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El fin de semana para TaeHyung terminó bastante rápido, la tormenta seguía bastante pesada durante las noches y los días, JungKook seguía en su casa y él, bueno él aún se siente avergonzado por haber gemido ese día que Jeon solo estaba jugando.
JungKook entró a su pequeña oficina que en realidad era una habitación más de la casa con un escritorio que le permitía tener su computador y muchos papeles de contabilidad.
— Humano — Llamó, TaeHyung sonrió.
De alguna manera se le hacía bastante tierno que le llamase humano, aún sabiendo su nombre.
— Humano, tengo hambre — Avisó mientras se rascaba la nuca, Kim había notado que lo hacía cuando estaba avergonzado.
— Hay carne en el refrigerador — Anunció.
— Humano, no... No hay nada — JungKook miró sus pies bastante avergonzado. TaeHyung suspiró — ¿Vas a echarme?
El castaño se levantó del asiento. Caminó hacia JungKook y le tomó de las manos.
— No voy a echarte, Kook — Jeon levantó la vista para fijarla en la azul de TaeHyung — Solo... Tenemos que hacer algo con tu comida, porque yo necesito comer también y tú te la comes toda.
— Es que... Me da hambre — Susurró actuando como un adorable cachorrito.
— Lo sé, por eso iremos de compras — Anunció Kim, caminando a su escritorio y guardado todos los documentos para luego cerrar la computadora y tomar las llaves y su celular — Vamos.
— ¿Que es compras? — Preguntó el azabache mientras era arrastrado por TaeHyung.
— Conseguiremos más comida para ti. Y ropa, la mía te queda muy pequeña — Tocó la camisa de JungKook — Sí, muy pequeña. Vamos.
JungKook vio con miedo el vehículo de TaeHyung, era negro y era un Jeep, era grande, era horrible y si, daba miedo. Había escuchado que con esos mataban a varios animales del bosque.
Se preguntó de nuevo como estaría su familia. Había aullado, y solo NamJoon había respondido.
— Humano.
TaeHyung estaba subiéndose al Jeep y encendiendolo.
— ¿Qué?
— Yo... Yo no voy — Habló queriendo devolverse a la casa.
— ¿Por qué? — La voz de TaeHyung salió desilusionada y JungKook no quería eso, pero esa cosa negra y grande le daba miedo — No seré molestó.
— Eh, no. No, no, esa cosa mata a hibridos — Kim frunció el ceño.
— ¿El auto? — Apuntó el vehículo, el azabache asintió — No. El auto no, es la persona que lo usa y... JungKook yo no dejaré que te pase nada.
— ¿Estás seguro?
— Claro que sí — Entrelazó sus manos — Yo te cuidó de las cosas humanas y tú sacas las ratas de la casa, ¿Te parece?
JungKook rió pero terminó asintiendo y subiéndose al vehículo. TaeHyung le abrocho el cinturón y partió a la ciudad.
— Cordero, conejo, venados, también tigres — JungKook enumeró con sus deditos todo lo que comía — También agua, vaca, y cabra, también búfalo.
— Tranquilo ahí, primero hay que ver los diferentes tipos de carne.
— ¿Pero me compras cordero? — Preguntó.
— JungKook. Tú lloras por la leche, ¿Cómo es que comes cordero? — Jeon frunció el ceño.
— Yo no les quito la leche, ¡¿O sí?! — Kim rió ante el tono desesperado.
— No, no lo haces.
Terminó estacionando el auto en un lugar vacío y salió con JungKook, lo vio ver horrorizado a las personas.
— Solo... — Extendió su mano — No te alejes de mí. JungKook asintió.
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