Aria estaba por el bosque, jugando con las hojas y el viento mientras corría, estaba escondiéndose de sus hermanos que la buscaban, hasta que tropezó y callo de rodillas, sintió que alguien se acercaba a ella y al mirar arriba se encontró con un hombre peludo y muy grande, Aria estaba asustada se acordó de aquel hombre que una vez entro a su cuarto y que mato quemandolo vivo, así que no se movió ni un milímetro mientras sus lágrimas resbalaban por sus mejillas.
– Tranquila niñita no te aré daño, no aún necesitas crecer para que expulses tu magia y entonces te necesitaré, pero ya tienes edad para otras cosas– sonrió con perversión.
Pero antes de que pudiera tocarla un cachorro de lobo blanco salió y comenzó a ladrarle al hombre y a aullar, hasta que se lanzó a él y comenzó a morderlo pero el hombre lo pateo, iba a acercarse otra vez a la niña pero unos gritos lo alertaron y huyó no sin antes decirle que se volverían a ver.
Aria se acercó al pequeño cachorro que la había salvado y que no le importo que lo lastimaran con tal de protegerla.
– Gracias lobito, vamos te llevaré a casa – cargo al lobo en sus brazos y entro a su casa. Al entrar pudo ver a su padre y a sus hermanos que al verla se acercaron a ella para asegurarse de que estuviera bien, ella les aseguro que estaba bien y entonces notaron al pequeño lobo.
– Papi ¿puedo quedarmelo?– pidió la niña.
– Hija es un lobo puede ser peligroso–
– Pero es inofensivo– respondió ella.
–¿Cómo sabes que es inofensivo?– pregunto Azael.
– Por que no me hizo nada cuando me vio y estaba solo, además esta lastimado y es mi culpa– dijo ella.
–¿Tu culpa?– pregunto Arión.
– Papi por favor déjame quedarmelo–
–Aria no se, que tal y te muer- lo interrumpió su hija con un berrinche.
– Papi por favor di que siiii, prometo que lo voy a cuidar por favor no le atacara a nadie, por favor¿sii?– le hizo ojitos a su padre.
–No no esos ojos– murmuró Gellert y después suspiro – Está bien princesa puedes quedartelo pero a la primera se va ¿Entendido?–
– Si papi gracias te amo– dijo ella y salió corriendo a su habitación para poder bañar a su lobito ya que estaba sucio y después pidió que lo curaran.
Aria salió de su cuarto después de haber hablado con sus mascotas sobre llevarse bien y no comerse unos a otros. Bajo hacia la oficina de su padre quien veía una papeles. Gellert le había dicho a sus hijos que no tocaran la puerta que siempre les daría tiempo así que Aria abrió la puerta y Gellert al ver a su hija sonrió y su hija se acercó a sentarse en sus piernas mientras su padre le daba un beso en la cabeza.
– Te vez cansada princesa–
– Ser madre es difícil papá acabo de terminar de darles un sermón a mis hijos para que no se coman unos a otros y se respeten– dijo ella mientras ponia su cabeza en el hombro de su padre.
– Se que no es solo eso Seel ¿Que pasa?–
Aria estaba dudosa si decirle a su papá o no lo que pasó en el bosque, pero al fin de cuentas está era su casa y propiedad y nadie tenía porque entrar sin permiso, solo los animalitos.
– Papi creo que tienes que poner mejor seguridad en la casa– dijo la niña en un murmullo.
–¿Porque lo dices hija?– pregunto sin entender.
– Mm verás, cuando estaba en el bosque vi a un hombre feo y peludo y el me vio intento acercarse a mí pero el lobito me salvó y lo lastimó–
– Voy a proteger la casa con hechizos y pondré a hombres a vigilar hija, por favor no vuelvas a ir al bosque sola no quiero ni imaginarme si ese cachorro no hubiera estado ahí, no salgas al bosque ¿Entendiste?– regaño a su hija.

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Strange Love
De TodoAria Grindelwald vive con su padre y sus hermanos ya que al nacer ella su madre murió. Y para ella es difícil vivir en una casa donde solo hayan hombres. Cuando cumple 11 años le llega una carta para asistir a Hogwarts pero tendrá que convencer a su...