Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto.
Summary: Sasuke ayuda a Hinata con las labores domésticas.
SasuHina Month Día 3
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Hacer los quehaceres sin que lo pidan
Cansancio, dolor muscular y alivio, eso era lo que Hyūga Hinata sentía mientras cruzaba las puertas de Konoha durante esa mañana. Ella y el resto del equipo de rastreo se dirigieron a la oficina de Hatake Kakashi, el Rokudaime Hokage, para presentar el informe de su misión. Todo había salido bien, incluso el Hokage los felicito por el buen trabajo. Salieron de la oficina y con una sonrisa, se despidió de sus compañeros.
Con renovada alegría, se dirigió a la casa que compartía con su esposo, Uchiha Sasuke. Quien también había estado fuera en una misión, solo que él había regresado dos días antes que ella.
Al entrar en su hogar, se dio cuenta de que el lugar estaba relativamente limpio y ordenado. Sasuke, al haber vivido solo desde niño, era una persona cuidadosa que mantenía organizada la casa, pero ahora que le faltaba uno de sus brazos, había labores domésticas que no podía realizar de forma adecuada.
Suspiro al ver la pequeña pila de ropa sucia que estaba en el piso del baño, soltó un resoplido y trazo un plan de acción. Primero se daría un buen baño con agua caliente, luego se prepararía algo para comer y después lavaría la ropa.
Se dio un largo y relajante baño con agua bien caliente, eso era lo que más extrañaba durante las misiones. Se puso ropa cómoda y se dirigió a la cocina. Abrió la nevera y saco un par de vegetales. Prepararía algo simple, un poco de arroz con vegetales salteados. Estaba a mitad de la preparación cuando escucho que la puerta de entrada se abría. Fue a la sala al encuentro de su esposo.
—¡Bienvenido a casa, Sasuke-kun! —ella saludó—. Estoy preparando una merienda. ¿Quieres comer un poco? —le preguntó.
El Uchiha se sorprendió al ver a su esposa en la casa, él no sabía que ella volvería ese día de la misión.
—¡Hinata! —dijo Sasuke a modo de saludo.
La Hyūga siguió cocinando alegremente y Sasuke se sentó en la mesa a esperar la comida.
—¿Cómo estuvo tu misión? —él preguntó.
—¡Oh! En realidad, nos fue muy bien —respondió ella mientras ponía los platos sobre la mesa—. Nos costó, pero logramos encontrar el pergamino que nos pidió buscar el Sexto en esas antiguas ruinas.
En ese momento el Uchiha noto lo cansada y lo anormalmente pálida que se veía la Hyūga. Se sintió un poco mal de que ella tuviera que llegar cocinando.
—Hmp —musitó a modo de respuesta.
Comieron tranquilamente, de vez en cuando intercambiaban información de sus respectivas misiones. Cuando terminaron la comida, Sasuke se levantó de la mesa y comenzó a juntar los platos para llevarlos al fregadero.
—¿Q-qué estás haciendo Sasuke-kun? No... No tienes que hacer eso, yo puedo lavar los platos... —intentaba convencerlo de que dejara los trastes ahí, de que ella podría encargarse de las cosas del hogar. No quería ni imaginarse los chismes que dirían las personas de la aldea si supieran que ella no podía encargarse sola de su propia casa.
—No —él la interrumpió—. Acabas de llegar de una misión y debes de estar cansada. Ve a dormir un poco.
—P-pero... —balbuceó.
—No discutas Hinata. Solo ve y descansa —él prácticamente se lo ordenó.
Resignada, la Hyūga se dirigió a su habitación para tomar una pequeña siesta y así reponer su energía, ya que aún debía lavar la ropa, entre otras cosas. Teniendo eso en su mente, se quedó dormida.
Mientras tanto, Sasuke estaba en la cocina lavando los platos y ollas sucias. Cuando termino de secar y guardar todo, se dirigió al baño y llevó toda la ropa sucia al cuartito que Hinata utilizaba como lavandería y se dispuso a lavar la ropa. Suspiró con frustración, no sabía cómo hacer esa tarea con un solo brazo, ya que las manchas de sangre, tierra y pasto debían de lavarse a mano para ser removidas de la tela. Soltando un resoplido de incomodidad, se lanzó a su labor.
Batalló, farfulló, sudó y empleo su Susanoo, pero lo logró, hizo la colada. Con una sonrisa de satisfacción en el rostro, salió al patio de la casa para poner la ropa en el tendedero. Apenas vio los cordeles, su sonrisa cayó. Colgar la ropa con una sola mano sería otro desafío que tendría que afrontar. En momentos como esos se arrepentía de no haber aceptado el brazo prostético que le ofreció Tsunade. Murmurando una gran cantidad de groserías y nuevamente con la ayuda de su Susanoo, termino con la ropa.
Probablemente, Madara y sus otros ancestros debían de estar revolcándose en sus tumbas al ver a Sasuke usando el poder del Mangekyō Sharingan para realizar los quehaceres de la casa.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Un par de horas más tarde, Hinata despertó de su siesta. No se había dado cuenta de lo agotada que estaba. Se estiró con pereza y se levantó de la cama. No era tan tarde, por lo que aún podía lavar la ropa y limpiar el piso. Fue al baño a buscar la ropa sucia y grande fue su sorpresa al ver que esta no estaba allí. Bajo rápidamente las escaleras y en la sala vio a Sasuke, que intentaba doblar la ropa limpia.
—¡S-Sasuke-kun! —ella dijo con una tímida sonrisa—. Tú hiciste... ¿Tú lavaste la ropa e incluso limpiaste el piso?
—Hmp... Estabas cansada. Además, yo puedo hacer los quehaceres sin que lo pidan, Hinata —mencionó el Uchiha con seriedad—. Esta también es mi casa y puedo ayudar.
La Hyūga se arrodilló al lado de su esposo, lo abrazo y le dio un beso en la mejilla.
—Muchas gracias Sasuke-kun. Eres el mejor —señaló con una radiante sonrisa.
El Uchiha permitió que Hinata lo ayudara a llevar la ropa limpia a la habitación para guardarla en los cajones. Ella se sentía afortunada de que él fuese su esposo y que Sasuke siempre ayudara en la casa para que ella pudiera seguir siendo una kunoichi en servicio.
—Nee, Sasuke-kun —comenzó—. ¿Q-qué te parece si hoy preparamos la cena juntos?
—¡Bien!
Hinata sonrió cálidamente. Sí, la vida era buena para la Hyūga.
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Notas: Otro más para la colección. Siento que se me está acabando la dulzura del cuerpo y cada oneshot me cuesta más hacerlo lindo. Pero créanme que seguiré la línea de la temática del month. Espero que este oneshot fuese de su agrado. Personalmente, yo adoro al Sasuke doméstico y disfrute escribiéndolo. Nos estamos leyendo.
Naoko Ichigo