Capitulo IX

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Aria llegó a la mansión Grindelwald por medio de apareción. Al poner un pie en la mansión fue recibida por un fuerte abrazo de parte de su padre que ella gustosa acepto.

–¡Papi!– gritó ella separándose del abrazo y extendiendo sus brazos para que su padre la cargará y eso hizo la sostuvo en brazos – Te extrañe papi– dijo ella abrazándolo más fuerte.

– Yo también te extrañe mi pequeña princesa– dijo el con algo de dificultad, ya que su hija lo estaba abrazando muy fuerte.

– Aria hermanita creo que tendrás que soltarlo si no quieres que nos quedemos sin padre– dijo su hermano Azael en cuanto entró junto Arión.

Aria inmediatamente de que vio a sus hermanos se removió entre los brazos de su padre para que la bajara, en cuanto tocó el piso corrió hacia los brazos de sus hermanos, quienes se turnaron para tenerla en brazos y llenarle la cara de besos, para al final volver corriendo a los brazos de su padre.

– Aria sabes caminar señorita– le dijo Queenie mientras se dirijan al comedor para poder comer algo, solo que Aria seguía en brazos de su padre.

– Sabes a la princesa le gusta estar en brazos y que la carguen Queeni– le dijo divertido Azael a lo que su hermano Arión también rió.

– Mientras no quiera estar en brazos de sus compañeritos– dijo Queenie mientras se sentaba. Las risas de sus hermanos se borraron al pensar en ello. Hasta el Grindelwald mayor se notaba serio por esto. El se sento en la silla y puso a su hija en sus piernas.

– No haces eso ¿Verdad princesa?– pregunto intrigado su padre.

La niña se sonrojo un poco al recordar la vez que Mattheo la cargo por el accidente que tuvo con el troll, o las veces que los demás chicos la han cargado en su espalda para jugar carreritas, o la ves que se callo corriendo y Regulus la cargo a todas partes.

– Bueno...–   los 3 hombres Grindelwald soltaron los cubiertos que tenían en sus manos.

– ¿A qué te refieres exactamente Seel?– pregunto Arión serio.

– Bueno es que... hubo algunas ocasiones donde mis amigos me cargaron, una cuando me caí corriendo, otra cuando jugamos a carreras porque desde que me caí no dejan que corra... ah si y la última cuando un troll me atacó–

–¿Que?– gritaron los 4.

– Si es que... en Halloween entro un troll y bueno yo estaba en el baño y este trato de atacar a una niña y yo la empujó y me rozó el brazo–

–¿Porque no nos lo dijiste?– le pregunto Arión. Quién se levantó y fue a donde estaba su hermanita y le reviso el brazo viendo si había alguna lastimada ahí.

– Tranquilo Arión estoy bien no tengo cicatriz ni nada–

– Sabía que no debías ir a ese colegio, siempre pasan cosas ahi–  dijo su padre – te cambiaremos ala escuela de tus hermanos–

Aria al escuchar eso inmediata se giro a ver a su padre quien estaba serio.

– No papi por favor –

– Aria estar en Hogwarts es peligroso no queremos que nada te ocurra, además así tus hermanos te cuidarán y podrán estar al pendiente de ti– le dijo Queenie le preocupaba que algo así volviera a pasar.

– No no de verdad que no Queeni no me quiero ir– dijo ella al borde del llanto.

–¿No quieres estar con nosotros Seel?– pregunto Azael observando a su hermana.

– No no no es eso, es solo que no me quiero salir de Hogwarts me gusta mucho estar ahi– dijo ella.

– Pero es peligroso Aria se metió un troll y atacó a dos estudiantes, de primer año está claro que no saben lo que hacen– le dijo Arión.

– Tus hermanos y Queenie tienen razón, no puedes seguir en esa escuela, Queenie quiero que está semana te encargues de avisarle a Dumbledore que Aria no regresará– le dijo Gellert a Queenie y ella asintió como respuesta.

– ¡No!– gritó la niña llorando y levantandose de las piernas de su padre para quedar parada a un lado de el – No me quiero ir, no puedes hacerme esto–

– Si puedo y lo aré Aria todo para que estés a salvo–

– Papi por favor, tengo muchos amigos y amigas no me alejes de ellos, no me juzgan–

–¿Porque habrían de juzgarte Seel?– pregunto Arión.

– Por ser una Grindelwald– gritó ella. Su padre frunció el seño a qué se refería su hija.

– No entendemos Aria – respondió Azael.

– En mi primer día en el tren un niño me gritó que yo era mala y que seguro haría cosas malas como mi padre, y me saco a empujones del compartimiento donde estaba, busque un compartimiento donde quisieran estar conmigo pero obtuve la misma respuesta, asi que tuve sea que quedarme en el pasillo, y aveces los niños mayores me persiguen y comienzan a decir cosas horribles de mi– lloro Aria mientras hablaba, su padre inmediatamente la envolvió en sus brazos.

–¿Porque no nos contaste?– pregunto Queenie, los Grindelwald no podían decir nada, ¿Porque se comportaban así?¿Si es solo una niña?

– Por esto mismo, sabía que quedrian sacarme de Hogwarts, y porque no quería preocuparlos, papi por favor no me saques de Hogwarts, tengo muchos amigos y me defienden, prometo no alejarme de ellos y no estar sola pero por favor papi déjame seguir ahí– suplico Aria llorando en el pecho de su padre. A Gellert no le gustaba ver a su hija así, a ninguno de sus hijos pero más a su hija porque ella era su princesa y ella no tenía porque derramar una sola lágrima, miro a sus hijos que miraban a su hermanita llorar y cuando estos lo vieron asintieron y miro a Queenie que solo le dio una mirada de "tu sabes lo que haces" y este lo pensó unos minutos para después hacer que su hija lo mirara.

– Mi pequeña Aria, escucha te dejare en Hogwarts, pero apartir de ahora más de ocultarnos cosas, no dirás todo lo que te pase y no te separes de tu amigos, nunca estés sola y si pasa algo malo me lo harás saber a mi o tus hermanos inmediatamente¿Entendido?–

– Si papi entendido, gracias papi te amo – le dijo la niña mientras se limpiaba las lágrimas y regresaba a los brazos de su padre.

– Yo también te amo mi princesa todos nosotros te amamos – le dijo su padre. Después la comida continuo con tranquilidad con alguno ocurrencia de parte de los mellizos haciendo reír a su hermanita, si algo amaba Gellert es ver a sus hijos felices y haría todo lo que fuera por qué nunca se les borrará esa sonrisa, ellos eran su vida.

En la noche Gellert llevo en brazos a su hija a su cuarto, la acostó y la cobijo después le leyó un cuento cómo era una costumbre y ella callo dormida, se despidió con un beso de buenas noches sin apagar su lámpara de noche ya que le tenía miedo a la oscuridad. A media noche Aria se dirigió al cuarto de los mellizos, cuando Azael la vio se pasó ala cama de su hermano Arión y cuando ella se acostó  susurro  un "buenas noches" y así los 3 niños quedaron profundamente dormidos.

 A media noche Aria se dirigió al cuarto de los mellizos, cuando Azael la vio se pasó ala cama de su hermano Arión y cuando ella se acostó  susurro  un "buenas noches" y así los 3 niños quedaron profundamente dormidos

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Strange LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora