Capitulo XIX

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Aria se encontraba en el Gran comedor pues hoy entregarían la copa de las casas, y los Slytherin estaban muy seguros de que ellos ganarían ya que se esforzaron al máximo en sus clases y ganaron muchos puntos. Al final Aria y Draco pidieron recuperar sus puntos.

– ¡Estoy seguro que ganamos!– exclamó Blaise emocionado.

– Si nosotras también– exclamaron las dos amigas de Aria.

–¡Otro año se va!Y voy a fastidiarlos con la charla de un viejo, antes de que puedan empezar con los deliciosos manjares. ¡Qué año hemos tenido esperamos que sus cabezas estén un poquito más llenas que cuando llegaron ahora tienen todo el verano para dejarlas bonitas y vacías antes de que comience el próximo año… Bien, tengo entendido que hay que
entregar la Copa de las Casas y los puntos ganados son: en cuarto lugar, Gryffindor, con trescientos doce puntos

>> En tercer lugar, Hufflepuff, con trescientos cincuenta y dos; Ravenclaw tiene cuatrocientos
veintiséis, y Slytherin, cuatrocientos setenta y dos–. Dijo el director Dumbledore.

Una tormenta de vivas y aplausos estalló en la mesa de Slytherin orgullosos de que sus logros hayan dado frutos y el seguir las reglas, pues realmente todos se esforzaron demasiado.
Aria soltó un chillido junto al de sus amigas por lo logrado. Hasta que la voz de Dumbledore interrumpio su celebración.

– Sí, sí, bien hecho, Slytherin,S
sin embargo, los acontecimientos recientes deben ser tenidos en cuenta–.

Todos se quedaron inmóviles. Las sonrisas de los Slytherin se apagaron un poco.

¿Acontecimientos? Pensó Aria.

No estará pensando en...

–Así que, tengo algunos puntos de última hora para agregar. Dejenme ver... Sí… primero, para el señor Ronald Weasley…–

Ron se puso tan colorado que parecía un rábano con insolación.

–… por ser el mejor jugador de ajedrez que Hogwarts haya visto en muchos años, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos–.

Las hurras de Gryffindor llegaron hasta el techo encantado.

Se oyó que Percy les decía a los otros prefectos: «Es mi hermano, ¿saben? ¡Mi hermano menor!
¡Consiguió pasar en el juego de ajedrez gigante de McGonagall!»

Por fin se hizo el silencio otra vez.

– Segundo… a la señorita Hermione Granger… por el uso de la fría lógica al enfrentarse con el fuego, premio a la casa Gryffindor con cincuenta puntos–.

Hermione enterró la cara entre los brazos. Harry tuvo la casi seguridad de que estaba llorando. Los
cambios en la tabla de puntuaciones pasaban ante ellos: Gryffindor estaba cien puntos más arriba.

–Tercero… al señor Harry Potter...– continuó Dumbledore. La sala estaba mortalmente silenciosa.

–… por todo su temple y sobresaliente valor, premio a la casa Gryffindor con sesenta puntos–.

El estrépito fue total. Los que pudieron sumar, además de gritar y aplaudir, se dieron cuenta de que
Gryffindor tenía los mismos puntos que Slytherin, cuatrocientos setenta y dos. Si Dumbledore le hubiera
dado un punto más a Harry… Pero así no llegaban a ganar.

Dumbledore levantó el brazo. La sala fue recuperando la calma.

>>No te atrevas maldito viejo>> pensó Aria.

Dumbledore volteo en su dirección y le sonrió.

– Hay muchos tipos de valentía– dijo sonriendo Dumbledore – Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos. Por lo tanto, premio con diez puntos al señor Neville Longbottom–.

Alguien que hubiera estado en la puerta del Gran Comedor habría creído que se había producido una
explosión, tan fuertes eran los gritos que salieron de la mesa de Gryffindor.

– Lo que significa– gritó Dumbledore sobre la salva de aplausos, porque Ravenclaw y Hufflepuff estaban celebrando la derrota de Slytherin.

Malditos envidiosos, pensó Aria.

– Que hay que hacer un cambio en la decoración–.

Dio una palmada. En un instante, los adornos verdes se volvieron escarlata; los de plata, dorados, y la gran serpiente se desvaneció para dar paso al león de Gryffindor.

Snape estrechaba la mano de la
profesora McGonagall, con una horrible sonrisa forzada en su cara. Miro a sus alumnos que estabas enojados y tristes por todo lo que estaba pensando.

Pero Aria no quería quedarse callada.

– Sin embargo creo que debería de quitarle unos puntos ¿No cree?– dijo ella lo suficiente alto para que todos la escucharan.

– Aria ¿que haces?– le susurraron sus amigos.

– No entiendo a qué se refiere señorita Grindelwald– dijo el director.

– Si, si se arriesgaron ¡Viva!– exclamó con falsa emocion – Sin embargo violaron algunas reglas, entre ellas ir a ese pasillo, ¿me está diciendo que los está premiando por ello?–

– No señorita Grindelwald pero debe entender que pusieron en riegos sus vidas, y fueron inteligentes al...–

– Si si, y ese ¿No era trabajo de ustedes? Describir todo el cuento que se armó el profesor Quirrell¿no era trabajo de ustedes y detenerlo? Ahora unos niños lo hicieron y sin importar que hayan violado regla tras regla simplemente¿los premia? ¿Entonces sus reglas no tienen importancia profesor Dumbledore?–

– Señorita Grindelwald entiendo que esté molesta por qué no ganaron pero creo que está siendo envidiosa–

– ¿Por querer seguir las reglas soy envidiosa? Bien entonces que le parece esto... Necesito que me dé puntos por haber ayudado al trio de oro– dijo señalandolos.

– ¿Y en qué los ayudo señorita?– pregunto dudoso.

– Información, su tonta sabelotodo al parecer no sabe todo y me pidieron ayuda a mi–

– ¿Es eso cierto niños?– les pregunto el profesor al trio de oro. No respondieron solo bajaron la cabeza.

– Lo ve, no le miento así que ahora recompenseme por saber tanto– dijo con una sonrisa inocente.

Dumbledore vio a Gryffindor especialmente a Harry, y después miro a la niña que seguía esperando una respuesta. Miro a los maestros y ellos también lo esperaban. Suspiro arto y hablo.

– A la casa de Slytherin se le suman 15 puntos por haber dado información a Harry para poder detener al profesor Quirrell, por lo tanto Slytherin es el ganador de la Copa de Las Casas– dijo desganado mientras cambiaba la decoración nuevamente.

Aria sonrió con suficiencia y se volvió a sentar en su lugar bajo el sonido de los aplausos que le brindaban sus amigos.

Sin duda había sido un gran año para ella, y absolutamente no dejaría que Dumbledore lo arruinara.





¡Que mujer!

Aria a ti si te rezo 🛐

Mas razones para enamorarme de Aria.

Razón número 1.

Es Aria...

Strange LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora