✿︎Famale Reader
✿︎Chico x Chica
⚠︎Contenido explícito
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-- Entonces así fue como nos conocimos tu mamá y yo - dijo Wakasa mientras te agarraba de la cintura - ¿Qué más quieren saber?
-- Yo quiero saber como tuvieron a Kei - dijo el menor.
-- Y yo quiero saber como tuvieron a Shin - dijo el nombrado.
Al escucharlos se te bajó el azúcar, pero al parecer no eras la única, Wakasa quedo horrorizado con la pregunta de sus hijos.
-- B-bueno, ustedes vinieron de... - miraste al peliblanco para que completará la frase.
-- De... Un alien - dijo el chico con una sonrisa, a lo que le pegaste al chico en el hombro por la tontería qué había dicho - digo, vinieron de una cigüeña.
-- Ya me había asustado - dijo Kei con una mueca de horror - mami, ya tenemos que ir a la escuela.
-- Si, luego la maestra se enoja si llegamos tarde - continuó Shin.
-- Bueno, entonces vayan a el carro con su papá, yo voy por sus mochilas - dijiste mientras ibas a su habitación.
Los niños fueron con Wakasa al carro, y tu por sus mochilas, al bajar fuiste al carro, le entregaste las mochilas a cada uno y te subiste en el asiento de adelante, a lado del peliblanco.
El camino a la escuela fue tranquilo, canciones infantiles para los niños, o bueno también para Wakasa, que se ponía a cantar con ellos.
Al llegar ayudaste a bajar a los niños y a llevarlos a la entrada de la escuela, que en esta se encontraba una maestra.
-- Qué les vaya bien, pórtense bien, no hagan travesuras, Shin y Kei - dijiste mientras les dabas un beso en las mejillas.
Te despediste de ellos, mientras esperabas que se metieran a la escuela, te llamo la atención la maestra, que esta te estaba hablando.
-- Hola, ¿Usted es madre de Shin y Kai? - pregunto la chica - un gusto soy Keil, la maestra de ellos.
-- Ah, un gusto, soy _____, la madre - dijiste mientras soltabas una risilla.
-- Si, ¿Y su esposo? Ya tanto que no lo veo - dijo mientras miraba hacia los lados.
Se te hizo extraño que preguntara por el, pero no evitaste la pregunta, sería muy maleducado de tu parte.
-- Oh, esta haya - señalaste a el carro donde venían - lo siento, pero me tengo que ir, un gusto conocerla.
Te despediste de ella y fuiste hacia el carro para subirte.
-- Oye Waka, ¿Por qué la maestra que esta ahí pregunto por ti? - preguntaste mientras lo mirabas.
-- Oh, ella me coqueta y me da insinuaciones, pero nunca le hago caso - dijo mientras emprendia el camino a casa.
Por alguna razón te enojaste, no con Wakasa, si no que con la maestra, sabiendo que tiene hijos y esposa se le insinúa, que asco de persona.
Saliste de tus pensamientos al sentir una mano en tu muslo cubierto, por el frío de la Navidad, este subía y bajaba.
-- ¿Estas enojada, ______? - pregunto el chico.
-- No, Wakasa - respondiste algo seria.
El chico hizo un sonido de aprobación, mientras siguió sobando tu muslo, al llegar se bajaron y entraron a la casa, decorada con adorno De Navidad.
El chico cerró la puerta y te aventó hacia un sillón cerca, se subió encima tuyo.
-- Se que estas enojada, _____ - dijo el mientras besaba tu cuello - y voy a arreglar eso.
Beso tu cuello dejando marcas y chupones, bajo un poco para quitar tu playera junto a tu sostén, dejando a la vista tus senos.
Tomo uno de ellos y lo metió a su boca, lambiendo, tirando, mordiendo tu pezon, mientras con el otro lo estrujada y pellizcaba el pezon.
Soltabas gemidos y jadeos altos por el placer que el peliblanco te estaba causando.
Dejo tus pechos y bajo hacia tu intimidad, dejando besos, mordidas y marcas rojas en el camino.
Llego hasta el broche de tus pantalones y lo tiro, bajandolos junto a tus bragas, dejando expuesta tu intimidad.
-- Tremendo manjar acá abajo - dijo el peliblanco con una risilla - vas a ver que no voy a dejar nada.
Abrió tus piernas y fue dejando besos en la cara interna de tus muslos, acercándose a tu intimidad, al estar frente a frente a ella dejo una lamida desde tu entrada hasta tu clitoris, lamiendo tus labios.
Siguió así unos minutos, en algunos momentos se paraba en tu clitoris a chuparlo, morderlo o tirarlo.
Te sentías en el mismísimo paraíso.
Con sus dedos abrió tus labios dejando ver el verdadero manjar, su lengua lamia una y otra vez en tu entrada.
Soltaste un gemido sonoro al sentir su lengua dentro de ti, saliendo y entrando en ti.
-- Vamos ______, correte en mi lengua - dijo el chico, a lo que le hiciste caso, te corriste en su lengua.
Soltaste un jadeo fuerte, el chico lamio toda tu escensia, sin dejar una sola gota.
-- Bueno linda, también me toca a mi - dijo Wakasa mientras te daba la vuelta, dejando tu pecho presionado a el sillón y tu trasero levantado.
Escuchaste como su pantalón callo al piso, ibas a decir algo cuando sentiste su miembro pasando por tus labios, presionando tu clitoris.
Soltaste un gemido alto al sentir como su miembro abría paso a tu cavidad, dio una estocada para que toda su longitud se adentrara, sentías como había llegado al fondo.
El chico puso sus manos en tu cadera y empezó a dar estocadas lentas pero profundas.
Solo bastaron unos minutos para que el chico empezará a embestir rápido y fuerte.
Te sentías en el paraíso con cada estocada que daba.
Su miembro entraba y salía de una manera que te hacía deliriar, te sentías en el extasis.
Soltaste un chillido al sentir una palma estallar en tu trasero, dejando una marca rojiza en este, sentías picazón y ardor pero era placentero.
Dejo tus caderas y sus manos fueron hacia tu trasero, estrujandolo y abriéndolo.
Ibas a tener tu segundo orgasmo, así que le empezaste a avisar al causante de eso.
-- W-waka n-no aguanto m-más - dijiste entrecortada.
-- Vamos _____, correte para mi - dijo el con una sonrisa pícara.
Solo bastaron unas cuantas estocadas para que tuvieras tu orgasmo, en cuanto lo tuviste tu lo tuvo Wakasa.
Con las respiraciones agitadas el salió de tu interior y te ayudo a acostarte encima de él.
-- Waka, ¿Usaste condon? - preguntaste mientras tocabas su cabello.
-- No, ya es momento de tener otro niño por aquí - dijo mientras te miraba - y ese va a ser mi regalo de Navidad.
-- Esta bien, pero ¿Cómo lo vas a llamar? - preguntaste con una risilla.
-- Lo voy a llamar Sushi - dijo orgulloso y con una sonrisa victoriosa.
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