Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto.
Summary: Sasuke regresa a su casa luego de una larga misión.
SasuHina Month Día 16
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Te extrañé
Era una tranquila noche en la aldea de Konohagakure. El ex Distrito Uchiha se encontraba en calma, la luna llena brillaba en el cielo cuando Sasuke cruzó la puerta de su hogar. El ex vengador había estado fuera por meses, cumpliendo con una misión de recolección de información sobre la Diosa Kaguya, que lo llevó a muchos lugares del mundo shinobi y que lo sumergió en varios peligros. La tensión y el agotamiento eran evidentes en su rostro cuando finalmente regresó a casa.
Al entrar en el recibidor de la vivienda, se quitó la capa junto con sus sandalias y dejó caer su mochila con cansancio. El lugar estaba oscuro y en silencio, pero de repente, las luces se encendieron y escuchó pasos suaves acercándose. Y su esposa, Hinata, apareció en el umbral de la puerta con su cabello largo, que tanto le gustaba, cayendo en cascada sobre su espalda.
Los ojos perlados de la Hyūga se encontraron con los oscuros de Sasuke, y el alivio se hizo visible en la mirada de la joven mujer. Sin decir ninguna palabra, Hinata se lanzó hacia él y lo abrazó con fuerza.
Al inicio, el Uchiha se sorprendió por la acción de su siempre tímida esposa, pero luego de unos segundos, le devolvió el gesto y sintió una calidez familiar, invadirlo. Era un sentimiento que le evocaba: bienvenida, familiaridad y una conexión que solo se podía encontrar en casa junto a las personas que amabas.
—¡S-Sasuke-kun! Qué gusto que estés de vuelta, Y-yo... Te extrañé —murmuró Hinata contra su pecho, aun sin soltarlo.
Sasuke, que por lo general era apático y no demostraba mucho sus emociones, se permitió disfrutar de ese reconfortante y cálido abrazo. Sintió que la tensión de su larga misión se desvanecía lentamente mientras el calmante perfume de Hinata llenaba sus sentidos. Se separaron un poco para poder verse nuevamente a los ojos.
—Nee, d-dime Sasuke-kun —ella comenzó—. ¿C-cómo estuvo la misión? —preguntó Hinata con preocupación, sus ojos nacarados examinaban el cuerpo de su esposo en busca de heridas o fatiga extrema.
El Uchiha suspiró con pesadez.
—Hn, agotadora, en algunos lugares no encontré nada y en otros, apenas y pequeñas piezas de información —se encogió de hombros—. Aunque mi Rinnegan fue útil para crear portales y así viajar más rápido —admitió Sasuke, desviando la mirada por un momento antes de volver a encontrarse con los ojos de Hinata—. Pero ya no tienes de que preocuparte, ya estoy de vuelta.
Hinata asintió lentamente, aun sosteniendo su única mano entre las suyas con ternura.
—Estoy tan feliz de que estés en casa y a salvo.
Sasuke le dedicó una media sonrisa, aunque no lo expresara, en el fondo estaba agradecido por la genuina preocupación de Hinata. Juntos, se dirigieron a la sala de estar y se sentaron en el cómodo sofá. La Hyūga fue a la cocina y regresó con dos tazas de té caliente y un plato con algunas galletas saladas de arroz. Le ofreció una de las tazas a Sasuke. Él bebió de su taza y el calor reconfortante del líquido se filtró a través de su cuerpo, brindándole un pequeño respiro de su cansancio.
Mientras Hinata le contaba historias sobre lo que había sucedido en la aldea durante la ausencia de Sasuke. El Uchiha soltó una pequeña risita cuando Hinata le narró las divertidas anécdotas de Naruto en su entrenamiento para ser el próximo Hokage y el cómo Sakura lo regañaba para que él estudiara.
Sasuke apreciaba que Hinata se tomara el tiempo para ponerlo al día. Ella estaba contenta de poder hablarle de sus amigos, que iluminaba la habitación con su sonrisa. El cansancio de la misión empezaba a desvanecerse por completo.
Después de un tiempo, Sasuke notó que Hinata lo miraba con una mezcla entre cariño y nostalgia.
—¿Qué pasa? —preguntó él, curioso.
Hinata bajó la mirada, avergonzada de que él se diera cuenta de que ella lo estaba observando.
—N-nada, yo solo... Estoy feliz de tenerte de vuelta —sus mejillas se volvieron de un lindo tono de rosa—. S-sé que ya te lo dije, pero te extrañé.
El Uchiha le dio unas palmaditas en la cabeza, ese era su forma de reconfortarla.
—¡Oh! —soltó de repente Hinata, como si acabara de recordar algo sumamente importante—. ¿Q-quieres que te prepare un baño, S-Sasuke-kun? —ofreció.
—Hmp —él aceptó.
Y con eso, la Hyūga salió disparada de la habitación para dirigirse al cuarto de baño, donde le preparo la bañera a su esposo. Al cabo de unos minutos, Hinata regreso para anunciar que todo estaba listo.
—L-listo, Sasuke-kun —le dijo —. Te d-dejé una muda de ropa sobre el lavabo.
Sasuke asintió y se levantó y se detuvo junto a Hinata, quien seguía de pie en el mismo lugar. Acunó su rostro con su mano y la besó suavemente. Fue un beso cargado de emociones que se habían acumulado durante la larga ausencia del Uchiha.
Cuando se separaron, Hinata le sonrió con timidez.
—Te amo, Sasuke-kun.
Sasuke, aunque no estaba acostumbrado a expresar sus sentimientos con palabras, decidió que esta vez debería hacerlo.
—Hmp, y yo a ti, Hinata —dijo para luego dirigirse al cuarto de baño para asearse.
La Hyūga decidió esperar a su esposo en la habitación, se puso su pijama y se metió bajo las sábanas. Varios minutos después, Sasuke emergió del baño, listo para irse a la cama. Se acostó junto a su esposa, apago las luces y se acurrucó junto a Hinata para dormir.
A medida que la luna reinaba en el cielo nocturno, Sasuke y Hinata se acurrucaron juntos, sintiendo la paz de estar el uno con el otro. En ese abrazo, en la tranquila habitación, Sasuke reconoció internamente que también había extrañado a Hinata. En medio de sus cavilaciones, ella se durmió. Sasuke se decidió a observarla un poco más.
—Hmp, yo igual te extrañé, Hinata —susurró suavemente contra el cabello de la dormida Hyūga.
Con esas últimas palabras dichas, Sasuke se durmió, sabiendo que ahora tenía una nueva familia a la que volver.
FIN
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Notas: Bien... Aquí estoy otra vez. Ya terminé mis finales y puedo decir que aprobé todas mis materias. Yeiiii. También descanse un poco, porque, después de los finales lo único que uno quiere hacer es dormir. Jejeje, pero ahora sí voy a terminar esto. Es más, hoy mismo termino esta colección de oneshots.
Naoko Ichigo