sumergen en la fragilidad de su existencia divina, en su incapacidad para proteger a quienes ama. Sin embargo, en medio de la desolación, una chispa se enciende en su ser.

"La fragilidad de mi esencia no define mi fuerza", murmura Auriel, sus palabras resonando en la quietud celestial. En ese momento, una valentía renovada se apodera de él, y una sed de venganza surge desde lo más profundo de su ser. La tristeza se transforma en determinación, y sus ojos, ahora ardientes con una luz celestial intensa, se fijan en el dios maligno que amenaza a la humanidad. Con paso decidido, Auriel avanza hacia el viaje para conseguir el poder para poder combatir a ese dios maligno, sus alas desplegadas con una majestuosidad renovada. La pérdida de su hermano se convierte en la fuerza impulsora que aviva su deseo de justicia celestial. En su corazón arde un fuego de venganza, un compromiso inquebrantable de liberar a la humanidad y honrar el sacrificio de Matiel.

Continuara......

 "Divinum Proelium: El Destino de la Humanidad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora